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La tarea del TLC con EE.UU.

A pesar de que el balance de los 20 primeros meses del acuerdo arroja una caída de 3,4% en las exportaciones, las empresas están invirtiendo en bienes para fortalecer su producción.

David Mayorga
02 de abril de 2014 - 02:16 a. m.
Entre mayo de 2012 y diciembre de 2013 la balanza comercial con EE.UU. arrojó un saldo positivo (superávit) de US$6.000 millones. / Archivo - El Espectador
Entre mayo de 2012 y diciembre de 2013 la balanza comercial con EE.UU. arrojó un saldo positivo (superávit) de US$6.000 millones. / Archivo - El Espectador

El balance, a simple vista, es negativo. En los 20 meses transcurridos entre mayo de 2012 y diciembre de 2013, en los cuales se puso en marcha el TLC con Estados Unidos, las exportaciones colombianas a ese mercado ascendieron a US$32.200 millones. Es una cifra de gran valor, pero al compararla con los 20 meses anteriores, se obtiene una disminución del 3,4%. El análisis tampoco es alentador: en ese mismo período, el país le compró US$26.200 millones a su principal socio comercial, lo que significa un aumento del 27,1%.

Si bien Colombia mantiene hasta el momento el mantra comercial que ordena venderles a los socios más de lo que se les compra, el desbalance debería preocupar. En especial cuando la industria fue el único sector de la economía que cerró en 2013 en rojo, al registrar, según el DANE, una caída de 1,2% en su crecimiento.

Sin embargo, la angustia no domina al Gobierno. “Hay que mirar muy de cerca esas cifras”, afirmó Santiago Rojas, ministro de Comercio, Industria y Turismo, al presentar el balance del impacto económico que deja la aplicación del acuerdo comercial.

Aquella mirada deja en evidencia que la pérdida de dinamismo de las ventas colombianas se presentó en una coyuntura especial del mercado estadounidense, en la cual la Fed, su banco central, recortó los estímulos de US$85.000 millones que le inyectaba a la economía cada mes, afectando de paso el precio de las materias primas.

Una situación que afectó principalmente el intercambio binacional, en especial a los productos tradicionales, con caídas abultadas en los envíos de carbón (-45,6%), derivados de petróleo (-38,7%), café (-21,1%) y ferroníquel (-16,3%). Sin embargo, las ventas se mantuvieron en un nivel alto gracias a los productos no tradicionales, que en los últimos meses crecieron 64%.

De hecho, el acuerdo permitió que 350 productos que no tenían trato preferencial se favorecieran con la eliminación de aranceles. De ahí que los nuevos protagonistas del comercio bilateral en los últimos 20 meses, con aumentos en sus despachos, sean los transformadores eléctricos (798%), la melaza (91,7%), la levadura (78,8%) y el pescado fresco o refrigerado (78,7%).

La tranquilidad de Rojas se fortalece al analizar las compras: el 90% de ellas fueron de bienes de capital, materias primas y bienes intermedios, de los cuales el 80,7% no se producían en Colombia. “Vamos por el camino correcto en lo que supone el aprovechamiento de este acuerdo”, afirmó.

Ese sentimiento también ha contagiado al sector exportador. “Estados Unidos apenas está saliendo de la situación de crisis y la demanda no se ha recuperado del todo. Nosotros tenemos que seguir haciendo la tarea, volvernos más competitivos internamente, disminuir costos y mejorar la logística del mercado”, dijo Javier Díaz, presidente de Analdex.

La meta tanto del Gobierno como del sector privado consiste en afianzar, precisamente, este comportamiento, y que las inversiones que las empresas están haciendo en compra de maquinaria compensen la caída de la productividad en 2013.

 

dmayorga@elespectador.com

 

Por David Mayorga

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