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Cobro de servicios públicos: el calvario de los usuarios

Reunimos voces de personas que denuncian haber sufrido cobros excesivos en sus facturas. A una mujer, incluso, le cortaron la luz hace siete días.

16 de julio de 2020 - 02:00 a. m.
Varios se quejan de fallas en los medidores de energía.
Varios se quejan de fallas en los medidores de energía.
Foto: Getty

En lo que va del año, miles de usuarios han denunciado cobros injustificados en sus facturas de servicios públicos. La lista va desde dueños de comercios que cerraron sus locales y que, aún así, han tenido cobros elevados en sus facturas, hasta usuarios a los que les han cobrado sumas millonarias.

La molestia ha sido tal que la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (Superservicios), aseguró que solo entre marzo y mayo llegó a recibir más 45.000 quejas, pues con el aislamiento preventivo obligatorio, las entidades y empresas prestadoras de servicios públicos hicieron más cobros por promedio de lo usual. Cabe decir que la Superservicios ha insistido en que esto solo se justifica si se demuestra que las firmas no han podido acceder a los medidores.

El Espectador recogió algunos casos de personas que tuvieron que resignarse a pagar o que, a la fecha, no han obtenido una respuesta clara de las empresas. Además de la espera, las fallas en los medidores de energía parecen ser el común denominador.

(Lea la versión del gremio de empresas de servicios públicos aquí).

Millonario cobro a Juan Burgers

A principios de año, Juan Diego Vanegas, propietario del restaurante Juan Burgers, recibió una factura de electricidad con un cobro de $7′753.750. Se trata de una cifra casi ocho veces mayor de lo que suelen cobrarle, pues afirma que su local tiene un consumo que varía entre $800.000 y $1′000.000.

El chef cuenta que en febrero radicó un derecho de petición solicitando una cifra promedio de consumo que pudiera pagar y, aunque lo hizo, al mes siguiente le llegó una nueva factura por $8′202.304.

Pese a que Venegas interpuso un nuevo derecho de petición y dice que ha reportado el caso ante la SIC, el operador le informó que su deuda pasó a un cobro prejurídico y asciende a más de $11 millones. La empresa decidió llevar el medidor a reparación casi siete meses después del cobro. “Solo hasta que lo hice público en redes sociales (hace cinco días) la empresa se puso las pilas, pero es muy poco ético este trato. Son momentos de mucha dificultad y esto genera mucha impotencia”, concluye.

“Si me quedo sin respirar, será culpa de ellos”

A finales de 2019, a Marta Gutiérrez* le cambiaron el contador de electricidad argumentando que se estaban haciendo reemplazos por nuevos equipos. Desde entonces, los cobros, que no superaban los $150.000, empezaron a llegar por el doble, razón por la cual interpuso un derecho de petición solicitando reconsiderar los consumos facturados.

Su sorpresa fue mayor cuando el pasado junio su factura de energía llegó por $8′000.000, de los cuales buena parte corresponden a un cobro de recuperación de energía que, según sus cuentas, no debería superar $1′000.000. Gutiérrez presentó su queja ante el operador y la Superservicios. Sin embargo, no ha obtenido respuesta por ningún lado.

Ante la falta de pago de los $8′000.000, la empresa de energía le cortó la luz hace ocho días. Aun cuando en la queja interpuesta Gutiérrez explica que depende de un aparato para respirar en las noches, pues sufre de apnea del sueño. El equipo funciona con suministro eléctrico, así que lleva una semana sin poder usarlo. “No les valió de nada. Si me quedo sin respirar, será culpa de ellos”, sentencia.

El problema de las cuentas promediadas

Los cobros promediados en las facturas de servicios públicos han sido un dolor de cabeza para más de un empresario, pues muchos de quienes han cerrado a raíz de la cuarentena esperan que se les cobre una tarifa mínima. Ese fue el caso de Aura, que en marzo cerró su local de marroquinería en el barrio Restrepo, en Bogotá, y debía entregar el establecimiento en junio.

“Esperábamos que los consumos estuvieran en cero. Para nuestra sorpresa, durante los meses de abril, mayo y junio habían promediado y se debía un total de $1′059.760”, cuenta. Pese a que envió un requerimiento a la empresa de energía, no la atendieron porque las cuentas habían sido bloqueadas y enviadas a cobro pre jurídico.

Como debía entregar el local con los servicios al día en junio o tendría inconvenientes con el propietario, Aura pagó el monto. Ahora, cuando por fin llegaron recibos con un saldo a favor de $620.000 que no debía pagar, estos le serán descontados al propietario del local.

Cobro de impuesto pasó a ser de consumo

Sandra Yepes* tiene una finca lechera ubicada entre Guasca y La Calera (Cundinamarca). En marzo de 2019, le cobraron un impuesto por $1′500.000 relacionado con alumbrado público del municipio de La Calera. Sin embargo, aunque realizó el cambio de nomenclatura respectivo, pues la finca pertenece a Guasca, le cobraron dicho impuesto como si fuera consumo de energía de la propiedad.

“Me cambiaron el contador, dijeron que posiblemente estaba fallando. Pero nunca me quitaron el cobro. Ese contador sólo registra la energía de una bomba de agua. Es como si la hubiéramos tenido prendida durante una semana sin parar”. Yepes ha pasado varios derechos de petición para que recalculen los cobros, pero no le recibieron sus reclamaciones y tuvo que pagar $500.000 por recuperación de energía adicionales al cobro.

Dejó que le cortaran la luz, pues se resiste a pagar hasta que le den respuestas. Su caso pasó a la Superservicios en dos ocasiones y a la fecha, más de un año después, no ha recibido ningún pronunciamiento.

*Los nombres fueron cambiados por petición de las fuentes.

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