La cosecha francesa que navegó hasta Colombia

En el país se consumen miles de kiwis y manzanas que tienen un origen europeo insospechado, pues viajaron más de 8.000 kilómetros por barco para competir con sus pares americanos.

Paula Delgado Gómez * - pdelgado@elespectador.com - @PaulaDelG
27 de octubre de 2019 - 02:00 a. m.
Daniel Soares, gerente de comercio internacional de Interfel. 
 / El Espectador
Daniel Soares, gerente de comercio internacional de Interfel. / El Espectador

Colombia es mundialmente reconocida por su potencial en producción de frutas, con más de 400 especies nativas y cientos provenientes de otros países que fueron adaptadas. Sin embargo, según la clasificación de la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional, uno de los productos más consumidos no es local. Se trata de la manzana, el snack colombiano por excelencia.

Aunque hay una producción mínima de manzana criolla, la mayoría se importa de Chile y Estados Unidos para atender una demanda de 1,8 kilos por persona al año. Según cifras de la DIAN, este producto representó el 31 % de las importaciones en frutas el año pasado y su participación creció 3 % respecto a 2017, alcanzando un valor de US$92 millones.

Este panorama despertó el interés de uno de los productores más grandes de la Unión Europea: Francia. El potencial agrícola de este país es tan importante que el 52 % de su superficie (28,7 millones de hectáreas) está destinada a dicha actividad. Es así que producen alrededor de 7,8 millones de toneladas de frutas y verduras cada año, el 73 % de las cuales son frescas. Y de la mencionada cifra el 21 % (1,7 millones de toneladas) se venden fuera del país.

Además, la manzana francesa es mundialmente famosa por su particular dulzor y textura crocante, así como por los altos estándares en sus procesos de cultivo, cosecha, empaque, transporte y almacenaje. Si bien la mayoría de la producción se vende en otros países europeos, según las empresas del sector, el mercado con mayor potencial en la actualidad son las Américas, que hoy constituyen un poco más del 1 % de las exportaciones, y uno de los destinos más fuertes es Colombia, cuyo consumo viene creciendo desde hace 10 años, según el Ministerio de Salud.

Una de las empresas que viene aprovechando esa oportunidad de expansión y está ganando participación en el mercado es Blue Whale, la cual produce anualmente 270.000 toneladas entre manzanas, kiwis y ciruelas, gracias a su alianza con 300 productores y catorce cooperativas. Actualmente, venden fruta por valor de 260 millones de euros cada año en América, Europa, Asia y Medio Oriente. De estos, 10 millones se quedan en América Latina, principalmente en Colombia y Brasil (cuatro millones de euros en cada uno).

Marc Peyres, director comercial de Blue Whale, aseguró que el mercado colombiano, aunque es muy competido, es estratégico porque viene en crecimiento y se demandan frutas los 12 meses del año, “con necesidad de nuevas variedades de todos los calibres”. De hecho, trabajan en introducir al país al menos cuatro referencias nuevas de manzanas (Arianne, Golden, Candine e Isabel) que se sumarían a las tres tradicionales (Gala, Granny Smith y Roja). Su meta es cerrar el año con 4.000 toneladas vendidas.

Pero no son los únicos, Fleuron d’Anjou International (FDA), una de las compañías francesas líderes en el segmento, lleva 20 años vendiendo manzanas a Colombia y considera al país una prioridad, pues le permite consolidar ventas anuales por siete millones de euros fuera de Europa que equivalen al 10 % de sus ingresos. La firma produce y comercializa entre 12.000 y 13.000 toneladas de frutas y verduras en más de 900 hectáreas cultivadas.

Christophe Artero, director general de FDA, le contó a El Espectador que enviarán entre uno y dos contenedores semanales hasta febrero, lo que significa una expectativa de ventas de 80 a 160 toneladas para esta temporada. “Hemos tenido algunos problemas de demoras en los puertos por congestión y uso de contenedores. También sabemos que el flete es caro y los tiempos de tránsito son largos, pero Colombia es uno de los mercados de Sudamérica donde más se desarrolla el consumo de manzana por habitante”, dijo.

Cifras de Interfel, asociación nacional interprofesional agrícola de Francia, dan cuenta de que para este año se espera una producción de 1,6 millones de toneladas de manzanas, de las cuales 3.000 toneladas se enviarán a Colombia entre septiembre y febrero. Daniel Soares, gerente de comercio internacional de Interfel, destacó que el gremio, conformado por más de 200.000 empresas entre productoras, distribuidoras y exportadoras, tiene un programa de ventas internacionales en el que América juega un rol primordial.

Específicamente en Colombia el gremio viene trabajando en una campaña de comunicación para educar al consumidor respecto a su producto, pues las importaciones del país se han mantenido en variedades tradicionales. Actualmente, alrededor de 40 empresas francesas venden frutas a Colombia, pero no son las únicas interesadas. Es por ello que su meta es incrementar las exportaciones a 5.000 toneladas en el corto plazo y luego duplicarlas a 10.000.

