Torre de Tokio: jóvenes asexuados

Columna para acercar a los hispanohablantes a la cultura japonesa.

Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio
06 de noviembre de 2022 - 02:00 p. m.
Exposición de videojuegos en Tokio. El mundo virtual del manga y los videojuegos reemplaza para muchos jóvenes las relaciones personales reales.
Exposición de videojuegos en Tokio. El mundo virtual del manga y los videojuegos reemplaza para muchos jóvenes las relaciones personales reales.
Foto: Gonzalo Robledo

La noticia publicada por la BBC, de que cada vez más millenials estadounidenses viven sin sexo -como millones de japoneses desde hace décadas-, confirma que la Tierra del sol naciente avanza con dos curvas de ventaja, y llega antes que todos a los fenómenos sociales del futuro. (Recomendamos más columnas de Gonzalo Robledo sobre Japón).

La infausta tendencia, explicada a la BBC por varios expertos, produce déjà vu entre quienes desde principios de este siglo hemos tenido que informar en nuestros respectivos idiomas sobre la alarma del gobierno japonés por la menguante fogosidad sexual de sus ciudadanos.

También desde esos tiempos intentamos esclarecer las peculiares etiquetas inventadas por los sociólogos locales para ayudar a entender el fenómeno. En 2009, una de las palabras más usadas a la hora de explicar la falta de ganas de sacudir el esqueleto en un ardoroso encuentro sexual fue “herbívoros”.

Lanzada por un columnista en un importante medio, fue usada inicialmente para etiquetar a los varones heterosexuales con un interés tenue y casi platónico por las mujeres. Mientras los hombres de la generación anterior eran lobos colmilludos, asertivos y agresivos con el sexo opuesto, los herbívoros anteponían a un buen revolcón una buena conversación.

El calificativo se volvió despectivo cuando otros medios cuestionaron la indiferencia carnal de los herbívoros y los acusaron de ser los principales culpables del descenso demográfico de la nación y de todas sus consecuencias negativas en la economía.

Para uno que entrevisté, las relaciones sexuales eran simplemente un incordio. Era un joven elegante y cortés, y aunque su relación con las mujeres era cordial, no pensaba nunca en casarse ni se consideraba homosexual.

A pesar de tener un empleo bien remunerado, se sentía precario, pues no era empleado fijo y se había convertido en un gran escéptico del futuro. Pese a las acusaciones de egoísmo, su colectivo contribuye hoy de forma decisiva a la economía, pues son consumidores asiduos de comidas preparadas, ropa fina y ofertas de ocio.

Los herbívoros fueron la parte más visible de un fenómeno de sexualidad mermada que hoy incluye a matrimonios jóvenes que abandonaron el sexo regular al nacer el primer hijo, o parejas que pese a dormir bajo el mismo techo llevan vidas sexuales paralelas.

Titulares que hoy en Japón suenan añejos, como “País sin sexo” o “La nación de los vírgenes”, empiezan a ser emulados en economías industrializadas, aterradas por una era de recesión sexual cuyo porvenir depara menos recaudación y más gasto en pensiones.

Entre las razones de la libido mermada en Occidente figuran el estrés, la digitalización, la banalización del sexo y la gran disponibilidad de pornografía y juguetes sexuales. Es posible que la lista completa parezca una traducción abreviada del japonés.

* Periodista y documentalista colombiano radicado en Japón.

Por Gonzalo Robledo * @RobledoEnJapon / Especial para El Espectador, Tokio

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