El Magazín Cultural

Descubriendo a La Ché

Cecilia Ramos es la creadora de este personaje, que le abrió las puertas al escenario del humor gráfico. La diseñadora nos habla sobre la historia de su personaje y la publicación de su primer libro: “La Ché, un día a la vez”.

SORAYDA PEGUERO ISAAC
24 de abril de 2017 - 02:44 a. m.
Cecilia Ramos es la creadora de La Ché, una de las caricaturas de “Cromos” y  El Espectador.  / Foto: Mauricio Paz
Cecilia Ramos es la creadora de La Ché, una de las caricaturas de “Cromos” y El Espectador. / Foto: Mauricio Paz
Foto: Fotografiamp

Sólo se sabía tres chistes. Tres chistes que contaba mal y que la hacían reír a ella antes que a nadie. Convertirse en humorista gráfica no era una opción para Cecilia Ramos. Ni siquiera fue un deseo. Simplemente sucedió. Un día sintió el impulso de hacer reír a su esposo y a su hija, y se dibujó a sí misma preparando huevos revueltos y cantando una ranchera. Así nació el personaje que la ilustradora dio a conocer a través de las redes sociales y que le abrió las puertas al escenario del humor gráfico: La Ché.

En octubre de 2016 viajó desde Cali hasta Bogotá para participar en la Exposición de Caricatura de Opinión, donde más de 30 caricaturistas colombianos mostraron su apoyo al Sí en el plebiscito por la paz a través de sus obras. Cuando los caricaturistas se reunieron para hacerse una foto de grupo, Cecilia Ramos, que era la única mujer presente, tuvo dificultades para subir a la tarima en la que estaban sus colegas. “No me dejaban pasar —dice entre risas—. Pensaban que era una infiltrada, alguien del público que sólo quería salir en la foto”. Finalmente pudo acomodarse en una esquina. Todos estaban listos para sonreír a la cámara, cuando de repente se escuchó la voz de una mujer del público que gritó: “¡Que viva la mujer en la caricatura!”.

Cecilia Ramos es La Ché. Detrás de su firma no hay un guiño al célebre líder revolucionario. La Ché viene de Chechi, que es como la llaman sus amigos. Desde 2014, la ilustradora comparte reflexiones sobre temas diversos y escenas de su vida cotidiana con una comunidad virtual que tiene más de 100.000 seguidores y que se extiende por varios países de Latinoamérica.

Nació en 1980, en Pasto (Nariño), pero ha vivido en Cali desde que era una niña. Cuando terminó la carrera de diseño gráfico en la Universidad del Valle decidió que su centro de operaciones estaría en su casa. Trabajar en su estudio, donde tiene sus libros, una hamaca, una mesa, sus pinceles y la supervisión de sus dos gatas, le parece más natural que ir cada día a una oficina. Además de las viñetas de sus personajes Misiá Colombia y La Ché, que actualmente tiene un espacio en la revista Cromos, es la ilustradora de Tedio y Ficción, un cómic semanal sobre la tristeza “y otras cosas” que creó junto con el periodista Juan Carlos Rincón Escalante. Cecilia Ramos combina el diseño gráfico con la ilustración, la escultura y la fotografía. Se siente satisfecha de haber sobrevivido al sistema educativo tradicional, como una rebelde que creció sin perder la capacidad de expresar su arte con la espontaneidad de una niña.

—En el colegio, las artes están relegadas a un segundo plano. Sobreviví porque me mantuve alejada de esa actitud cuadriculada que quieren imponernos. Siempre dibujé. Siempre hice cosas con las manos con total libertad.

De aquella niña, que no tenía recursos para comprar cómics y que construía sus propios libros con las viñetas de Mafalda y Calvin y Hobbes que recortaba de periódicos y revistas, Cecilia Ramos conserva el prodigio de la sorpresa.

—Todos los días me sorprendo de que la gente me escriba para decirme que se ríe con La Ché y que siente empatía por el personaje. Cuando empecé no tenía ningún propósito. No me dije: voy a luchar por esto o quiero cambiar esto. Sólo puse una parte de mi vida y mis opiniones ante los demás. Y aunque no me he puesto una bandera, me encanta que grupos feministas y grupos que defienden el movimiento LGBTI se identifiquen con algunos temas que pongo sobre la mesa.

Crear una viñeta por día se convirtió en algo más que una afición. Era un reto. Cecilia Ramos no cree que deba darles menos valor a las cosas simples de la vida. Es capaz de transformar el detalle más pequeño en el argumento de una viñeta. Para cumplir con su propósito, no dudó en aprovechar fragmentos de conversaciones con su hija, la relación tóxica que mantenía con su tesis de grado o una mancha en la ropa.

Tras dos años de trabajo diario, la ilustradora se propuso dos metas: publicar en un periódico y reunir sus viñetas en un libro. En enero de 2016 cumplió la primera: La Ché empezó a aparecer en la edición dominical de El Espectador. Luego se presentó a la convocatoria de Estímulos Cali 2016 y ganó la beca para publicaciones, cómic o novela gráfica, una oportunidad para alcanzar su segunda meta: La Ché, un día a la vez 1 , su primer libro.

Cecilia Ramos eligió las cien viñetas de La Ché que más les han gustado a ella y a sus seguidores. Las frases célebres de su hija Antonia, las propiedades terapéuticas de una hamaca, la manera en que un look de femme fatale se convierte en solo fatal, la depresión post-party y varias dudas existenciales —“¿Cuántas veces en la vida habré amado para siempre?”— son algunos de los temas que expone en las viñetas escogidas.

—Coloqué las cien viñetas en orden cronológico porque con frecuencia me escriben personas que se dedican a lo mismo que yo para preguntarme cómo funciona mi proceso creativo. Quería mostrarles que mis dibujos han ido cambiando, que vieran cómo ha ido evolucionando mi trabajo desde que empecé hasta ahora.

La Ché no habla de política ni de religión. Cecilia Ramos prefiere que su personaje se mantenga al margen de las polémicas que a veces generan estos temas. Para compartir sus puntos de vista sobre estos asuntos creó a Misiá Colombia, el personaje que relevó a La Ché en El Espectador. Vestida con la bandera colombiana y con una flor de mayo en el pelo, Misiá Colombia representa un país joven, de apenas 15 años, pero con demasiados problemas. Según el diagnóstico de una psicóloga, padece esquizofrenia, autismo, neurosis histérica y psicosis.

Le pedí a Cecilia Ramos que respondiera una pregunta del famoso cuestionario Proust:

—¿Hay un rasgo de sí misma que le guste más?

—¿Quieres que te responda como Cecilia o como La Ché?

—Como prefiera.

—El gusto por el baile. Bailar es como sonreír con todo el cuerpo.

—¿Quién lo dice, usted o La Ché?

—Somos la misma vaina.

Por SORAYDA PEGUERO ISAAC

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