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El consorcio encargado del relleno sanitario Doña Juana puso en operación la segunda unidad de ósmosis a la inversa, proceso a través del que este año, se realiza el tratamiento de los lixiviados, es decir, los líquidos que generan las basuras.
Este nuevo módulo hace parte de los seis que terminarían de ser instalados en 2021 (cada seis meses se entrega una unidad) y con los que el Centro de Gerenciamiento de Residuos Doña Juana (CGR) mejoraría las condiciones con las que se trata las basuras, como parte del cumplimiento a la orden del Tribunal de arbitramento, que pide automatizar el relleno.
Asimismo, con esto el grupo espera solicitar, en abril de 2020, ante la ANLA la solicitud para ampliar la vida útil del relleno, que se vence en 2023. A esto se suman trabajos de mejoramiento de las vías y se incluiría la instalación de una planta de separación de material aprovechable, en la que se recuperaría el 10% de los residuos que ingresan a Doña Juana.
Los residuos vuelven a ser procesado para sacar el mayor provecho. Con esta técnica, cada unidad tiene la capacidad de procesar 12.000 m³ de lixiviados y se espera que con la llegada de las otras cinco (llegará una cada seis meses) se puedan tratar 60.000 m³ al mes. “Es una fase piloto en la que el inversionista aportará US$100 millones para la construcción de la primera fase. En la medida en que el proyecto tenga el desarrollo previsto, se podrá escalar y llegar a aprovechar una mayor cantidad”, manifestó, en su momento Héctor Ospina, gerente general de CGR Doña Juana.
Junto a la unidad, se entregaron 89 triciclos eléctricos a organizaciones de recicladores. Estos cuentan con baterías de litio y con 300kg de capacidad de carga. Además, se capacitará a los beneficiarios para promover su buen uso y seguridad.