En un alboroto se convirtió la creación de otro sindicato en el Concejo de Bogotá, que se suma a los cuatro existentes. Lo integran, en su mayoría, asesores de concejales que saldrán en diciembre de la corporación. A los nuevos sindicalistas los protegerá un fuero al menos por seis meses, así que no les pueden terminar sus contratos y seguirán trabajando en enero con el nuevo Concejo.
Para Nelly Patricia Mosquera, presidenta de la corporación, el mayor temor es que a algunos de los 23 nuevos cabildantes podrían asignarles asesores que no son de confianza, pues los heredarían.
El Sindicato de Servidores Públicos del Concejo (Sindiserpucón) notificó su creación el 21 de octubre, cuatro días antes de elecciones, y su presidente es Reinaldo García Baquero, funcionario de planta y hermano del secretario general del Concejo, Dagoberto García. Lo fundaron 26 afiliados, en su mayoría integrantes de las Unidades de Apoyo Normativo (UAN) de concejales. El resto son administrativos.
Las UAN las integran funcionarios que los cabildantes designan como apoyo técnico y van desde especialistas en algún tema, dependiendo de los intereses del político (movilidad, medio ambiente, etc.), hasta secretarias y conductores. Les pagan con presupuesto del Concejo y cada concejal tiene derecho a un cupo de asesores cuya remuneración, en conjunto, no supere los 48 salarios mínimos ($30’928.000). Las UAN las componen de 10 a 12 personas, que deben ser de la confianza de su jefe. Tanto así que los concejales los designan y los declaran insubsistentes cuando lo requieran. Son de libre nombramiento y remoción.
Mientras los nuevos sindicalistas mantienen su fuero, hasta abril, deben permanecer en nómina. Para perderlo, el Concejo debe iniciar procesos judiciales de levantamiento de fuero sindical. El trámite, que empieza esta semana, toma su tiempo. Por eso, cuando lleguen los nuevos concejales, es probable que algunos no puedan contar con todos los cupos de asesores, pues algunos los coparán funcionarios que ellos no habrán designado.
El grueso de los afiliados a Sindiserpucón es de las UAN de Severo Correa (la U), Soledad Tamayo (Conservador) y Germán García (Liberal). Son políticos legendarios (Correa lleva en el Concejo 25 años; Tamayo, 21, y García, 15) y, aunque no se presentaron a la reelección, contarán con herederos: los hijos de Correa y García (Ricardo y Germán, respectivamente) y un asesor de Tamayo, Nelson Cubides.
A los asesores de ese trío les garantizaron su continuidad por pertenecer a los mismos grupos políticos de los herederos, confirma la secretaria general del sindicato, Claudia Liliana Forero, integrante de la UAN de Severo Correa. ¿Por qué se sindicalizaron si continuarán en sus puestos? Para no perder derechos laborales adquiridos por su antigüedad, después de haber trabajado, algunos, casi 20 años con los concejales, responde ella. Si no tuvieran fuero, saldrían del Concejo con sus actuales jefes el 31 de diciembre y deberían esperar más o menos hasta febrero a que los nombren en las UAN de los nuevos concejales. Ese retiro temporal les haría perder beneficios laborales.
La integrante de una UAN explica que, “por ejemplo, cada que alguien cumple cinco años trabajando en el Concejo tiene derecho a una prima equivalente a un sueldo, que le van pagando por partes cada año. Quien se retire por más de 20 días y sea reintegrado empieza de cero a adquirir esos beneficios”. Por eso la secretaria de Sindiserpucón admite que conformaron el sindicato para proteger a los más antiguos.
Las directivas de la corporación dicen reconocer el derecho a la libre asociación, pero creen que, tal y como está la situación, se generarán traumatismos.
Aunque los integrantes de las UAN de Correa, García y Tamayo continuarán con los herederos de estos y probablemente no causarán dificultades, junto con ellos se afiliaron asesores de concejales que no continuarán, ni siquiera en cuerpo ajeno, por lo que no es claro a quién serán asignados. Hay uno de Diana Alejandra Rodríguez (Alianza Verde); otros dos que eran de Ómar Mejía (Conservador), procesado por el carrusel de la contratación y a quien remplazó Fernando Vásquez, quemado en las recientes elecciones. Una más trabajaba para José Juan Rodríguez (de la Alianza Verde), que también salió por el carrusel, y la heredó Lucía Bastidas. Ella seguirá, pero se niega a trabajar con el equipo de su antecesor.
Un antecedente que ha generado más prevención es el de Sinpucol, sindicato que crearon en 2014 los asesores de tres concejales que perdieron su curul al verse involucrados en el carrusel: Hipólito Moreno y Orlando Parada, de la U, y el propio José Juan Rodríguez, de los verdes. Eran 27 funcionarios que, de alguna forma, incomodaron el trabajo de los recién llegados. “Hay concejales que ni siquiera pueden hablar en su oficina”, dice un empleado que conoce el tema. Para levantarles el fuero, contra ellos cursan procesos que han demorado más de un año, y cuatro fallos han sido a favor del Concejo porque, según los jueces, la motivación para crear el sindicato no era el derecho de asociación sino permanecer en los cargos.
Procesos similares se vienen contra Sindiserpucón. Forero, su secretaria, afirma que no son casos comparables, pues buscan reivindicar derechos, no atornillarse en sus puestos. Este diario, por ejemplo, conoció el caso de un asesor que vio la afiliación al sindicato como “una salida desesperada al maltrato laboral” que, dice, le inflige su jefe.
El Sindicato de Trabajadores del Distrito (Sindistritales) ya emitió un comunicado respaldando a sus nuevos colegas. Las directivas del Concejo temen que esto se desborde, pues el viernes pasado en la mañana les informaron que otro sindicato de asesores estaba en ciernes.