La escena parece ser la misma, pero la película no puede ser más diferente. El Parlamento Europeo aprobó este jueves una resolución en la que reconoce a Edmundo González Urrutia como el presidente “legítimo de Venezuela”, lo que hizo que muchas personas recordaran la imagen de la Eurocámara votando a favor del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino legítimo del país sudamericano en enero de 2019.
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A diferencia del reconocimiento de Guaidó, la acción de la Eurocámara que se toma ahora sobre González expone cómo el debate sobre Venezuela se ha convertido ahora más que antes en Europa en un asunto de izquierda contra derecha y no en una discusión profunda sobre la diferencia entre democracia y dictadura en el país sudamericano.
En 2019, 439 eurodiputados votaron a favor de la resolución y solo 109 votaron en contra. De estos votos, 105 apoyos provinieron de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), agrupación de donde salieron también 16 votos en contra a la resolución y 35 abstenciones.
La resolución sobre González Urrutia tuve menos apoyos que la que hubo sobre Guaidó: 309 diputados votaron a favor, 201 en contra y hubo 12 abstenciones. Pero lo llamativo, de nuevo, es ver cómo cambiaron los apoyos en las agrupaciones. Solo cinco parlamentarios del S&D votaron a favor de la resolución a favor del reconocimiento de González Urrutia. Se trata del grupo de portugueses conformado por Francisco Assis, Isilda Gomes, Sérgio Gonçalves, André Rodrigues y Carla Tavares. También hubo cinco abstenciones.
De los liberales de Renew, que en 2019 bajo el nombre de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE) votaron casi de manera unánime a favor de Guaidó, no hubo participación en la votación sobre la resolución de González, a excepción del voto del diputado lituano Dainius Žalimas que aprobó la medida. Así que hay menos apoyo de la izquierda en esta ocasión a las demandas de la oposición venezolana comparado con 2019.
Según la agrupación Renew, aunque se está a favor de la oposición venezolana y se apoya plenamente a González, se niegan a firmar acuerdos políticos con la extrema derecha para evitar normalizar su influencia en las instituciones europeas, una posición similar a la que tomó el Partido Nacional Vasco (PNV) que también se resistió a aprobar la resolución sobre González.
“En el caso del Parlamento, en partidos como el Frente Popular de Francia o Sumar de España, se ve que entienden este debate como un tema de izquierdas y derechas. Pero ya a nivel internacional, especialmente lo que son cancilleres, a ellos les preocupa volver a caer en una situación de un presidente que no tiene control sobre el terreno ni activos ni funciones como presidente nominal, lo que ya ha causado muchos problemas a Europa y en Estados Unidos”, explicó Carlos Rodríguez, venezolano especialista en relaciones internacionales de la Universidad Internacional de Florida en Miami.
La observación de Rodríguez es importantísima para entender la profundidad de lo que se votó el jueves sobre González en la Eurocámara: sí, la resolución vuelve a ser un golpe simbólico en apoyo a la oposición venezolana, pero los números nos indican que el debate se está volviendo mucho más político que antes. Las votaciones terminan midiéndose en qué poder se le está dando a la ultraderecha, una de las promotoras de la resolución, por encima de la urgencia de la decisión.
Ahora, en la práctica, cabe destacar que no es una decisión vinculante. La política exterior europea no la maneja la Eurocámara. De ahí a que sea apenas un voto simbólico. Habría que esperar a que el Consejo Europeo, que decide la orientación de la política exterior común y que está compuesto por los jefes de Estado de los países miembro, emita una decisión similar para que el reconocimiento de González sea más que simbólico. Incluso en el caso de Guaidó esto no llegó a ocurrir, y es muy probable que tampoco ocurra en el caso de González.
“Yo no soy tan optimista con el Consejo por el simple hecho de que aparte de que tiene que ser unánime, tienes a personajes como Viktor Orbán de Hungría en la presidencia del Consejo, que es un claro aliado de Vladimir Putin y que ya ha bloqueado resoluciones sobre Venezuela. Dudo mucho de que vayan a aprobar una votación a favor de Edmundo González”, explica Rodríguez.
Es por esta razón que la política exterior en Europa la deciden los países miembros por su propio lado, según comenta Rodríguez, “pues no es para nada sencillo hacer que los 27 miembros del Consejo Europeo voten unánimemente en un tema internacional. “Aun así en mi opinión, esta resolución, la de la Eurocámara, puede convencer a algunos países que tal vez estaban esperando alguna señal de la Unión Europea antes de tomar una decisión respecto a Venezuela”, remata.
En palabras de Rodríguez, cada país podría empezar a decidir si reconoce o no a González, dependiendo de sus intereses políticos y económicos con Venezuela. Para algunos países, explica el politólogo, será más fácil que para otros. “Si Japón reconoce a Edmundo no pasa nada. Pero para países como España, Italia o Países Bajos, esta decisión puede ser perjudicial a nivel económico”, dice.
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