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Se reactivan la ciudad y las bandas de delincuencia organizada

El asalto a un edificio en Usaquén, el robo a una joyería y atracos en buses del SITP tienen desconcertada a la ciudadanía. Aunque hay una reducción en las estadísticas, la policía investiga nuevos “modus operandi” tras la cuarentena.

Felipe García Altamar
25 de junio de 2020 - 03:00 a. m.
Los presuntos ladrones transitaban las calles de las localidades en vehículos de alta gama y se hacían pasar como residentes de conjuntos residenciales.
Los presuntos ladrones transitaban las calles de las localidades en vehículos de alta gama y se hacían pasar como residentes de conjuntos residenciales.
Foto: Archivo El Espectador

No es un buen momento para la seguridad en Bogotá. A pesar de que hace unas semanas el Distrito celebró la notable reducción de los delitos de alto impacto (apenas lógico por el período de aislamiento), por estos días es evidente la preocupación por los robos, casi cinematográficos, registrados en la capital.

En menos de una semana se supo del hurto a una joyería en Gran Estación, asaltos a mano armada a buses del SITP y un increíble atraco a una unidad residencial en el norte. La seguidilla de casos le valió varias críticas a la administración, que a su vez descargó la responsabilidad en la Policía y el Gobierno. Debido a la situación, el Distrito hizo una reunión para evaluar los hechos y hoy adelantará un consejo de seguridad.

El hurto a residencias

Centrémonos en los asaltos a unidades residenciales, que encendieron alarmas sobre las nuevas modalidades de las bandas delincuenciales. Según cifras de la Policía, entre enero y mayo de este año denunciaron 2.643 hurtos a residencias en Bogotá (cerca de 17 por día), que representan el 21,7 % del total de casos en todo el país. La cifra significó una reducción del 39 % respecto al mismo período del año anterior, cuando en promedio fueron asaltadas 28 viviendas al día. Aunque el Distrito aplaudió la reducción, hay aspectos que dan ciertas particularidades a este delito.

Una es que, contrario al hurto del pasado fin de semana, en el que los delincuentes encañonaron al vigilante, ingresaron vehículos al edificio y amordazaron a algunos habitantes, la mayoría de casos se siguen presentando sin empleo de armas. Las estadísticas muestran que 1.449 hurtos fueron así. Luego aparecen los asaltos con objetos contundentes (451 casos), palancas (261) y llaves maestras (212).

Hay otros factores de vieja data, a los que no se les ha dado solución, que siguen permitiendo la operación de los apartamenteros. Los explica el edil de Usaquén, Horacio Estrada (Cambio Radical), quien ha acompañado denuncias sobre hechos de inseguridad en su localidad. El primer factor es el déficit de pie de fuerza. El otro, que apareció en medio de la cuarentena, es la instrumentalización de domiciliarios, que se volvieron clave por su facilidad de llegar a las viviendas.

“Usaquén tiene 400 policías para 500 mil habitantes. Además, hay cambios de comandante y no hay prima de servicio público, que se da a los policías de otras localidades”, asegura el edil. Respecto a los domiciliarios, propone hacer un ejercicio de territorialización, en tanto las plataformas de domicilios, con los datos que recopilan, saben cuáles son los sectores donde se hacen más pedidos, y así se puede destinar un número de trabajadores. “Pueden trabajar por UPZ. Es importante saber cuántos hay y quién es cada uno”, agrega.

El tema de los domiciliarios se está empezando a convertir en motivo de cuidado a la hora de enfrentar este tipo de hurtos. La concejal Lucía Bastidas (Alianza Verde), quien reside cerca de la unidad asaltada el fin de semana, retoma una propuesta similar que hizo su colega conservadora Gloria Díaz, de hacer un registro de mensajeros y domiciliarios, pues “los están usando para envío de drogas”. Para Bastidas, las bandas son cada vez más organizadas y saben cómo actuar en cualquier barrio, por lo que propone, primero, “reconocer que hay problemas y asumirlos”. Luego “poner a funcionar las cámaras conectadas con la Policía, pues hay más de 5 mil y deben estar para prevenir el delito. Por último, se debe aumentar el presupuesto y tener más policías”.

