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La polémica encuesta del Dane

¿Alguna vez has participado en juegos sexuales en grupo? ¿Te han ofrecido dinero o ropa a cambio de tener relaciones sexuales contigo? Estas son algunas de las preguntas que incomodaron a la comunidad académica y padres de familia por considerar inapropiadas para los más jóvenes.

Tatiana Pardo / Jesús Mesa
21 de septiembre de 2016 - 03:27 a. m.
La prueba se hace de manera virtual y es una obligación responder las encuestas del Dane. / Archivo
La prueba se hace de manera virtual y es una obligación responder las encuestas del Dane. / Archivo

Después del revuelo y la oleada de comentarios en contra de las cartillas del Ministerio de Educación sobre orientación sexual e identidad de género, llega una nueva discusión: la encuesta del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), dirigida a niños, niñas y adolescentes sobre comportamientos y actitudes sexuales.

El cuestionario, aunque se viene haciendo desde 2006 a estudiantes que están entre sexto y undécimo grado, ahora puso molestos a más de un miembro de la comunidad académica y padres de familia, por considerar que el lenguaje es inapropiado para los más pequeños. Se refieren a preguntas que van desde la sexualidad, hasta el uso de internet, la forma como los jóvenes ocupan su tiempo libre y la relación que tienen con su familia.

En algunos capítulos se pregunta a los niños y adolescentes si les han tocado alguna parte del cuerpo sin su autorización, si les han dado algo (dinero, ropa, calificaciones) por tener relaciones sexuales con ellos o si han recibido malos tratos como gritos, insultos, humillaciones o golpes.

De acuerdo con Fernando Vita, presidente de la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli) y rector del colegio Italiano Leonardo Da Vinci, el problema no es el objetivo de la encuesta, sino el lenguaje tan “explícito e inapropiado” que se empleó. “Hay una serie de preguntas que, sin la adecuada explicación, pueden incitar a que los más pequeños, que pueden ser de 11 y 12 años, les dé curiosidad por probar y experimentar cosas nuevas”, dice.

A Vita no solo le preocupa que los padres de familia no hayan sido consultados a tiempo sobre la aplicación de esta encuesta, teniendo en cuenta que ellos son los directamente responsables sobre sus hijos, sino que además las instituciones no puedan tener autonomía sobre si quieren o no aplicarla con ese lenguaje.

“Estamos frente a una torpeza, parecida a lo que sucedió con el debate de los manuales de convivencia. La molestia no es de los rectores, sino de las familias que sienten que no las están involucrando en temas cruciales para la vida de sus hijos”, comenta Vita, también coordinador de la Mesa Nacional de Educación Privada.

Pero para el director del Dane, Mauricio Perfetti, ese lenguaje dista mucho de ser inapropiado; es más bien directo y tiene que ser así por cuestión de claridad en las respuestas.

“Puede ser crudo pero es necesario para que los niños sepan lo que se les está preguntando y para que aprendan a distinguir ciertas manifestaciones dentro de su familia y amigos”, explica Perfetti.

Pero más allá del disgusto personal de algunos padres, lo cierto es que el país no puede seguir ignorando una problemática tan seria como lo es el abuso sexual de menores. Según el estudio Forensis, de Medicina Legal, el abuso sexual contra los niños más pequeños se ha incrementado, siendo las mujeres de 12 y 13 años las más afectadas, sobre todo por su propio núcleo familiar o más conocidos.

Las cifras de embarazos tempranos también encienden una alarma. El Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF) señaló que, entre 2008 y 2013, en promedio cada año han nacido 159.656 hijos de madres entre los 10 y los 19 años, lo que significa que urge una política de protección, pero también de prevención para este sector de la población.

Precisamente por ello, Perfetti cree que es fundamental reconocer los riesgos a los que están expuestos los más jóvenes. “Hay abusos sexuales, hay maltrato físico y verbal, pornografía infantil, turismo infantil. Esto es una realidad; así que hay que tener estadísticas y reconocer lo que está pasando en el país”, argumenta.

Carolina Piñeros, directora de Red PaPaz, corporación que agrupa a 300 colegios privados y 600 públicos, está de acuerdo con el objetivo de la encuesta y “las preguntas serias y realistas” que contiene.

“No podemos tapar el sol con un dedo. Nuestros niños están recibiendo información todo el tiempo por el uso intensivo de la tecnología. Muchas veces, los adultos no sabemos que tipo de contenido están consumiendo y con quién están hablando; tampoco sabemos resolver sus dudas o buscar los espacios para dialogar”, sostiene Piñeros.

Por ahora, la Uncoli le propuso al Dane modificar algunas de las preguntas del texto y anunció que algunas instituciones han mostrado interés en movilizarse masivamente en contra de esa encuesta.

Por Tatiana Pardo / Jesús Mesa

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