Ambos directores mutaron la idea que tienen de sus madres. La de Eborn, por ejemplo, murió cuando ella era adolescente y por mucho tiempo vivió con esa melancolía que produce la soledad, incluso, los primeros años soñó con su madre y pensó en las posibilidades de volverla a traer a la vida. Mientras que la mamá de Ruíz Navia era una mujer viva pero llena de desaliento por vivir. Una crisis espiritual la llevó en un momento dado a recurrir a varios espacios de sanación, allí fue donde logró recomponerse y encontrar nuevos motivos para seguir adelante. Año más tarde se convirtió en abuela por segunda vez.
Lo que Anna vivió en varias oportunidades fue una epifanía, una revelación o aparición de una persona que está muerta. En otras palabras, es una iluminación que permite a un ser ver su realidad de una forma ensoñada en respuesta a lo que en ocasiones puede ser la realidad y el desapego que podría generar.
Para los directores la epifanía podría definirse como una especie de “sueño documental”, no fruto de efectos o alteraciones digitales, sino producto del cambio en el orden lógico de las cosas.
En Epifanía los recuerdos reconstruidos de los dos directores y la realidad alterada de la vida de los personajes principales se tejen en un movimiento ficticio que va de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.
El reparto de la película, coproducida por Contravía Films de Colombia y Plattform Produktion de Suecia, cuenta con la participación de Cecilia Navia, madre del directo Ruíz Navia, Juanita Escobar, fotógrafa documental con conocimientos en sanación espiritual, Carmen Ruíz Navia, Manuk Aukan Mejía Ruíz y Anina Ixchel Mejía Ruíz.
Presentación internacional
Antes de llegar a Colombia la tercera película del director colombiano, Oscar Ruíz Navia (El vuelco del cangrejo, Los hongos), realizada en codirección con la sueca Anna Eborn, ésta se presentó en festivales de cine como el de Busan, Corea, donde se hizo su primera proyección en la sección World Cinema.
Después pasó por el 40 Göteborg Film Festival en Suecia; su premier iberoamericana fue en la Competencia Oficial Cine Colombiano del 57 Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI). También participó en el Festival CPH: DOX en Dinamarca y el Festival de Biarritz - Amérique Latine.