Fernando Zalamea Traba: la travesía de un hombre curioso

Su capacidad para moverse entre el mundo de las ciencias naturales y las humanidades le valió ser incluido en el libro “100 mentes globales, los pensadores transdisciplinarios más atrevidos en el mundo”, y es el único colombiano en ese listado. Décima entrega de la serie, “Grandes maestros”, de la Universidad Nacional.

Gustavo Silva Carrero *
26 de mayo de 2016 - 04:35 a. m.
Fernando Zalamea Traba estudió en Italia, se formó como matemático en Francia y se doctoró en los Estados Unidos. Ha sido docente de la Universidad Nacional durante más de dos décadas, afirma que está institución le ha permitido desarrollar su potencial académico y su curiosidad. /Andrés Torres - El Espectador.
Fernando Zalamea Traba estudió en Italia, se formó como matemático en Francia y se doctoró en los Estados Unidos. Ha sido docente de la Universidad Nacional durante más de dos décadas, afirma que está institución le ha permitido desarrollar su potencial académico y su curiosidad. /Andrés Torres - El Espectador.

Después de miles de kilómetros recorridos y de centenares de ideas acumuladas por sus viajes alrededor del mundo, Alexander von Humboldt, naturalista, viajero por excelencia e intelectual alemán del siglo XIX, emprendió un proyecto descomunal: escribir un libro que registrara cómo todo lo conocido en la ciencia y la naturaleza se conecta de manera perfecta entre sí.
 
La obra que consumió 25 años de su vida y que no logró concluir fue titulada 'Cosmos'. Esta es una clara muestra del carácter global del pensamiento de Humboldt, del científico que por su cercanía con Goethe y otros artistas del romanticismo, creía que la única manera para entender la naturaleza en su complejidad y unidad era observarla a través de la razón y los sentimientos. El sabio alemán quiso plasmar en su obra una intuición que lo acompañó en cada viaje y en cada investigación, a saber, que la naturaleza y todas sus manifestaciones constituyen una gran red interconectada. En ese sentido, todo depende de todo y el planeta no está, por tanto, a nuestro servicio, decía Humboldt. 
 
El alemán de múltiples profesiones y diversos saberes, que viajó por Colombia y visitó Bogotá durante dos meses, nos demostró -aunque ya se haya olvidado su enseñanza- que la super especialización, fomentada por la educación, puede ir en contra de un pensamiento valioso y esencial que encuentra en la creatividad la verdadera conexión con el mundo. Afortunadamente, de tanto en tanto individuos con la suficiente fuerza y pasión por el conocimiento nos permiten ver la realidad en toda su dimensión. 
 
Sin lugar a dudas, este es el caso de un matemático, filósofo y ensayista colombiano que, como todos los de su especie, son expertos en áreas supuestamente disímiles (porque la educación así nos lo ha señalado). Fernando Zalamea Traba es profesor del Departamento de Matemáticas de la Universidad Nacional: además, ha recibido numerosos reconocimientos literarios, entre los que se cuentan el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI (2012) o el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos (2004).

Este matemático de profesión es, en esencia, un humanista con profunda sensibilidad artística, cultivada gracias a la influencia temprana de su madre Marta Traba, la famosa crítica de arte argentina; su padre Alberto Zalamea, escritor y periodista, y su hermano mayor Gustavo, reconocido artista plástico. Así que desde muy joven, Fernando bebió de las fuentes de la literatura y el arte, que hoy conecta permanentemente con la ciencia, la lógica y la matemática.

“Me encantan las matemáticas y las ciencias porque son esencialmente bellas, no porque sean un juego técnico. Eso es lo que he tratado de mostrar en mis libros, la pasión que despiertan. Además, me gusta la multiplicidad del mundo, no me gusta que las cosas sean de una única forma”, anota el profesor Zalamea, quien se ha embarcado en las últimas dos décadas en una labor descomunal, su proyecto es construir un pensamiento global de la realidad en donde se expresen las fundamentales relaciones que hay, por ejemplo, entre el arte y la matemática, entre la poesía y el pensamiento científico, entre la razón y la emoción. Su tarea, como a él mismo le gusta denominarla, es valerse de un pensamiento pendular que no solamente cubre todo el espectro del conocimiento que hay entre dos polos, sino que además le permite abordar una misma idea desde distintos puntos de vista. Pensar distinto es su camino favorito. Gracias a esto, Zalamea encuentra que lo más interesante de la cultura y del saber humano se halla en esa zona que emerge en medio del arte y la matemática. Es allí en donde la creatividad explota y sus reflexiones nos muestran un mundo más complejo, más conectado y, por supuesto, más real.

Recientemente, un estudio realizado por la Domus Academy de Milán, Italia, y apoyado por investigadores de la Universidad de Turín, incluyó a Fernando Zalamea en la lista de 100 mentes globales escogidas de la actualidad, los más atrevidos pensadores transdisciplinares del mundo. Para los encargados de tal estudio, Zalamea es un pensador extraordinariamente original y excitante que descubre las potenciales intersecciones entre las disciplinas. Junto a nombres como Umberto Eco, Anselm Kiefer o Thomas Piketty, Fernando Zalamea es reconocido como un pensador que trasciende los límites del conocimiento disciplinar para proponer creativamente formas de observar las verdaderas conexiones de la realidad.

Este colombiano de pensamiento universal prefiere seguir desarrollando su trabajo desde nuestro país. Y la razón de esta decisión nuevamente tiene que ver con su pensamiento pendular. Para Zalamea, trabajar desde la periferia, cerca de los bordes y alejado de los centros internacionales de investigación, es más que adecuado, pues solo desde allí puede capturar con mayor claridad las ideas contrarias y complementarias que se producen en todas las latitudes y que generalmente son opacadas por el pensamiento dominante producido en los centros de importancia internacional.

Zalamea, bogotano de 57 años, mantiene una disciplina intensa. Es un lector insaciable, con un plan exacto de lecturas y de producción y con una biblioteca generosa que no para de crecer, como un árbol que se ramifica y que lo guía por las intimas conexiones del conocimiento. Durante cinco días a la semana, sin falta, reserva horas de música y escritura. Sus ensayos, que son definitivos desde su primera redacción, son muestra de la gran capacidad que tiene para vincular y construir puentes entre diversas disciplinas y saberes. Su último libro, Prometeo liberado. La emergencia creativa en maestros de los siglos XIX y XX, aborda los procesos creativos de mentes brillantes como el poeta Novalis, el matemático Grothendieck, el músico Beethoven o el filósofo Peirce. Este último es considerado por Zalamea como el mayor maestro de su experiencia intelectual.

A su edad, la producción intelectual es vasta y profunda y en su mente ya tiene organizadas varias obras más. Una de ellas, que planea concluir en un par de años, es el primer libro de conjunto sobre el pensamiento de Alexander Grothendieck, uno de los espíritus matemáticos más prolíficos y poderosos de la historia. Adicionalmente, Zalamea también ha vislumbrado su libro total. Como el Cosmos de Humboldt, Fernando Zalamea planea escribir en la próxima década la Horosis, una obra que consolide su proyecto intelectual, un ensayo que conecte el pensamiento analítico (disciplinar) y sintético (integral) en una nueva forma abarcante de ver la realidad y la cultura. Toda su vida académica ha estado vinculado a la Universidad Nacional.

* Filósofo, Departamento de Filosofía, Universidad Nacional de Colombia.

Por Gustavo Silva Carrero *

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