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“Mi reto es formar líderes éticos”

Alejandro Barrera llegó a la compañía en medio de la integración con SABMiller.

Alejandra Moreno Tinjacá
14 de septiembre de 2015 - 02:09 a. m.
Alejandro Barrera Castellani, vicepresidente de distribución de Bavaria. / Óscar Pérez
Alejandro Barrera Castellani, vicepresidente de distribución de Bavaria. / Óscar Pérez

En 2005, cuando la multinacional sudafricana SABMiller anunció la adquisición de la cervecera colombiana Bavaria por US$7.800 millones, el negocio fue calificado como una de las transacciones más importantes en la reciente historia económica nacional. Una empresa insignia del país para la producción de cerveza daba un paso fundamental para consolidarse a nivel internacional y simultáneamente obtener mayor rentabilidad.

Sin embargo, los beneficios no fueron sólo económicos. También significaron unión de dos culturas e intercambio de experiencias en manejo de talento humano, tecnología e innovación. Cuando este tipo de fusiones se presentan, los empleados “acceden a otros modelos de liderazgo y vivencias internacionales, que les permite desarrollarse personal y profesionalmente”, resalta Octavio Ibarra, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte de Barranquilla.

Esta oportunidad de desarrollo personal y profesional fue el motivo por el que Alejandro Barrera Castellani aceptó trabajar en Bavaria. En sus palabras, “era un momento muy interesante en la historia de la empresa. Además, las multinacionales permiten que uno se capacite y pueda ir ascendiendo”. Precisamente SABMiller cuenta hoy con el programa Our People Way, que busca que sus empleados identifiquen sus habilidades y las potencialicen.

La idea fundamental es que el éxito o el fracaso empresarial se determina por el talento humano con el que se cuenta. En consecuencia, trabajar con esta perspectiva constituye el elemento diferenciador para alcanzar buenos resultados. Según Janice Halot, vicepresidente de recursos humanos de SABMiller, “si bien se deben brindar herramientas necesarias para capacitar a las personas, lo más importante es el interés y los sueños que a ellos los motiven”.

En este contexto, cuando Alejandro Barrera Castellani ingresó a la empresa como especialista de transporte primario y manejó varios proyectos, evidenció también su inquietud ante el aprendizaje y buscó involucrarse con tareas que le exigieran más de sus conocimientos. Al enfrentarse a este reto pudo desarrollar destrezas que hoy son determinantes en sus tareas diarias. En este y otros momentos de su vida hubo algo que siempre fue su motivación: el deseo de mejorar y ser efectivo.

Después de ocho meses como especialista en el área de transporte se produjo una reorganización empresarial bajo el esquema de SABMiller y pasó a ocupar el cargo que desempeñaba su jefe, a quien a su vez nombraron director en otra área de la compañía. Esta oportunidad le permitió aprender de gerencia y conocer más a fondo la empresa. Un año después se dio otro movimiento en la multinacional y pasó a ser director de la División de Transporte.

Durante cuatro años participó en diferentes proyectos de innovación empresarial, compartió con otras dependencias de la empresa y estuvo en diversas conversaciones constructivas hasta asimilar un modelo que se basa en la comunicación como elemento clave del éxito. “En Bavaria nuestra prioridad es tener relaciones de respeto y de confianza en todos los niveles de la organización y eso se logra a través del diálogo y el conocimiento de uno mismo”, afirma Janice Halot.

En desarrollo de esas comunicaciones constructivas, Barrera Castellani identificó su plan individual y definió nuevas metas. “Con acompañamiento de mis jefes concluimos que era el momento de capacitarme. Elegí hacer un MBA para dar un paso más en la organización. Ellos me dieron tiempo y yo aproveché la oportunidad”. Al terminar el MBA en el Tecnológico de Monterrey se abrió la vacante para el cargo de vicepresidente de distribución en Colombia.

En Bavaria, todos los años, se realiza un proceso de revisión de talento con el objetivo de identificar las fortalezas de sus empleados, sus aspiraciones y sus planes de carrera. Según Janice Halot, “esto permite tener un panorama de cómo estamos en términos de sucesión de líderes. Así la empresa puede ser sostenible en el futuro para suplir posiciones críticas de manera adecuada”.

De este modo, Alejand ro Barrera pasó a ser vicepresidente de distribución en Colombia. Él asegura que llegó en un momento especial de la empresa y tuvo suerte. Y agrega: “Fui yo quien accedió a las oportunidades. Me formé, decidí soñar y creer en que podía lograr más cosas. Hoy estoy convencido de que si no creo en algo no lo digo y mucho menos lo hago. Por eso es determinante creer en uno mismo y en el equipo que te rodea. Ahora mi reto es dar ejemplo y formar líderes éticos y eficaces”.

Por Alejandra Moreno Tinjacá

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