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Trata de personas es un problema universal

La fiscal estadounidense Elizabeth Rabe asegura que no hay manera de combatir el flagelo.

Redacción Judicial
17 de julio de 2013 - 03:34 p. m.
Elizabeth Rabe./ Gustavo Martínez
Elizabeth Rabe./ Gustavo Martínez

Elizabeth Rabe es fiscal asistente en Laredo, Texas. Trabaja en una oficina ubicada a cinco cuadras de territorio mexicano y lleva unos cuantos años lidiando con la espinosa problemática de la trata de personas, razón por la cual fue escogida por la Embajada de Estados Unidos para hacer parte del panel de expertos en el Tercer Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas, que comenzó hoy 16 de julio y culminará el jueves 18 de julio en la Universidad de Los Andes, en Bogotá.


En entrevista con este diario, Rabe asegura que la importancia de abordar este tema no radica en que afecte sólo a Colombia, sino que es un crimen trasnacional y un problema de todo el mundo. Rabe explica que además se reunirá con fiscales colombianos para capacitarlos en técnicas de capacitación, con el fin de que Colombia también avance en la judicialización de personas que 'comercializan' a otros seres humanos.


¿Qué hace en Colombia?

Participar en una conferencia sobre trata de personas. Igualmente, hablar con personas de la Fiscalía, con diplomáticos y con una escuela de Derecho para hablar de trata de personas, del sistema legal estadounidense y de cómo funciona éste.


¿Por qué es importante abordar esta problemática desde una perspectiva colombo-estadounidense?

La conferencia se da en un marco más regional, creo que es importante porque uno sólo puede prevenir la trata de niños, o de mujeres, o los trabajos forzados, o las redes de tráfico sexual si hay un diálogo entre los países para combatir el problema. La mayoría de esto ocurre de manera trasnacional, entonces, mientras más abiertas sean las comunicaciones entre los países, es mejor que no es sólo un problema de ellos o de nosotros sino de todo el mundo. Al asumir el problema de manera conjunta todo funciona mejor.


¿De qué manera está Colombia involucrada en esta problemática, en relación con Estados Unidos? ¿Redes de tráfico sexual? ¿Redes de trabajo forzado?

No puedo hablar específicamente de Colombia. Lo que vemos son muchas personas que entran a Estados Unidos provienen de varios países de Latinoamérica. Algunos son llevados por redes de tráfico sexual, pero vemos más personas que llegan al país por trabajo, porque les prometen el sueño americano.


Acá leemos mucho sobre agricultores estadounidenses con grandes extensiones de tierra que reclutan inmigrantes para tenerlos en condiciones inhumanas. ¿Investigarlos hace parte de su labor contra la trata de personas?

Sí, los investigamos. Sin embargo, por la ubicación en la que me encuentro, que es en la frontera mexico-estadounidense, nos ocupamos más del traslado de las personas que son ‘comercializadas’. Pero en otros despachos de mi Distrito sí se llevan esos casos, se han encontrado a mujeres que aunque no eran retenidas a la fuerza eran retenidas por amenazas, les decían que no les entregarían sus documentos de viaje o que las delatarían ante las autoridades por estar en suelo estadounidense de manera ilegal.


¿Qué es más importante? ¿Atacar el problema atrapando a quienes trafican personas, o previniendo?

Creo que ambas cosas son importantes. A través de los procesos penales se envía el mensaje de que, activamente, buscamos a quienes ‘comercializan’ personas. Lo otro es trabajar entre la comunidad, con grupos sociales, con misiones de caridad, con autoridades locales y con ciudadanos del común, que son lo que pueden tomar su teléfono, llamar a la Policía y denunciar cuando conocen de alguna situación anómala. Muchas de las víctimas son muy vulnerables, y trabajar con la comunidad para que se emitan alertas es una especie de control social.


¿Tienen cifras de cuánta gente ha llegado a Estados Unidos por medio de la trata de personas?

Creo que las estadísticas más recientes hablan de entre 16.000 y 17.000 personas por año. Pero es un estimado, nadie puede dar cifras exactas porque muchos entran sin caer en el radar de las autoridades.


¿Cuáles son las principales nacionalidades que portan las víctimas de trata de personas que llegan a Estados Unidos?

Mexicanos, hondureños, salvadoreños. Pero en la mayoría de casos se trata de gente que quiere mejorar sus condiciones de vida, compra la idea del sueño americano y llega al país. Hemos visto redes de trata de personas que traen gente desde China y usan a Colombia como eslabón para llegar a Estados Unidos.
No hemos visto eso recientemente, quizá hace dos años, mucha gente era llevada desde China. También he visto mucha gente de Ecuador, sé que ellos pasan por Colombia.


¿Su despacho colabora en desmantelar redes internacionales de trata de personas?

Esa siempre va a ser la meta, y la mayoría de estas redes siempre van a ser internacionales. El reclutamiento ocurre fuera de territorio estadounidense. Mi oficina trabaja de la mano con el consulado mexicano, por ejemplo.

¿De qué va a hablar con los fiscales colombianos?

Sobre cómo, en relación con la trata de personas, llevamos los procesos desde nuestra perspectiva como investigadores, empezando por trabajar con varias agencias como Homeland Security Investigations y el FBI; identificar a las víctimas; armar el caso (porque a veces sólo se tiene la palabra de la víctima y se necesita más para lograr la condena del culpable) y mirar cuánto de su historia se puede volver evidencia para llevar el caso a los estrados judiciales. Requiere mucho esfuerzo de todas las partes.


¿La reforma migratoria va a tener impacto sobre la lucha contra la trata de personas?

No es mi lugar como fiscal contestar esa pregunta. Hay que esperar a lo que se defina finalmente en la reforma migratoria, no sé cómo impactará mi trabajo del día a día.

Por Redacción Judicial

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