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"Reunidos en mi nombre"

La poeta y activista civil Maya Angelou, autora de ‘I Know Why the Caged Bird Sings’ (1969), falleció ayer en su casa de Carolina del Norte.

Sara Malagón Llano
29 de mayo de 2014 - 03:00 a. m.
Recibiendo la Medalla de la Libertad de manos del presidente Barack Obama. / EFE
Recibiendo la Medalla de la Libertad de manos del presidente Barack Obama. / EFE
Foto: EFE - JIM LO SCALZO

Maya Angelou nació el 4 de abril de 1928 en Saint Louis, Missouri. Creció entre esa ciudad y Stamps, Arkansas, es decir, entre dos zonas de Estados Unidos que todavía eran profundamente racistas cuando ella era niña. Se embarcó en la escritura tras una tragedia de su infancia: a los siete años el novio de su madre la violó. Ella testificó contra él, pero una multitud de vecinos que reclamaban justicia actuó por su cuenta y se vengó golpeándolo hasta la muerte. La pequeña Maya dejó de hablar y se mantuvo en silencio por casi seis años. Entonces comenzó a escribir.

Paradójicamente, Angelou llegó a hablar seis idiomas distintos. Además de escritora fue profesora, cantante, actriz y bailarina. Fue también una de las primeras directoras de cine negras y algunos de sus trabajos en teatro se presentaron en Broadway. Nunca asistió a la universidad, pero los catedráticos se referían a ella como “doctora”.

En la década de los 60 trabajó junto a Malcolm X y Martin Luther King durante el movimiento de derechos civiles, pero una trágica coincidencia quiso que Luther King fuera asesinado el día del cumpleaños de su amiga poeta.

El País de España cuenta que Angelou decía: “Quiero escribir tan bien que una persona pueda avanzar treinta o cuarenta páginas de uno de mis libros antes de darse cuenta de que había estado leyendo”. Escribió una aclamada autobiografía, I Know Why the Caged Bird Sings, la primera de varias (la continuación se titula Gather Together in my Name), en la que relata su infancia al lado de su abuela puritana, en el Sur segregado de EE.UU., y habla de la relación complicada con su madre y de su embarazo siendo una adolescente soltera de 16 años.

Después de unos años trabajó como periodista en San Francisco, en la época de la descolonización africana, con estancias en Egipto y Ghana. Por ese entonces fue editora del periódico en inglés The Arab Observer, y más tarde dio clases en la Universidad de Accra (Ghana).

Su exitosa y amplísima trayectoria profesional la llevó a obtener tres premios musicales Grammy y fue nominada al Pulitzer de literatura, al Tony de teatro y al Emmy de televisión, este último por su participación en la serie Roots.

Desde 1982 se convirtió en profesora universitaria y ocupó la cátedra de estudios americanos de la Universidad de Wake Forest, en Winston-Salem, Carolina del Norte.

En 1993 fue invitada a leer su poema On the Pulse of Morning durante la toma de posesión del presidente Bill Clinton, y como reconocimiento a su carrera el presidente Barack Obama le otorgó en 2011 la Medalla de la Libertad, el galardón civil más prestigioso de Estados Unidos.

Estos fueron algunos de sus logros. El más valioso, más allá de los premios y las condecoraciones, fue, sin duda, haber dedicado su vida a una lucha —que nosotros, los que quedamos en este mundo, debemos seguir dando con fuerza— y haber dejado un testimonio inmortal de ello en una obra que se mueve entre el relato autobiográfico y la denuncia política.

 

saramalagonllano@gmail.com

 

Por Sara Malagón Llano

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