El Magazín Cultural

Alto volumen: el ritmo de los caminantes

Seis caminos destinados a encontrarse, seis corazones que palpitando al mismo ritmo producen una sobrecarga de energía. Un bajista, un saxofonista, un guitarrista, un baterista y dos vocalistas son el alma de Alto Volumen. Agrupación caleña que le canta a la vida, al barrio y a los caminantes del día a día.

Kathleen Agudelo
11 de mayo de 2018 - 01:48 p. m.
Los integrantes de la banda caleña Alto Volumen, conformaron la agrupación en 2010. / Juliana Santander
Los integrantes de la banda caleña Alto Volumen, conformaron la agrupación en 2010. / Juliana Santander

Cuenta la leyenda oriental que las personas que están destinadas a conocerse tienen un hilo rojo en su dedo meñique. Quizá Dawer, Pamela, Jonathan, Damper, Felipe y Junior no poseen un hilo rojo exactamente, o al menos así no lo imaginan, pero lo que sí poseen es un mismo corazón que late al son de sus rimas, jóvenes que se levantan cada mañana con un propósito. La arteria Ulnar en su dedo meñique que al conectarse con el corazón vibra al ritmo de la batería, del bajo, la guitarra, del saxofón y lo que termina completando la cordura de su arte, las cuerdas vocales. 

Estaban llamados a ser la familia que ahora son. Seis corazones que unidos bajo las mismas pulsaciones del amor por la música decidieron hacerle un homenaje a la vida, los sueños y su realidad mostrando la otra cara de un barrio, aquella que muchos deciden callar y que ellos, por el contrario, deciden narrar. Provenientes de la comuna 15 al oriente de Cali, inmersos en distintos problemas sociales que caracterizan este sector fueron contra la corriente y reescribieron el rumbo de sus vidas.

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Con 16, 17 y 18 años, se inscribieron en el programa para fomentar la política en jóvenes por medio del arte en el Centro Cultural del Vallado en el año 2010, allí surgió la idea de conformar una banda, pero fue en el año 2012 cuando tuvo más consolidación y uno de sus ex-integrantes, Jefferson Idrobo, compuso la primera canción “Caminante de Barrio”, que además es ahora su canción emblema. Como dice Damper Vergara, rapero de la agrupación —“Caminante de barrio es la canción más especial porque se convirtió en el tema musical que marcó a la gente. Es una canción que hace alusión a esos héroes anónimos, los que se levantan cada mañana a trabajar, el que vende helados, flores, que sueñan en grande. Toda persona que sienten el feeling con nosotros es un caminante”.—

—¿Y caminante entonces qué es exactamente?— Se miran, lo piensan, como cuando algo se hace tan especial que es difícil de explicar, exactamente así.

Al final el guitarrista Jonathan Morales se decide y afirma— “Caminantes son todas las personas que se levantan cada mañana con una meta”—

Ellos... los caminantes de barrio, los caminantes del distrito de Santiago de Cali. Como dice en la canción “aprende a volar lejos”, ellos lo hicieron. En el año 2013 volaron tan alto que obtuvieron el segundo lugar en el Encuentro de Talentos “Somos Pacífico”. El patrocinio de la Agencia Somos Pacífico fue un de los premios otorgados, que además de aportarles económicamente para el cumplimiento de sus proyectos, creyó en ellos, en su talento y les ofreció el personal que ahora hace parte de esta gran familia como diseñadores, manager, otros que hacen parte del equipo administrativo de Tecnocentro y por supuesto, como las buenas vibras llaman buenas vibras, han llegado más personas que también sueñan en grande con ellos.

Gracias a esta agencia han podido realizar varios proyectos, entre los que se destacan la primera gira “Caminantes Tour” en el año 2016 en México, Oktoberfest del año 2015 y 2017, Afrofest, Cusumbo 2017, entre otros, pero sin duda uno de sus eventos más significativos: El lanzamiento de su segundo álbum “Somos, seremos o no somos tal vez”, de la mano del gran productor caleño que le otorgó el universo sonoro al álbum, Pedro Rovetto. Evento que trasciende más allá de cualquier otro porque representa a Alto Volumen en la cúspide de su trayectoria hasta el momento. Un evento tan propio como el sabor al chontaduro caleño, la lulada o el champús. En palabras de su manager, Sergio Vargas, “Todo Cali se puede sentir orgulloso de este álbum. Alto Volumen cumple los sueños así, de manera colectiva”.

Tras el primer álbum “Algo Simple”, afirman que ahora se encuentran más consolidados al ritmo de hip-funk. El deleite de la mezcla entre el hip-hop y el funk. Letras llenas de sentido, amor, lucha, obstinación y gratitud. Como en el cierre de su gran actuación ¡Esta bendita música educa los oídos y los corazones!

Cada vez en tarima seis siluetas son las protagonistas del momento. Las miradas se dirigen hacia el mismo punto, los corazones se sobresaltan y la emoción se apodera del  lugar. Así se vive el ambiente de Alto Volumen en el escenario. Tomaron lo que para ellos representa la mejor de sus decisiones: la música como forma de vida. Aunque todos tienen labores distintas como gestores culturales, profesores particulares de música, modelos o estudiantes, su eje principal es la agrupación. Sus ensayos son el pan de cada día, el oxígeno de sus pulmones y la alegría de sus sinsabores.

Su pasión y amor los ha llevado a lograr cosas que jamás hubieran podido imaginar o que tal vez eran sus sueños más locos. De hacer covers y esperar turnos de 30 personas para cantar en el grupo del Centro Cultural, a ser seis firmes almas dispuestas a despertarse cada mañana con la ilusión de tocar, componer y cantar. Seis firmes caminantes que ayer lo soñaban y hoy ya lo están haciendo realidad. A punta de prueba y error, como afirma Junior Zambrano, director, baterista y vocalista de la agrupación, la vida les ha posibilitado creer en este proyecto.

Caminantes van y vienen. Aunque Damper, Pamela, Junior, Dawer, Felipe y Jonathan no han estado siempre juntos, a la hora de tocar es como si lo hubieran estado. Funcionan como un campo magnético, la energía se desborda y la corriente eléctrica no se dimensiona. Al momento de crear el nombre “Alto Volumen” se inspiraron en un letrero que colgaba de la pared que indicaba mantener el volumen de la voz bajo, pensaron que era injusto obedecer. Efectivamente, ¿por qué callar o bajar el volumen cuando se tienen tantas cosas por decir? Voces particulares, letras que evidencian que de la avenida para adentro también se muestra. Que la gente luchadora, trabajadora y soñadora todavía vive, camina y se apodera. Que los caminantes persisten, no se rinden e insisten.

¡Caminante tú, dime qué caminas!

 

Por Kathleen Agudelo

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