Murió Roberto Arias Pérez, fundador de Colsubsidio y uno de los motores del bienestar social

El abogado bogotano buscó, a lo largo de su vida, que hubiera justicia social. En 1986 fue rector de la Universidad del Rosario, donde se caracterizó por darle más voz a los estudiantes.

-Redacción Educación
15 de abril de 2018 - 03:56 p. m.
Roberto Arias Pérez fue rector de la universidad de los Andes, entre 1986 1990.  / Luis Ángel - El Espectador
Roberto Arias Pérez fue rector de la universidad de los Andes, entre 1986 1990. / Luis Ángel - El Espectador

Este domingo murió el abogado bogotano y exrector de la Universidad del Rosario, Roberto Arias Pérez, quien a lo largo de su vida trató de buscar, por todos los medios lícitos y pacíficos, una justicia e igualdad social. Su gran legado para el país fue la caja de compensación de Colsubsidio. 

La sensibilidad de Arias Pérez por las causas sociales comenzó en 1949 cuando fue alcalde de Girardot. Conoció de cerca las precarias condiciones en las que vivían muchos de los habitantes del municipio. Sin embargo, debió dejar su cargo porque se ganó una beca para estudiar Relaciones Internacionales y Derecho Comparado en la Universidad de París (Francia). 

La vida en el Viejo Continente no fue fácil. Para lograr mantenerse debió vender periódicos antiguos y dar clases de español. Pero, su conocimiento, trabajo y empeño lo llevaron a conseguir un puesto en una ONG apoyada por Unesco y logró viajar por 70 países. Conoció cada cultura y la problemática en cada uno de estos lugares. 

Posteriormente, en 1951, fue becado por el Curatorium de la Academia de Derecho In­ternacional de la Haya e ingresó a la Federación Mundial de Asociaciones Pro-Naciones Unidas, en Ginebra. En el exterior, también ocupó los cargos de consejero para Asuntos Latinoamericanos y secretario adjunto de la Federación Mundial. 

"En los ocho años que vivió en el exterior se le despertó todo su amor para trabajar por todas las personas vulnerables. Buscó siempre la dignificación del ser humano y quiso ayudar a mejorar la calidad de vida de la gente. Por eso, cuando regresó al país se ingenió la manera de hacer algo por los colombianos", contó su única hija, Gloria Arias Nieto. 

Así fue como en 1958 fundó Colsubsidio y el modelo de compensación familiar. Estuvo a cargo de esta entidad durante 30 años. Construyó hospitales, centros vacacionales, colegios, bibliotecas, viviendas y un gran teatro que lleva su nombre. "Al comienzo agradecí el gesto de que este llevara mi nombre, pero me sentí muerto. No tuve derecho a decir que no y lo mejor es que mi esposa nunca va a enviudar porque ese nombre estará por siempre. Es que mi esposa está casada en un teatro", relató Arias Pérez hace siete años en una entrevista con este diario. 

Para José Manuel Restrepo, actual rector de la Universidad del Rosario, "la gente no dimensiona la importancia de las cajas de compensación familiar en Colombia. Estas son entidades dedicadas a promover el bienestar social entre actores que difícilmente tendrían acceso a servicios claves como salud, recreación, cultura, educación, microbanca, vivienda. Estas entidades son motores de la equidad social y es un aspecto que la gente quizá no reconoce en toda su dimensión".

Sus grandes gestos por la sociedad lo llevaron a recibir varios reconocimientos en diferentes países como con la Gran Cruz de Boyacá y Nuevos Libertadores del Gobierno de Colombia; el Orden del Sol del Gobierno de Perú; Orden al Mérito del Gobierno de Ecuador; Orden al Mérito de la Seguridad Social y una mención de honor por parte del Gobierno de Francia. 

En 1984, sólo tres años después de fundar el teatro, decidió retirarse de Colsubsidio. "Veía que el sistema administrativo mío no era bueno, porque centralizaba todo en mi cabeza. Había gente que sabía más que yo y era necesario transmitirles lo poco o lo mucho que sabía. Si moría en el ejercicio de mi trabajo, les hubiera tocado hacer una sesión de espiritismo para salir de dudas, porque concentraba todo en mi cabeza", recordó Arias en aquella ocasión. 

Dos años después decidió regresar a la U. del Rosario, de la que se había graduado como abogado en 1946. Pero, esta vez como rector. Allí se caracterizó por modernizar la institución y darles mayor participación a los estudiantes. Tras cuatro años se retiró. Sobre su labor en esta institución, Restrepo comenta que: "Naturalmente rescato su labor como rector, que ejerció desde finales de 1986 hasta 1990. Llegó en un momento en que la universidad necesitaba gestión administrativa, pero siempre bajo el entendido de que esto debía hacerse de la mano de entregar un mejor servicio educativo. Se apaga la vida de un ser humano que se entregó al país. Era un gran ser humano, pero además una persona que enseñaba, que corregía con cariño  y que daba ejemplo de coherencia en su actuar: reflejaba autoridad basada en el servicio". 

El académico agregó que: "Antes de las cajas de compensación familiar, Colombia era un país fragmentado. Una clase alta que tenía acceso a todo y una baja que prácticamente no lo tenía a nada. Estas entidades generan acceso a servicios básicos y a través de esto experimentamos un ascenso de la clase media. Podemos decir que fue uno de los arquitectos en la consolidación de la clase media en el país".

Sus últimos años fueron al lado de su esposa, Gloria Nieto de Arias, su hija Gloria, sus tres nietos y sus dos bisnietos. Le encantaba asistir en primera fila a los conciertos de música clásica en el teatro que lleva su nombre y del cual era un visitante asiduo. Su obra favorita era la Novena Sinfonía de Beethoven, que fue interpretada en la inauguración del Teatro y cuando éste cumplió 30 años. "Sus últimos días fueron muy felices. Disfrutaba de los viajes, de la buena comida francesa, de la literatura, que le encantaba, sobre todo las novelas policíacas. Él nos deja un gran legado", recalcó su hija. 

Por -Redacción Educación

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