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“No tenía ni idea que el león que maté fuera el animal favorito de Zimbabue”

Dijo el odontólogo estadounidense Walter Palmer, quien cazó al león Cecil.

Silvia Ayuso - El País
30 de julio de 2015 - 03:42 p. m.
“No tenía ni idea que el león que maté fuera el animal favorito de Zimbabue”

Pocas horas después de haber sido identificado públicamente desde Zimbabue como el responsable de la lenta muerte del león Cecil a las afueras del parque nacional de Hwange, el estadounidense Walter James Palmer, cuya identidad fue desvelada por diario EL PAÍS de España, reconoció este martes los hechos, pero afirmó que creía que era una caza “legal” y dijo que “lamenta profundamente” el caso.

“No tenía ni idea de que el león que maté era un animal favorito local, que tenía un collar de seguimiento y que formaba parte de un estudio”, aseguró el dentista de Bloomington, Minneapolis, en un comunicado reproducido por el diario local Star Tribune.

Según su versión, para el viaje que emprendió a comienzos de julio para realizar caza mayor con arco empleó los servicios de “varios guías profesionales” que habrían obtenido “todos los permisos adecuados” para este tipo de cacería. “Hasta donde sé, todo en este viaje era legal y fue realizado de manera adecuada”, agregó en su declaración.

“Lamento profundamente que el realizar una actividad que amo y llevo a cabo de manera responsable y legal haya resultado en la muerte de este león”, insistió el cazador, que en el pasado ha tenido problemas legales en EE UU por su afición a la caza mayor.

De hecho, en 2008 Palmer mintió sobre la matanza de un oso negro durante una cacería guiada en Wisconsin, un caso que podría guardar paralelismos con la muerte del popular león africano. El dentista y cazador aficionado, de 55 años, se declaró en esa ocasión culpable por cargos de caza furtiva tras haber hecho una declaración falsa ante las autoridades locales porque, aunque tenía permiso para cazar al oso, lo hizo en un lugar fuera de la zona autorizada y luego intentó registrar la presa en un área donde su caza era legal. Fue condenado a un año de libertad condicional y a pagar una multa de 3.000 dólares. Además, la justicia le autorizó entonces a usar el arco -la misma arma empleada ahora para matar a Cecil- solo con fines deportivos.

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Por Silvia Ayuso - El País

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