El Magazín Cultural

Fotografiar: una forma de robo que nadie percibe

El Volcán del Totumo, capturado por la lente de Camilo George, provocó para Imaginarios una intensa reflexión sobre la fotografía. 

Érika Martínez Cuervo
18 de diciembre de 2019 - 10:42 p. m.
(Volcán del Totumo). Sin título (2019) -fotografía digital sensor Monocrom. / Camilo George Jimeno
(Volcán del Totumo). Sin título (2019) -fotografía digital sensor Monocrom. / Camilo George Jimeno

Esta vez el registro del Volcán del Totumo que hizo Camilo George se convirtió en una bella trampa para que él me dijera cosas sobre la fotografía. Mientras me hablaba tomó en sus manos varias veces una de las cámaras que porta de forma permanente: una Rolleiflex SL35 E e hizo referencia a su fascinación por esas máquinas análogas que encarnan una nobleza material en todo sentido. Insistió en decirme que más que fotógrafo se considera un coleccionista y confesó que para él hacer fotografías es “hacer de uno algo que no es de uno”, expresión que me sugirió la idea de un robo que nadie percibe. No le interesan las series, simplemente la imagen en sí misma, sin más pretensiones de lo que ya es, y cuando piensa en eso evoca la errancia con la que observó y escribió el filósofo Walter Benjamin. “Hay que librarse del autoritarismo del arte”, dice con ahínco George.

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Su fotografía del volcán, ubicado en el corregimiento de Santa Catalina (Bolívar), nos deja ver el montículo sin rastro de los peregrinos que ascienden la escalera para sumergirse en el cráter de lodo. El ángulo acentúa el carácter casi sagrado de esta forma geológica: la cámara capturó el peso con el que se impone en el paisaje. Con esta imagen el fotógrafo logra mostrarnos el espacio “en silencio”, despejado de la masa humana que allí deambula.

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Quedarme viendo esta imagen de Camilo George me hizo recordar las fotografías de la serie Desiertos (1992) con la que Fernell Franco quiso registrar la brisa del pacífico: esa forma de la belleza en el aire. Franco tenía una obsesión por la lentitud: “no confío en la rapidez de nada y menos de una fotografía”. También pensé en la película The Better Angels (2014) del director A.J. Edwards producida en blanco y negro que narra la enigmática infancia de Lincoln en el desierto de Indiana. Ver una imagen es - de alguna forma - ver todas esas otras imágenes que están fuera de cuadro. (…) Dijo Camilo George casi al final de nuestra charla: “Me interesa más lo erótico que el significado de las imágenes”; y claro, eso erótico está en esa atracción inevitable por lo fotografiado, en la excitación del ojo que es el sentido más tactil y que está justo ahí detrás del visor.

Por Érika Martínez Cuervo

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