El Magazín Cultural

La escuela pública bilingüe que inspira

El Jorge Nicolás Abello es el mejor colegio de secundaria del país y el primer estatal en graduar estudiantes con buen nivel de inglés en la capital del Atlántico. Uno de sus profesores ganó el premio Gran Maestro 2016.

Jesús Fragozo
27 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.
El profesor Fabián Padilla, la rectora del colegio Jorge Nicolás Abello, Matilde Inés Camargo, y un grupo de estudiantes del plantel.  / Cortesía
El profesor Fabián Padilla, la rectora del colegio Jorge Nicolás Abello, Matilde Inés Camargo, y un grupo de estudiantes del plantel. / Cortesía

En una cancha del colegio distrital Jorge Nicolás Abello, en el suroccidente de Barranquilla, hay 20 niños cantando Heal the World de Michael Jackson. Son alumnos de cuarto grado que ensayan para una presentación la otra semana, mientras que en una de las aulas tres estudiantes de once terminan de inscribirse en la universidad en donde, si todo sale bien, estudiarán becados. El Abello, como es conocido, es el mejor colegio de secundaria del país, según el Ministerio de Educación, y es el primer estatal bilingüe del Atlántico. Uno de sus profesores, Fabián Padilla, ganó el premio Gran Maestro 2016.

Tiene dos sedes y 1.350 estudiantes que provienen en su mayoría de barrios de estratos 1 y 2, y más de mil padres han solicitado ya un cupo en el plantel, aunque sólo 105 niños ingresarán el otro año. La rectora, Matilde Inés Camargo, licenciada en biología y con maestría en educación, afirma que “el Abello se ha transformado por la innovación”. En 2007 comenzó el programa de bilingüismo y se implementó la jornada única, pese a que no había comedor y a que fue necesario construir 10 aulas de tablas en el patio para que los alumnos de aquella entonces no perdieran clases. Villa Matilde, como se bautizó jocosamente a los improvisados salones que se inundaban cada vez que llovía, funcionó por dos años, hasta que se consiguió la segunda sede.

La institución está llena de afiches con mensajes en inglés. Un despistado negaría que sea un colegio público, sobre todo si escucha a los niños cantar, que —a veces— parecería que están dentro de un auditorio. Hay dos murales y muchas fotos colgadas en pizarras de corcho de la maratón de lectura, del English Day, de la Prueba Saber, de los Juegos Abellistas, de un encuentro de matemáticas y hasta de cuando el profe Padilla ganó el premio por su trabajo en el plantel.

“¡Un colegio público bilingüe, en aquel entonces era impensable! Pero es viable y necesario. A nosotros nos ha costado nueve años sacar adelante este proyecto. Pasamos de dictar cuatro horas de inglés a dar más de 20 cada semana”, asegura Padilla, licenciado en lenguas modernas con una maestría en inglés, que ahora también comparte este modelo de enseñanza en diferentes regiones del país y asesora al Ministerio de Educación en el programa Colombia Bilingüe. El Abello inspira a esta cartera y a los rectores de varias escuelas estatales de Pereira que ya conocen su experiencia y reciben asesoría.

En el colegio también estudian 16 alumnos que fueron escogidos para viajar a EE. UU. para participar en los campos de inmersión en inglés. Fue una de las tres instituciones que tuvieron más estudiantes clasificados, después del Técnico Central de Bogotá (34) y el Liceo Integrado de Bachillerato Universidad de Nariño, en Pasto (17). Leydi Perdomo, de 15 años, quien está junto con seis compañeros de clase en una de las gradas del plantel, cursa décimo y estuvo a mediados de este año en el estado Nuevo Hampshire. Ella fue una de las seleccionadas del grupo de 100 jóvenes que asistieron a estos espacios. “Fue una gran experiencia, tanto que cuando llegué a Colombia, la primera semana, me hizo muchísima falta hablar inglés todo el tiempo”, dice emocionada.

It’s English Time es el nombre del proyecto con el que este colegio cambió su forma de enseñar a niños y adolescentes de escasos recursos. Profesores de todas las áreas tuvieron que estudiar este idioma, mientras que los licenciados en lenguas modernas dictaron clases a alumnos de primaria para que se familiarizaran más fácilmente con el inglés. El Abello, además, recibe cada año a dos nativos estadounidenses que también instruyen a los estudiantes, y los alumnos de grado once imparten clases de inglés a niños de cinco años del ICBF que, en su mayoría, entran luego a este colegio. Así es como funciona el Jorge Nicolás Abello.

“En Colombia hay pocos colegios públicos bilingües, porque tanto profesores como estudiantes no se ponen de acuerdo. Hay mucho negativismo”, dice Padilla, quien reitera que enseñar inglés en un colegio distrital es más complejo, depende de iniciativas propias. La rectora sostiene que, con buenas ideas, los estudiantes se apropian más fácilmente del conocimiento, aunque la infraestructura del plantel no sea la más moderna y falte hacerles mantenimiento a los pupitres. Quizás esa es la razón por la que alumnos de cuarto cantan uno de los temas más conocidos de Michael Jackson y las pizarras de corcho revelan que en este colegio se hacen muchas actividades durante el año, para estimular a sus estudiantes.

Por Jesús Fragozo

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