El Magazín Cultural

Musas, desde lo íntimo

El Museo Nacional y la Alianza Francesa exponen obras de mujeres.

Sandra Fernández
25 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.
Obra de Vinie Graffiti dentro de la muestra que organiza la Alianza Francesa en torno a la mujer.  / Vinie Graffiti
Obra de Vinie Graffiti dentro de la muestra que organiza la Alianza Francesa en torno a la mujer. / Vinie Graffiti

El arte es símbolo de libertad, una habitación infinita dispuesta a morar, con técnicas, conceptos, pensamientos o ideas. Los artistas se han apropiado de una existencia que de lo surreal puede llegar a convertirse en algo muy real. Durante este mes de noviembre, son las mujeres quienes establecen un diálogo a través del arte en la ciudad de Bogotá, a través de la pintura, la escultura, dibujos, audiovisuales y apartes de performance. Se han tomado lugares de exposición, en donde en vez de considerarse las musas, se convierten en creadoras, dibujando conceptos femeninos que durante siglos se han establecido en una sociedad conservadora, aludiendo, reprochando, hasta determinar una mujer actual libre y sin ninguna clase de discriminación.

Es así como 18 artistas de la historia colombiana entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XXI salen a relucir en Voces íntimas, en el Museo Nacional, una muestra que propone como eje central la intimidad de la mujer en torno a varias representaciones en cinco secciones particulares: Casa, Cuerpo, Diarios, Deseo y Silencio. “¿Tendremos poder dentro de la intimidad?”, preguntaba la artista colombiana Ana Salas en el conversatorio “Dimensiones políticas de la intimidad”. Dentro de la exposición, en la temática Diarios, se encuentra la obra de Salas, Reflejos, el diario íntimo de la artista que fue filmado en el año 2002 y que ha ganado grandes reconocimientos.

Karen Lamassonne presenta también una serie de pinturas en las que se refleja la intimidad más aferrada al hogar con el cuerpo como punto de partida. María Varela, que a través de sus dibujos, insinúa la figura perfecta de la mujer, le da cierto toque de crítica a la incidencia de los medios y la publicidad en el imaginario del cuerpo femenino. Por su parte, la artista Beatriz González presenta sus tan representativas pinturas, en donde el papel de la mujer como ama de casa se ve no solamente como una representación de la realidad, sino que González logra entrañar su sensibilidad haciéndonos parecer aquella intimidad reflejada en pintura y que, como propone Ana Salas, es la raíz de acciones claras dentro de la sociedad.

Otras mujeres hacen hoy parte de la muestra Hablan, en la Alianza Francesa de Bogotá. Las artistas colombianas Erre y Lili Cuca, las francesas Vinie Graffiti y Caroline Karenine y la canadiense Tremblay transforman un salón de exposiciones en varios muros donde el poder femenino se convirtió en la fuente de inspiración a través de un cadáver exquisito, un acto en el que a partir del primer boceto se determinan las demás obras, movimiento que desde un mural o “pintada” retumba para expandir la idea inicial de la artista. “El grafiti, que en sus principios se ha considerado como una actividad netamente contestataria, pero principalmente masculina, resalta también la participación de mujeres artistas que visualizan sus procesos de reivindicación y vivencias en las calles y galerías del mundo”, recalca Juan David Quintero en el texto curatorial de la exposición.

Lo surreal con una mujer entre cabellos ramificados, con el jugo de la clorofila natural, algunos tribales en un muro lleno de colores mientras se bosqueja el rostro de una nativa, los sueños y las realidades de una mujer punk que en sus bolsillos lleva como municiones tarros de pintura, son algunas descripciones de los murales que se acomodan en la sala de exposiciones de la Alianza Francesa en el centro de la ciudad.

De la intimidad a lo que ellas no callan, ese saber íntimo por su cercanía con las necesidades básicas del hombre, esa construcción a aquellos entes violentos que aún insólitamente se instauran en una sociedad moderna. Son figuras talladas en cerámicas que se cuelan en la representación de una mujer íntima que pide a gritos no ser silenciada, pero también son las imágenes oníricas, sueños en pintura y restos de hojas que cuentan historias. Como lo explica en su libro Ballester: “Las mujeres artistas, partiendo de esta liberación que las ha afirmado como sujetos autónomos, han plasmado sobre su propio cuerpo su necesidad de hablar, pensar y actuar”.

samifernandezc@gmail.com

Por Sandra Fernández

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