La orden de cerrar la ONG rusa Memorial y de disolver su centro de derechos ha causado indignación internacional.
El martes pasado la Corte Suprema de Rusia ordenó el cierre de la organización bajo el argumento de violaciones “reiteradas” y “graves” a las leyes que aplican a los “agentes extranjeros”, un estatus que se reserva para organizaciones que se financian con recursos internacionales y que supuestamente actúan contra los intereses del país.
En otro caso, la fiscalía también había solicitado la disolución del Centro de Derechos Humanos de Memorial, bajo la acusación de apología “del terrorismo y del extremismo” y de violaciones de la ley sobre “agentes del extranjero”. La disolución fue finalmente ordenada.
Memorial es considerada un baluarte de la sociedad civil por su defensa de las libertades, las denuncias contras las violaciones de derechos humanos en Rusia actualmente y por su papel como divulgador de la historia de las víctimas del Gulag soviético (dirección del sistema penal de campos de trabajos forzados).
Los simpatizantes de la ONG, que cuenta con gran prestigio internacional, interpretan las decisiones judiciales como un intento del Kremlin por reprimir a sus críticos u opositores. También, como un acto para silenciar la historia, una estrategia que buscaría celebrar las actuaciones de la Unión Soviética frente a los nazis y minimizar a las víctimas del estalinismo.
Memorial fue fundada en 1989 por disidentes soviéticos, entre ellos el premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov. Tras la caída de la Unión Soviética se comprometió a seguir trabajando en la defensa de los derechos humanos y las minorías en Rusia.
Durante las dos guerras de Chechenia en los años 1990 y 2000, como recuerda la AFP, reportó los abusos de las fuerzas rusas y sus aliados locales. En 2009, su responsable en esta región del Cáucaso, Natalia Estemirova, fue asesinada en un crimen que todavía no se ha resuelto.
Las reacciones por la orden de cierre y disolución no se hicieron esperar. El miércoles Naciones Unidas afirmó que lamentaba las decisiones de la justicia rusa de prohibir a la reconocida oenegé y señaló que esas medidas “debilitan más” a la comunidad de defensa de los derechos humanos en ese país.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), por su parte, pidió a Rusia que “suspenda” la decisión de disolver Memorial, por lo menos durante el tiempo “necesario para que el Tribunal examine la demanda” al respecto que hace la oenegé.
En un comunicado el martes por la noche, Memorial International anunció que no se rendirá. “Impugnaremos la decisión de la Corte Suprema de Rusia de todas las formas posibles. Y encontraremos vías legales de continuar nuestro trabajo”, dijo.
Estados Unidos el mismo martes expresó que la orden de cierre significaba una “afrenta” a los derechos humanos. “La persecución” de esta organización guardiana de la memoria de las víctimas de los gulags “es una afrenta a su noble misión y a la causa de los derechos humanos en todo el mundo”, declaró el secretario de Estado, sobre la decisión de la Corte Suprema rusa de acceder al pedido de Moscú de disolver esta ONG.
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