Si en años anteriores la situación de los palestinos ya era bastante dramática, en los últimos quince días se registraron 91.000 desplazados internos y 900 detenidos.
El 10 de mayo se inició un fuego cruzado entre el grupo islamista palestino Hamás e Israel. Desde entonces, misiles cruzan los cielos de Israel y Gaza. Este último enfrentamiento es considerado uno de los hechos más dolorosos del conflicto palestino-israelí y ha originado una crisis humanitaria sin precedentes.
Todo empezó en un distrito de Jerusalén denominado Sheij Yarrah. Como ha ocurrido en los últimos años, seis familias palestinas fueron desalojadas de las casas en donde vivían desde los años 50. Posteriormente, jóvenes judíos marcharon por las calles de Jerusalén bajo la consigna: ¡Muerte a los árabes! A partir de estos hechos, los enfrentamientos y la violencia se extendieron por Israel, los territorios palestinos y algunas zonas de Líbano.
Según el último informe de la Embajada de Palestina en Bogotá, en dos semanas, el saldo humano es muy dramático: 277 muertos, entre ellos 70 niños y niñas y 40 mujeres; De esos, 248 en la Franja de Gaza, 29 en Cisjordania, incluida Jerusalén ocupada. 8.715 heridos, entre ellos 695 niños y niñas y 406 mujeres.
Si en años anteriores la situación de los palestinos ya era bastante dramática, en los últimos quince días se registraron 91.000 desplazados internos y 900 detenidos. Hay que recordar que las detenciones en esta parte del mundo se dan de forma arbitraria y la mayoría de las veces sin el derecho de legítima defensa.
Aunado al triste saldo humano, vale resaltar que en los ataques dirigidos a la Franja de Gaza se estima preliminarmente que 17.000 viviendas, locales comerciales, centros educativos y sanitarios fueron destruidos. Según organismos de asistencia humanitaria y medios de comunicación los ataques a la Franja de Gaza son de una dimensión jamás vista: 53 recintos educativos total o parcialmente destruidos, 19 centros sanitarios fueron total o parcialmente dañados, incluyendo el centro de pruebas del Covid 19, 258 edificios, que alojaban 1.042 viviendas y unidades comerciales fueron totalmente destruidos, y 769 viviendas pasaron a ser consideradas inhabitables.
15.831 personas perjudicadas por bombardeos en viviendas y 600 mil afectados por bombardeos en recintos escolares.
Adicionalmente, 50 % de la red acuífera fue afectada por los bombardeos. En total se registraron 93 ataques contra la infraestructura de agua, saneamiento e higiene. A partir de estos ataques las horas de electricidad de los palestinos al día serán entre 3 y 4 horas.
Las pérdidas relacionadas con los sectores agrícola, ganadero y pesquero podrán llegar a 32 millones de dólares.
Se estima que serán necesarios 100 millones de dólares para la reconstrucción de la industria, energía y agricultura.
Por otro lado, la agencia de noticias Associated Press (AP), por medio de un comunicado difundido en Nueva York ha demostrado su pesar por la destrucción del edificio en donde estaba ubicada su sede en la ciudad de Gaza, donde se encontraban sus colaboradores cuando recibieron la orden de evacuar la torre de 12 plantas. “El mundo sabrá menos de lo que sucede en Gaza a partir de hoy”, ha afirmado el presidente de la agencia, Gary Pruitt.
En este escenario tan inhumano, que oculta alianzas, acuerdos tácitos y omisiones resta recordar el Discurso del filósofo Noam Chomsky en las Naciones Unidas, el 22 de octubre del 2014.
“El patrón es muy claro. Y hasta ahora, al menos, parece continuar. El último alto el fuego se alcanzó el 26 de agosto. Fue seguido de inmediato por la mayor apropiación de tierras de Israel en 30 años: casi mil acres en el área de Gush Etzion cerca de lo que se llama Jerusalén, Gran Jerusalén, aproximadamente cinco veces el tamaño de cualquier cosa que haya sido Jerusalén, tomada por Israel, anexada violación de las órdenes del Consejo de Seguridad. El Departamento de Estado de EE. UU. informó a la Embajada de Israel que Israel, que “la actividad israelí en Gush Etzion socava los esfuerzos estadounidenses para proteger a Israel en las Naciones Unidas”, e instó a que Israel no debería proporcionar municiones para “aquellos en el (Naciones Unidas) que interpretaría la posición (de Israel) como endurecimiento “. En realidad, esa advertencia se dio hace 47 años, en septiembre de 1967, en el momento de la primera colonización de Israel, la colonización ilegal, de Gush Etzion. El historiador israelí Gershom Gorenberg nos lo recordó recientemente. Poco ha cambiado desde entonces, en los últimos 47 años, aparte de la escala de los crímenes, que continúan, sin interrupción, con el apoyo constante de Estados Unidos”.
¡Qué mejores días lleguen al Pueblo Palestino!
*Profesora Universidad Externado