Otra visión tiene el concejal Samir Abisambra (Partido Liberal), quien considera que los delincuentes están más osados, debido a que la Policía está atendiendo temas que no son de su competencia. “Con la emergencia sanitaria se ha desviado la atención de muchos temas, entre ellos la seguridad. Los policías deben estar en las calles, cuidando a la ciudadanía y no revisando el uso del tapabocas o entregando mercados. Esos temas son importantes, pero hay que buscar que los uniformados cumplan su función”.

Desde la academia también creen necesario evaluar las labores de la Policía y las estrategias de inteligencia para desmantelar estas bandas. Andrés Nieto, experto en seguridad de la U. Central, señala que los delincuentes se están especializando y que asimismo debe ser el trabajo del Distrito. “En esta cuarentena hasta los apartamenteros se reinventaron, se hacen pasar por funcionarios o domiciliarios y tienen hasta diarios de campo con puntos ciegos, cambios de vigilancia y casas solas”. Henry Cancelado, docente y analista de la U. Javeriana, cree que “hay que dejar a la Policía ser Policía. El Distrito debe destinar personal para temas civiles, porque a la Policía no se le pueden ‘colgar todas las llaves’”.

Por ahora las autoridades indagan lo ocurrido. El secretario de Seguridad, Hugo Acero, manifestó que “se iniciaron procesos de investigación. Tengo confianza, como en todos los casos en los últimos días, que vamos a tener buenos resultados en términos de detectar, detener y judicializar a todos los responsables”. Por su parte, la Policía anunció que en Usaquén, Suba, Puente Aranda, Teusaquillo y Chapinero se hará control preventivo. El coronel Héctor Borja, comandante operativo de la Policía Metropolitana, destacó que “hay una alianza estratégica con la seguridad privada. También un control sobre los ejes de movilidad donde hay mayor tránsito de vehículos y motos, pues en muchos casos se usa la modalidad de falso domiciliario. Estamos trabajando con las empresas de domicilios para hacer control y evitar nuevos hechos”.

Se espera que hoy se lleve a cabo el consejo de seguridad en la Alcaldía, en el que este tema, así como los otros delitos, se evalúen de forma puntual, al igual que las estrategias para hacer frente a la delincuencia, pues es claro que el regreso paulatino a la nueva normalidad trajo un aumento de hurtos y modalidades que se suman a las preocupaciones de la emergencia sanitaria.

Empresas de vigilancia piden no ser estigmatizadas

Además de los domiciliarios, otro gremio que se ha visto estigmatizado por los casos de hurtos a residencias es el de los vigilantes. Por eso, la Confederación Nacional de Empresas de Vigilancia Privada (Confevip), que agrupa a unas 100 empresas y más de 60 mil guardias de seguridad, hizo un llamado para que sean incluidos en el consejo de seguridad, o por lo menos tengan cierta incidencia en las decisiones que se tomen con miras a enfrentar los recientes casos de inseguridad en la ciudad.

El presidente de Confevip, Miguel Ángel Díaz, manifestó que “nuestro gremio está conformado por empresas serias, cuyos guardias cumplen con todos los requisitos para ocupar sus puestos. No se les puede estigmatizar cada vez que hay un acto delictivo”.

Díaz agregó que las empresas que agrupa la Confederación están comprometidas con proteger el empleo de estos y que continuarán prestando sus servicios y siendo pieza clave para la seguridad ciudadana.

Felipe García Altamar

Por Felipe García Altamar

Bogotano. Periodista de Uninpahu. Vinculado a El Espectador desde 2014. fgarcia@elespectador.com

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