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Tsipras no sobrevivió a rescate económico de Grecia

La imagen del mandatario fue decayendo a raíz de que el trato logrado entre Grecia y sus acreedores iba en contra de la voluntad de los ciudadanos. Tanta fue la presión que anunció su renuncia anoche.

Camilo Vega Barbosa
21 de agosto de 2015 - 02:18 a. m.

Alexis Tsipras, el primer ministro de Grecia, no sobrevivió al dramático rescate económico de su país. A pesar de que el mandatario consiguió los auxilios monetarios con los que su nación evitó su salida de la Unión Europea, las presiones que había dentro de su partido Syriza, buscando cancelar el acuerdo, pesaron demasiado. Con la dimisión, el funcionario busca acallar las voces de la oposición y se juega su última carta por medio de las elecciones que propuso para el próximo 20 de septiembre, con el que se elegiría un nuevo gobierno griego.

Durante su discurso de despedida, Tsipras justificó su renuncia y las elecciones que propuso al argumentar que “el pueblo heleno debe ser el que juzgue el trabajo realizado”. Un comentario enfocado al acuerdo logrado entre Grecia y sus acreedores, un trato que hundió la credibilidad del mandatario, pues iba en contra de la voluntad de más del 61% de los ciudadanos.

A finales de junio pasado, durante los momentos más tensos de la negociación, Tsipras sorprendió a sus prestamistas luego de abandonar las conversaciones y llamar osadamente a un referendo, para preguntarles a los ciudadanos si están de acuerdo o no con aceptar las medidas de austeridad a cambio de los auxilios monetarios. Y pesar de que el 61 % de los ciudadanos votaron a favor del no, que era lo que buscaba el primer ministro, el resultado final de las negociaciones del rescate mostró que esta medida no sirvió para nada, pues el trato logrado aceptaba todas las reformas que los prestamistas exigían.

En las semanas siguientes al pacto, Grecia emprendió una contrarreloj, presionada principalmente por la canciller alemana, Ángela Merkel, para aplicar todas las medidas de austeridad en las fechas delimitadas por sus acreedores. Así fue como el parlamento heleno aprobó reformas como la homogenización del gravamen del IVA a una tasa de 23% en toda la nación y el incremento de la edad de jubilación de 62 a 67 años.

Toda esta acumulación de sucesos, muchos históricos como el referendo, fueron deteriorando cada vez más la imagen del funcionario griego. Por ello en los últimos días el rumor de su renuncia fue tomando fuerza y la confirmación la dio anoche el mismo Tsipras, a las 8:00 p.m. de Grecia, por medio de la televisión nacional

Jerónimo Ríos Sierra, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, explicó que “la renuncia de Tsipras, lejos de ser coherente, es un ejercicio de responsabilidad política. Tras haber generado expectativas en su negociación de la deuda con la Unión Europea, incluso amparadas con un referéndum, finalmente lo que se negoció dista mucho de lo prometido a los griegos. Nuevamente la economía venció a la política y la democracia griega, tan adulada en estos meses, quedó por completo desdibujada”.

El jefe del gobierno propuso el 20 de septiembre como la fecha de las elecciones del nuevo gobierno, debido a que sería el momento en el que saldarían los pagos correspondientes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

A Tsipras le queda presentar su carta de renuncia al presidente del país, Prokopis Pavlópulu, como manda la Constitución. Y como primera ministra del gobierno provisional quedaría Vasilikí Thanou, presidenta desde junio del Tribunal Supremo griego. Ella es también responsable de la Comisión Electoral.

“El resultado electoral es incierto y vuelve a dejar al país en el disparadero de la ingobernabilidad. Ingobernabilidad que casi favorece a la Unión Europea, y particularmente Alemania, que insolidaria y distante de la crisis griega, ha capitalizado esta situación a efectos de mostrar de qué modo los críticos con el sistema actual no tienen alternativa. La falta de solidaridad y la deshumanización en cuanto a la gestión de la crisis tienen como resultado el que estamos viendo”, afirmó Ríos.

Por ello la renuncia de Tsipras trasciende las fronteras, pues podría implicar que el drama griego no ha terminado. La mayor preocupación que hay en este momento es que el nuevo primer ministro cancele el trato logrado entre Grecia y sus acreedores, lo que volvería a traer el fantasma de una posible fractura dentro de la Unión Europea.

Para el profesor de derecho internacional de la Universidad del Rosario Juan Ramón Martínez, “es difícil que a estas alturas se hable de incumplimiento de obligaciones. Este gobierno o el que venga debe cumplir con las medidas. Además, es el estado el que está comprometido con el cumplimiento de las obligaciones en el rescate. Tendrá que haber una materialización del acuerdo”.

Por Camilo Vega Barbosa

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