Colombia científica, un contrato sin firma

Esta iniciativa del Mineducación, que se oficializará en el 2017, aún no cuenta con documentos públicos que la respalden. Para algunos miembros de la comunidad científica, el programa es “improvisación del Gobierno”, pero para su coordinador, Víctor Hugo Malagón, el evento de presentación fue de socialización y no de lanzamiento para tratar de vincular el sector productivo con la ciencia.

Lisbeth Fog
05 de noviembre de 2016 - 12:25 a. m.
El economista Víctor Hugo Malagón es el coordinador de Colombia Científica. / Cristian Garavito
El economista Víctor Hugo Malagón es el coordinador de Colombia Científica. / Cristian Garavito

Hace unos días el ministro de Educación (e), Francisco Cardona, presentó en sociedad un programa que ofrece 90 becas de doctorado, 100 de maestría y el apoyo a ocho proyectos de ciencia, tecnología e innovación, cada uno con 20 mil millones de pesos. Gracias a un préstamo del Banco Mundial, que se oficializará en enero de 2017, Colombia Científica dispondrá de $234 mil millones –más de las dos terceras partes del presupuesto de Colciencias en 2016– para dos programas: “Pasaporte a la ciencia”, que enviará a los mejores estudiantes a cualquiera de las 500 mejores universidades del mundo según el escalafón de Shanghái, y “Ecosistemas científicos”, unas alianzas que deberán empezar a formarse con universidades nacionales y extranjeras, empresa privada y centros de investigación.

Estas alianzas estratégicas podrán presentar proyectos en temas que han sido priorizados como alimentos, energías renovables, sociedad, salud, nanotecnología, biotecnología y tecnologías de la información y las comunicaciones.

Algunos miembros de la comunidad científica, que prefirieron quedar en el anonimato, opinan que haber anunciado el programa sin que haya documento público que lo respalde y sin haber formalizado el préstamo, demuestra “nuevamente improvisación por parte del gobierno”. Además se preguntan dónde está la gobernabilidad del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación por parte de Colciencias, cuando es el Ministerio de Educación el que lidera el programa. El Espectador conversó con el coordinador de Colombia Científica, el economista Víctor Hugo Malagón.

¿Existe el documento que respalde Colombia Científica?

Sí los hay. Son documentos con toda la fortaleza, pero están a la espera de su ratificación para publicarlos.

¿Por qué lanzaron el programa sin tenerlos listos?

El evento fue una reunión de socialización y no de lanzamiento. Lo que quisimos fue disponer a las universidades, el sector productivo, centros de investigación y de innovación para que empiecen a pensar en sus proyectos de desarrollo, doctorales y sus alianzas para ganar tiempo en términos de la constitución futura de esas alianzas, propuestas y candidaturas que se consolidarán cuando se tengan los recursos para lanzar la convocatoria formal.

¿Pero sin términos de referencia como pueden esas instituciones empezar a formar las alianzas?

Los términos de referencia no podrán salir en tanto no esté consolidado el crédito con el Banco Mundial. Estos son meses de socialización del modelo que se quiere constituir. No abriremos convocatoria hasta tener la claridad de los recursos con el crédito de la banca multilateral.

¿Cuáles son las entidades que respaldan Colombia Científica?

Colciencias coordinará el componente de “Ecosistemas científicos”; Icetex estará al frente de “Pasaporte a la ciencia”; el Ministerio de Educación es la sombra que lanza la política y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo tendrá la responsabilidad de la articulación con el sector productivo. El crédito está en cabeza del Icetex.

¿Cuál es la diferencia de este programa con lo que hace Colciencias?

La primera es la magnitud de la convocatoria. La segunda, es que yo valoro la vinculación con el sector productivo y la necesidad de ponerlo a dialogar con la academia en un escenario de creación de conocimiento en ciencia, tecnología e innovación. La tercera es la estructuración de las alianzas y los miembros que deben ser parte de las mismas.

¿Son esos dos los programas que necesita el país para fortalecer su Sistema Nacional de Ciencia?

Hay dos temas. Primero, una gran prioridad hacia la formación que se ha querido construir de la mano de los agentes relevantes alrededor de la ciencia y la tecnología y me refiero al mundo de la educación superior, universidades y centros de investigación. Ningún recurso invertido en la mejor formación del capital humano será suficiente en países como el nuestro. Y segundo, la participación del sector productivo debe ser pertinente y dentro de los ecosistemas científicos parte de los rubros financiables será para formación de alto nivel en programas nacionales.

¿Cuánto durará el programa?

La ejecución de los recursos, una vez se autoricen, será de cuatro años. El desarrollo de los proyectos será de cinco años. Los recursos que se van a invertir deben generar el desarrollo de unas alianzas tan fuertes con distintas fuentes de sostenibilidad que nos permitan pensar que no se van a morir cuando no haya recursos de este programa. Yo aspiro a que tengan permanencia y continuidad.

¿Mientras se firma el crédito están aprovechando para redactar las convocatorias de tal manera que sea simultáneo el día de la firma y la apertura de las mismas?

Efectivamente, ese es el mensaje. Sería irresponsable lanzar términos de referencia antes de tener la certeza de la apertura de la convocatoria. También sería irresponsable esperar hasta enero para tener las convocatorias para que los actores se enteraran de los avances del programa. Seguiremos comunicando a las universidades acreditadas del país a que sigamos reflexionando y haremos jornadas en las regiones. La retroalimentación es pertinente para perfeccionar la construcción de los términos de referencia. Las alianzas llegarán mucho más fortalecidas.

¿Cuál ha sido el aporte de las universidades y empresas que han escuchado sobre el programa?

Por un lado es la evidencia de que todos los escenarios que hemos creado para propiciar el diálogo universidad-empresa-Estado han sido insuficientes. Y (que esté listo) el diseño de los instrumentos jurídicos para la conformación de las alianzas, así como los temas administrativos y operativos.

¿Cuál será el aporte de este programa al país?

Armonizar los lenguajes de lo académico y del sector productivo.

Por Lisbeth Fog

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