Se viene una renovación en la Cámara por Bogotá

De los 18 políticos que representan la ciudad en el Congreso, sólo ocho aspiran a su reelección. Cinco buscarán dar el salto al Senado. Entre sus propuestas está trabajar en una bancada unificada y por el medio ambiente en la capital. Seguridad, otra de sus prioridades.

Mónica Rivera Rueda / mrivera@elespectador.com - @Yomonriver
10 de marzo de 2018 - 03:00 a. m.
Bogotá es la circunscripción con más escaños en la Cámara de Representantes, con 18 miembros. / Archivo El Espectador
Bogotá es la circunscripción con más escaños en la Cámara de Representantes, con 18 miembros. / Archivo El Espectador

Las elecciones al Congreso este domingo causarán un remezón en la lista de congresistas que representan a Bogotá en la Cámara. De los 18 políticos que llegaron hace cuatro años al Legislativo por la capital, sólo ocho aspiran a su reelección y cinco esperan dar el salto al Senado. Los demás decidieron quedarse por fuera de la contienda electoral. Es decir, al menos 10 de los representantes electos serán rostros nuevos en la política capitalina, entre los que se destacan activistas, delfines políticos y víctimas.

Los cambios son previsibles. Según el politólogo de la Universidad de la Sabana Cristian Rojas, es normal que quienes ocupan este tipo de cargos opten por ir al Senado, ya que la votación en la capital es más alta que en otras circunscripciones. Además, “la mayoría suele tener perspectivas más altas luego de darse a conocer en el Congreso”.

Entre los que quedan e intentan repetir curul se encuentran Clara Rojas, por el Partido Liberal; Efraín Torres, por el Partido de la U; Telésforo Pedraza, por el Partido Conservador; Edward Rodríguez y Samuel Hoyos, por el Centro Democrático; Inti Asprilla, por la Alianza Verde, y Germán Navas Talero y Alirio Uribe Muñoz, por el Polo Democrático. Ellos compiten contra otros 216 candidatos de 14 partidos por las curules en la Cámara.

Las perspectivas son variadas. Para Cristian Rojas, en estas elecciones se verá un fortalecimiento de Cambio Radical, al que se sumó este año la Misión Carismática Internacional y además tuvo un crecimiento importante en el Concejo. Por el otro lado, dice el politólogo, se espera un aumento en la representación del Partido Verde y el ingreso de los Decentes, “que han hecho una campaña muy visible”.

En cuanto al Centro Democrático, dice el experto, mantendría y podría fortalecer su presencia, a pesar de que se retiran caras visibles, como María Fernanda Cabal. “Primero, porque es un partido más fuerte que ya es reconocido por su labor y por ser el partido de Uribe, y segundo, porque tiene una importante bancada de concejales que han estado haciendo un importante trabajo de campaña”.

Para César Niño, Ph.D. y profesor de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, lo que va a ocurrir es una combinación entre políticos nuevos y viejos. “Veremos rostros de delfines jóvenes con las mismas visiones de siempre sobre la política. Por ejemplo, Gabriel Santos es uno de ellos, con un linaje político marcado por su papá, Francisco Santos. Pero también tenemos varios expertos en innovación, como Mauricio Toro, y en contratación, como Santiago Morales, o personajes como María Botero, que representa a los taxistas, lo que demuestra que veremos nuevas caras que pueden dar nuevas perspectivas a la Cámara”.

Los retos

Los nuevos representantes llegarán con diferentes intereses, entre los que se destacan los temas medioambientales, de salud, movilidad y seguridad. Pero “no se puede pensar que van a realizar lo mismo que un alcalde o un concejal, ya que ellos no van a estar resolviendo los problemas de la ciudad, sino tratando temas legislativos de interés nacional”, dice Rojas. No obstante, según el politólogo, en este sentido sí pueden ser trascendentales en temas de movilidad y seguridad urbana, que pueden ser vistos desde la perspectiva nacional.

Otro de los puntos importantes y que han estado en boca de los candidatos es el sistema de alianzas entre quienes resulten electos, con el fin de impulsar proyectos que involucren la ciudad. Al respecto, Niño considera que se trata de un asunto de gobernabilidad ciudadana, en el que los políticos deberán construir una relación más cercana con los habitantes de Bogotá, para que ellos entiendan lo que pasa en el Congreso, pero asimismo los representantes lleguen a las problemáticas de la ciudad.

Esto es de gran importancia si se tienen en cuenta las condiciones que se han presentado en las elecciones de Congreso. En las últimas dos décadas, las cifras de abstención han estado por encima del 58 % y desde los comicios de 2006 han superado el 60 %, a tal punto que en las elecciones de 2014, el abstencionismo en Cámara alcanzó el 64 %, es decir, de las 5’188.174 personas habilitadas para votar, sólo 1’844.323 participaron. La renovación está cantada. Sólo falta que quienes lleguen impongan una agenda real por Bogotá.

Por Mónica Rivera Rueda / mrivera@elespectador.com - @Yomonriver

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