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Encontrarse por medio de las mentiras

El libro de la escritora Elena Ferrante, “La vida mentirosa de los adultos”, contará próximamente con una serie en Netflix.

Elena Chafyrtth – @Chafyrtths
09 de octubre de 2020 - 10:12 p. m.
Elena Ferrante ha publicado "Crónicas del desamor", "Un mal nombre" y "La amiga estupenda", entre otros.
Elena Ferrante ha publicado "Crónicas del desamor", "Un mal nombre" y "La amiga estupenda", entre otros.
Foto: Portada Lumen

La escritora italiana Elena Ferrante es sinónimo de misterio, puesto que tras diez años de éxito literario su seudónimo ha servido para que su nombre real permanezca oculto. Debido a esto, ha recibido el aplauso de muchos críticos, quienes aseguran que es la primera vez que una escritora permite que brille cada uno de sus editores. Después del éxito de sus libros Crónicas del desamor, Un mal nombre y La amiga estupenda la escritora vuelve a deleitar a sus lectores con la novela La vida mentirosa de los adultos, libro que fue traducido por Celia Filipetto, publicado hace más de un año en Italia y desde hace aproximadamente mes y medio se encuentra disponible en todas las librerías de Colombia.

En ocasiones, dejamos que sean otros quienes por medio de una frase se encarguen de definirnos. Entonces, basta con dos o tres palabras para que creamos en esa voz. A partir de allí caminamos, nos movemos y sonreímos de acuerdo con lo que nos dijeron y con el pasar del tiempo, renunciamos a escudriñar qué hay dentro de nosotros mismos. En esta novela, Elena Ferrante nos presenta a Giovanna, una adolescente que, gracias a una palabra, descubre la historia de su familia y entre viajes y personas, entre libros y acontecimientos, se encuentra a sí misma.

Giovanna es una joven que disfruta de la compañía de sus padres Andrea y Nella, y a quien desde pequeña le causaron curiosidad los libros de filosofía y literatura de su padre. Así inicia el mundo de la adolescencia, repitiendo lo que les escuchaba decir, comportándose con prudencia, ejerciendo los modales finos que le habían enseñado, posturas y sobre todo la regla que no podría olvidar, nunca bajo ninguna circunstancia debía demostrar sus sentimientos ante los demás, la fragilidad no estaba bien vista en su familia. Creció en compañía de sus dos amigas, Ida y Ángela, pues sus padres tenían íntima amistad con los de ellas.

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“Dos años antes de irse de casa, mi padre le dijo a mi madre que yo era muy fea. La frase fue pronunciada en voz baja, en el apartamento que mis padres compraron en cuanto se casaron, en el Rione Alto, en la parte de arriba de San Giacomo dei Capri. Todo se detuvo: los espacios de Nápoles, la luz azul de un febrero gélido, aquellas palabras. Yo en cambio, quedé a la deriva y sigo ahora a la deriva dentro de estas líneas que quieren darme una historia, y sin embargo no son nada, nada mío, nada que haya empezado de veras o haya llegado a puerto: solo una maraña que nadie, ni siquiera quien escribe en estos momentos, sabe si contiene el hilo preciso de un relato o es simplemente un dolor enredado, sin redención”.

Bastó con escuchar la palabra “fea” para que a Giovanna le cambiara la vida. Siendo tan solo una adolescente, sus días no volvieron a transcurrir con la misma tranquilidad de antes. Las tardes se convirtieron en un espacio para el reproche, la culpa y la insatisfacción. Después del colegio llegaba a casa y lo primero que hacía era dirigirse al espejo, donde detallaba y al mismo tiempo se lamentaba por sus rasgos fuertes; se tocaba su nariz, su boca y trataba de acomodarlas con la ilusión de tener otra apariencia. Aun así, la situación siguió empeorando, al escuchar a su padre decir algo que le quebraría el alma. “— La adolescencia no tiene nada que ver, se le está poniendo la misma cara que a Vittoria”.

A partir de aquella frase empezó una nueva búsqueda. Sabía que esa mujer era su tía, sin embargo, nunca antes la había visto. Entonces, las dudas y la ansiedad empezaron de nuevo, pero esta vez con más fuerza. Estaba segura de que existía una historia detrás, de lo contrario su padre no se hubiese empeñado en ocultar el rostro de la mujer en cada foto del álbum familiar. Pero ¿Cuál era la causa de semejante odio? ¿Conocer a Vittoria era la única manera de recuperar su autoestima? ¿Podría ella unir a su padre con su tía de nuevo?

Por medio de esta novela, Ferrante nos hace sumir ante un mundo de palabras y significados, situaciones familiares, odios y una obsesión por el pasado. En cada página nos arrastra por los sentimientos de cada personaje, demostrándonos que no existen seres humanos en su totalidad buenos o malos. Existen seres que caminan por este mundo y durante este largo viaje se caen, se equivocan, se arriesgan y se limitan; unos días aman con toda su alma y al otro día y con la misma intensidad deciden odiar. Leer a la escritora italiana es estar atento a cada movimiento, cada decisión y cada mentira, porque detrás de ellas se esconden infinidades de aventuras por vivir.

“Ahora que había conocido a Vittoria traté de entender si entre las dos había aspectos en común, pero fue una tarea tan persistente como inútil. Ella era una mujer anciana— al menos desde la óptica de mis trece años — y yo una adolescente: demasiada desproporción entre los cuerpos demasiado intervalo de tiempo entre mi cara y la suya. Además, ¿dónde estaba en mí aquella energía suya?, ¿aquel calor que le encendía los ojos?”. Al salir de la casa de su tía, de inmediato sintió que ese también era su hogar, algo había heredado de ella, escucharla hablar con su tono fuerte, vulgar e imponente robaban toda su atención. Quería conocer la historia de su vida y comprender qué había separado a su tía de su padre. Pero, sobre todo, le atraía su mundo, conocerla era tener la oportunidad de observar a una mujer a la que no le importaba expresar todas sus emociones y no se guardaba nada. Podía mostrarse como una mujer mezquina y fría, pero en unas horas le mostraba al mundo su fragilidad y compasión.

Coincidir en su mundo adolescente con Vitorria la llevó a recorrer diversos senderos, conocer diferentes personas, amar por primera vez, a experimentar y al mismo tiempo empoderarse de su cuerpo y de su vida. Por esos días, Giovanna se enteró de que su padre guardó un secreto por quince años y es allí donde la historia se divide en dos, es en ese preciso instante donde se da cuenta de que los adultos mientras más pasa el tiempo, más se sumergen en un mundo lleno de mentiras.

Las mentiras por parte de su tía con tal de retenerla a su lado y, por supuesto, escuchar las mentiras de sus padres para seguir llevando una vida de apariencias, la obligan a construir sus propios pasos. Entonces, decide construir un mundo lleno de engaños para poder salvarse, para enfrentarse a la vida por ella misma sin necesidad de ser guiada por nadie. En ese camino inesperado Giovanna experimenta diversas emociones, renuncia a ser controlada, renuncia a seguir pronunciado las mismas palabras que tanto le enseñaron.

En esta novela, una historia familiar nos muestra diversos caminos para enfrentar la vida, en la que las mentiras nos golpean. Aquí los engaños no se ven como un problema, todo lo contrario, gracias a ellos Elena Ferrante hace que nos preguntemos todo el tiempo por lo que oímos y, en ese ir y venir, tengamos la posibilidad de descubrir el mundo por nosotros mismos, por contar la historia y la vida de acuerdo con nuestra mirada y no como nos la contaron.

Por Elena Chafyrtth – @Chafyrtths

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