La fiesta del consumo de los últimos años parece comenzar a mostrar síntomas de guayabo. Hasta hace dos años los colombianos pagaban cumplidos sus obligaciones financieras, pero la tendencia comenzó a revertirse. Así lo demuestran las cifras que revelan que los créditos atrasados crecen el doble de lo que lo hacen los desembolsos de préstamos.
Durante 2007 los créditos en mora llegaron al 55,5%, cuando los desembolsos aumentaron 24,9%, de acuerdo con la Superintendencia Financiera. El tema inquieta al Banco de la República, más cuando la mora en los créditos de consumo llegó a 67%. Aunque el nivel de créditos morosos todavía se considera bajo, 3,3% de los 112 billones de pesos que el sistema financiero ha colocado entre empresas y personas del país, la inquietud viene por el lado del acelerado crecimiento.
Para el Emisor la situación merece atención en la medida en que se pone en riesgo la estabilidad financiera de los hogares, que se siguen endeudando y se cuelgan más en sus obligaciones. El Banco ha señalado que las medidas que ha tomado han sido efectivas, cuando manifiesta que el crédito de consumo llegó a crecer a una tasa del 50%, en octubre de 2006, mientras a finales del año pasado el ritmo era del 37%. El objetivo era disminuir el crecimiento de la demanda, los recursos que las personas estaban dispuestas a gastar.
El reflejo se pudo ver en las ventas al por menor, que en septiembre de 2006 crecían a un ritmo del 19,2%, mientras en el mismo mes del año pasado lo hacían al 9,4%. Mauricio Cárdenas, director de Fedesarrollo, ha sostenido que la confianza de los consumidores responde lentamente a la información económica y por eso en épocas como 2002 y 2003, cuando la inversión se disparó, el consumo aún no reaccionaba. Ahora que las cosas empiezan a cambiar, con tasas de interés más altas y un panorama económico no tan claro, la apuesta es que el consumo debe empezar a caer.
Lo cierto es que de acuerdo con la firma de investigaciones Raddar, hoy el 17% de las compras se hacen con crédito, cuando hace tres años era del 7%, tomando el valor de todos los créditos como porcentaje del consumo total de los hogares.
Incluso, algunos bancos muestran la reducción en la morosidad como uno de sus logros de 2007. Es el caso del BBVA, el cual indicó que cumplió una de sus metas del año pasado al bajar la morosidad de su entidad, del 1,75% en diciembre de 2006 a 1,48% en diciembre del 2007. La estrategia estaba alineada con las proyecciones para este año, que muestran un panorama más incierto para el sistema financiero, por razones como la desaceleración de la economía de Estados Unidos y los conflictos con Venezuela, porque los dos países representan cerca del 50% de las ventas externas de Colombia.
En lo que tiene que ver con crédito hipotecario, las cifras de la Superfinanciera muestran que de los 8,7 billones de pesos prestados, 4,2 se encuentran en mora, situación que los bancos asocian también con rezagos de créditos vencidos durante la crisis de finales de los 90. Por su parte, la Asobancaria ha manifestado que de los préstamos hipotecarios de los últimos años, sólo el 2% presentan mora.
Por los lados del consumo hay preocupación, porque las compañías que financian la compra de carros compiten ofreciendo facilidades financieras, con lo cual facilita el acceso de clientes que finalmente no pueden cumplir. Otro elemento que ha pesado en el crecimiento del consumo ha sido el de las tarjetas de crédito. Lo cierto es que hoy en el país se encuentran en el mercado más de seis millones de tarjetas.
Las cadenas comerciales, como el Éxito y CRM Falabella se han convertido en grandes colocadores de plásticos, están entre las diez entidades con mayores índices de morosidad, lo cual coloca a las entidades emisoras de tarjetas en la necesidad de ser más estrictos con el mercado potencial de tarjetahabientes.