De las 175 cartas que recibió León Tolstoi desde América Latina y España, 65 constituyen la exposición internacional “León Tolstoi y el mundo hispanohablante”, que se realiza en Moscú, con la curaduría del profesor Rubén Darío Flórez de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 25 de agosto del presente año, es el resultado de una investigación adelantada por el profesor Flórez, quien, además, es ministro consejero de la Embajada de Colombia en Rusia.
El docente señala que, en septiembre de 1909, José Antonio Lima solicita en su carta al escritor ruso su valoración de las tesis sobre la mentalidad colombiana y la autonomía municipal: “Llegamos hasta la quimera, somos tan espontáneos para prometer y tan estrictos para no cumplir”.
Lima adjuntó un ejemplar del periódico El águila negra, del que era director, y exhorta a Tolstoi para que opine sobre el artículo Autonomía municipal. “La administración municipal es el regulador de su bienestar material”, menciona en su misiva. Dos décadas antes, José Asunción Silva había escrito en Bogotá el primer ensayo y mostró a los colombianos la sinigual complejidad narrativa de Guerra y Paz. El poeta interpretó con genial perspicacia que el escritor ruso predecía la caída del imperio zarista.
Español, lengua internacional
Según el profesor Flórez, el establecimiento de un territorio postal universal produjo un cambio en la cultura, del cual la literatura fue una de las favorecidas. El intercambio epistolar entre lectores y escritores hizo del español una lengua internacional.
“En septiembre de 1874 ocurrió un acontecimiento que transformó el mapa de la cultura. En Berna (Suiza), la Unión General de Correos creó el territorio postal universal, a través del cual sería posible el intercambio de fotografías, impresos y cartas en el mundo entero”, menciona el docente, quien agrega que Colombia suscribió dicho tratado el 1 de julio de 1881.
En su opinión, esta apertura estableció un modo de comunicación en la literatura, por ejemplo, el intercambio epistolar entre lectores anónimos y escritores; a su vez, convirtió al español en un idioma de intercambios y comunicación internacional. Asimismo, empezó una nueva época, pues, a través de las cartas fue posible la difusión de opiniones sobre hechos culturales y sociales de personas corrientes.
Por tanto, las cartas se enviaron sin temor a su pérdida y a un costo asequible para los ciudadanos de a pie. Con la masificación del correo postal internacional la cultura abandonaba sus pedestales clásicos.
Uno de los beneficiados fue el escritor ruso León Tolstoi, quien sostuvo una importante correspondencia con lectores hispanohablantes. Según el profesor Flórez, en los archivos del Museo León Tolstoi, entre 1890 y 1910, el autor de Ana Karenina recibió cada año seis cartas en español que provenían de las capitales de América Latina y España.
Las cartas evidencian un sistema de códigos compartidos con Tolstoi, entre ellas la crítica al sistema de valores sociales y culturales del siglo XIX, la pedagogía como medio de transformación del sujeto individual para la renovación social, la utopía social de la hermandad que se consigue por el influjo de la literatura y de las producciones de la imprenta (la prensa, las ficciones literarias y los ensayos). Asimismo, la acción de lo escrito y la ficción artística en la vida social.
La exposición internacional “León Tolstoi y el mundo hispanohablante” es un hallazgo literario muy importante, si se tiene en cuenta que nunca antes la correspondencia del escritor ruso había sido expuesta.