Miles de personas salieron a las calles de Valencia y otras ciudades españolas para expresar su descontento con las autoridades este sábado 9 de noviembre. Las manifestaciones se dan en respuesta a la gestión de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
Las manifestaciones comenzaron pacíficamente, pero la situación se volvió tensa cuando algunos manifestantes lanzaron barro y bengalas hacia el ayuntamiento. La policía intervino para controlar la situación, resultando en enfrentamientos y un ambiente de caos.
En el epicentro de las críticas se encuentra Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana. Los manifestantes, bajo el lema “Mazón, dimisión”, exigieron su renuncia. La comunidad también expresó su descontento con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusándole de inacción.
A pesar de los esfuerzos del alcalde de Valencia para gestionar la crisis y movilizar recursos, la población sigue exigiendo respuestas y soluciones efectivas. Las secuelas del diluvio del 29 de octubre, que dejó más de 200 muertos y decenas de desaparecidos, han mantenido viva la indignación de los ciudadanos.
La frase “sólo el pueblo salva al pueblo” se ha popularizado en Valencia, destacando el agradecimiento hacia los voluntarios y criticando el abandono por parte de los políticos. La coordinación entre administraciones ha sido calificada como caótica, con denuncias de falta de ayuda en las áreas más afectadas.
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