Mas allá del clima, el suelo francés es propicio para el cultivo de manzanas. Esa ventaja comparativa se suma a las certificaciones de calidad que tienen sus productos y que al final prometen no solo un alimento estandarizado que respeta las normas de producción agropecuaria, sino además protege al consumidor. De hecho, desde 2011 están posicionando un nuevo marco de calidad de producción ecorresponsable que se suma a los antes mencionados por ser respetuoso con el medio ambiente y la biodiversidad, una mezcla entre agricultura orgánica y convencional. Con cierre a 2018, unos 1.300 productores estaban autorizados para usar el sello y más del 60 % de la producción local de manzanas se cultivó en sus huertos, aunque también se extiende a peras, duraznos, nectarina y albaricoques.

Oro verde

Según la Oficina Nacional Interprofesional del Kiwi (BIK, por su sigla en francés), al cierre de este año se producirán 53.000 toneladas de kiwi. A pesar de que el cultivo es relativamente nuevo (se masificó en los años 70), ya ocupa el cuarto lugar en producción y el quinto en exportaciones. De hecho, es el segundo fruto francés más popular en América Latina.

El kiwi es originario de Nueva Zelanda, pero una de las primeras empresas en adaptarlo a Francia fue Fruitport Sanz, un negocio familiar con más de sesenta años de existencia especializado en manzanas, pero con un cultivo de kiwis de 250 hectáreas. Hace tres años venden la fruta en Colombia y el balance ha sido positivo; ahora quieren consolidar el mercado.

El año pasado vendieron 400.000 euros en fruta en América Latina, de los cuales el 75 % se lograron en Colombia; el 80 % fueron manzanas y el 20 % kiwis (sesenta toneladas). Según Marie Jose Sanz, directora general de Fruitport, el resultado estuvo 50 % por encima de lo previsto; estas cifras convierten al país en un mercado prioritario para la compañía, “con un alto potencial de crecimiento y de diversificación, dado que las frutas francesas son percibidas como productos de calidad superior”. Sin embargo, la vocera enfatizó que su interés es competir en circunstancias iguales, haciendo referencia al pago de un arancel del 9 %, que los pone en desventaja frente a frutas provenientes de Estados Unidos, por ejemplo. “Usualmente somos más caros que el resto del mundo, pero hemos encontrado la forma de ser competitivos llegando al mercado indicado para cada tipo de producto”.

Primland también fue pionero en cultivar kiwis hace treinta años y líder en su exportación, con una participación del 30 % de la oferta francesa. Actualmente, está en proceso de ingresar a Colombia al menos una pequeña parte de las 15.000 toneladas que produce al año (US$140.000). Si lo logra, el país entraría a hacer parte de su lista de 35 destinos, entre los cuales destaca Brasil, con ventas anuales por US$500.000.

Como parte de su proceso de innovación adaptaron una variedad llamada baby kiwi, que es cinco veces más pequeño que un kiwi tradicional, la cual ya tiene una proyección de venta de 3,5 millones de bandejas. Hoy por hoy se negocia su ingreso a América Latina. Jean-Baptiste Pinel, director general de Primland, dijo que han detectado un potencial importante de venta en grandes superficies. Por esta razón se acercaron al Grupo Éxito en Colombia para manifestarle su interés. “El mercado está creciendo y representa un gran potencial para los kiwis franceses. Se está trabajando el proyecto en conjunto con el retail, los importadores y los grandes distribuidores. Sin embargo, la importación de kiwis franceses se enfrenta a varias barreras aduaneras y sanitarias no claras”.

Con todo, las empresas le pidieron al gobierno francés que trabajara con Colombia en un protocolo que permita la autorización fitosanitaria para la exportación de ciruelas francesas y kiwi amarillo, también conocido como gold, un proceso que puede tomar unos cinco años, dadas las altas exigencias normativas de ambas naciones.

Francia siempre tuvo una vocación rural, pero esta se fortaleció tras la Segunda Guerra Mundial ante la apremiante necesidad de alimentos. De hecho, una política de 1947 incentivó la modernización de las unidades productivas, que hasta entonces se valían del buey y el arado, principalmente. De esta forma las granjas se ampliaron y especializaron, optimizando su producción. Pronto la ventaja climática y la calidad de los suelos posicionaron el suroccidente como una zona frutícola, que gracias al tren llevó comida a todo el país. De hecho, en cinco años (1954 a 1959) el envío de estos productos se duplicó gracias al trabajo de casi 5.000 agricultores.

En los años 60 se crearon las cooperativas con el fin de compartir experiencias, renovar su tecnología y desarrollar proyectos en común que terminaron por buscar mercados fuera del país. En ese entonces las peras y los melocotones eran los protagonistas, aunque las manzanas y los kiwis los desbancarían veinte años más tarde. También a finales de los 60 se empezaron a explorar negocios con países más allá de Europa, aunque por la dificultad no fueron muy exitosos. Fue en los años 90 cuando se logró la reconquista de Asia, América del Sur y Central, y Oriente Medio, lo que les permitió multiplicar las ventas por cinco.

Por Paula Delgado Gómez * - pdelgado@elespectador.com - @PaulaDelG

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