El "Trueque social" es ciudad Bolívar es más que un simple invento. Con su metodología esta mujer logró mejorar la calidad de vida de miles de familias en Ciudad Bolívar, creando un banco donde todas las personas colaboran y todas ganan.
"No se necesita plata sino sueños, en el barrio todos intercambiamos servicios, por ejemplo una madre se ofrece a cuidar a los hijos de quienes están trabajando y a la vez, cuida los suyos. Mientras tanto, otra madre está atendiendo en el comedor comunitario, en la biblioteca, en sala de sistemas o cuidando los niños en los parques", dice la ganadora.
Este proyecto ha consolidado una comunidad para todos, donde los niños y jóvenes se han alejado de la violencia, la drogadicción, la mendicidad y la prostitución.
Una nariz de payaso ha sido el símbolo de Jacqueline, gracias a su carisma y a sus soñadores proyectos, su barrio, antes denominado "Gotas de sangre", ahora se llama "Bella flor".
Y es que la nueva mujer Cafam logró que los basureros se convirtieron en lugares productivos, que la misma población construyera un pueblo con todas las condiciones necesarias para vivir felices y tranquilos.
"Continuaré con mi mochila llena de sueños, sueños simples", dijo al recibir el premio Cafam a la Mujer 2008 que le fue otorgado de manos de la primera dama de la nación, Lina Moreno.
Por las víctimas
La primera mención de honor fue para la hermana Carolina María Agudelo, una mujer ha luchado por las víctimas de la violencia, especialmente por aquellas que han perdido sus seres queridos. Ella se encarga de velarles el duelo.
En Urabá de Antioquia, la hermana dirige la fundación Compartir desde hace más de 14 años. A través de fábricas, jardines, construcción de casas y bibliotecas, entre otras obras, capacita, acompaña y ofrece trabajo a las víctimas de la violencia.
"Mi deseo desde niña ha sido lograr que los demás sean felices porque yo he sido una mujer feliz toda la vida. Amo contagiar a los demás el gusto por salir adelante, por hacer las cosas bien y por tener lo que todo ser humano merece tener. El derecho de todos no puede ser vulnerado", dijo la hermana Carolina, al recibir el galardón.
Música para niños especiales
La segunda mención de honor fue para Amparo Arango, una vallecaucana que lidera la Fundación Amadeus. Allí niños y adultos con síndrome de down y con parálisis cerebral reciben atención y cuidado.
"Ellos son la fuente de vida de la Fundación. Yo logró a través de instrumentos musicales y de la danza, estimular y rehabilitar su mente y su cuerpo", dijo la vallecaucana.
Y agregó, " como la música es emoción, yo creé un método para los niños en situación de discapacidad. Ellos tocan interpretan y cantan y eso los hace muy felices y más tranquilos".