¿Por qué el modelo de educación de Silicon Valley fracasó en colegios de Kansas?

El plan de estudios de Summit Learning, programa basado en Silicon Valley, promueve un enfoque educativo basado en el aprendizaje personalizado. Todas las clases son virtuales y los maestros se convierten en tutores, pero, esta iniciativa no cayó muy bien en las instituciones tradicionales.

-Redacción Educación
23 de abril de 2019 - 11:46 p. m.
Summit comenzó las pruebas de su sistema en escuelas públicas hace cuatro años y ahora está en cerca de 380 y es utilizada por 74,000 estudiantes.  / Archivo
Summit comenzó las pruebas de su sistema en escuelas públicas hace cuatro años y ahora está en cerca de 380 y es utilizada por 74,000 estudiantes. / Archivo

Desde hace ocho meses se planteó en Kansas, Estados Unidos, la idea de implementar una plataforma virtual que promueve el enfoque educativo de aprendizaje personalizado. Se trata del Summit Learning, el programa basado en Silicon Valley, que se caracteriza por utilizar herramientas en línea para personalizar la educación. El software de este proyecto web fue desarrollado, en 2014, por cinco ingenieros de Facebook y financiado por Mark Zuckerberg, director ejecutivo de esta compañía, y su esposa, Priscilla Chan. (Lea: Colombianos representarán a América en mundial de supercómputo)

Un año después de desarrollar el software, Zuckerberg explicó que esta iniciativa ayudaría a satisfacer las necesidades y los intereses de los estudiantes. Además, aseguró que la tecnología le dejaría más tiempo libre a los maestros para que se puedan preparar para ser mentores. Básicamente, Summit propone que los estudiantes se conecten para las clases y exámenes que podrán ir completando a su ritmo, mientras que los profesores se convierten en tutores y los orientan en proyectos especiales.

La idea en Kansas, en un comienzo, fue respaldada. Según registra el periódico The New York Times en su artículo “Silicon Valley vino a las escuelas de Kansas. Comenzó una rebelión”, la mayoría de escuelas públicas o tienen fondos insuficientes o bajas puntuaciones de exámenes. Por lo que vieron en Summit una buena alternativa, ya que el sistema es gratuito. Al inicio del año escolar, a cada estudiante se le asignó un computador portátil y los programas de estudio que iban desde matemáticas hasta historia.

Sin embargo, la utopía se fue desvaneciendo. Los estudiantes presentaron dolores de cabeza, calambres en las manos, síntomas de ansiedad e, incluso, un joven presentó recurrencia de convulsiones. “Amy Jackson, enfermera de Wellington, tiene una hija, Megan, de 12 años, que tiene epilepsia y cuyo neurólogo le recomendó que limitara el tiempo en el computador a 30 minutos al día para reducir las convulsiones. Desde que la escuela comenzó a usar Summit, Megan ha tenido convulsiones varias veces al día”, reseña el diario. (Puede leer: Tradición, tabús y religión: así fracasó la educación sexual en Colombia)

A estos casos de enfermedades se les suma los de la publicidad indebida. En una clase de historia del Paleolítico, la plataforma sugirió a los alumnos leer un artículo en el periódico británico The Daily Mail, que se caracteriza por anuncios o fotos de mujeres en bikini. Razón por la cual varios padres se escandalizaron.

Esta no es la única preocupación de los padres, la protección de los datos también los inquieta. "Summit exige una cantidad extraordinaria de información personal sobre cada estudiante y planea realizar un seguimiento de ellos a través de la universidad y más allá", dijo a The New York Times Leonie Haimson, co-presidenta de Parent Coalition for Student Privacy, una organización nacional. No obstante, Summit aclara que cumple con la Ley de protección de privacidad en línea para niños.

Como si estas quejas no fueran suficiente, los estudiantes aseguraron estar cansados del sistema que, según las reglas iniciales, compromete a los maestros a reunirse semanalmente en persona por al menos 10 minutos con los alumnos. Pero, añadieron, que estas sesiones si mucho duran dos minutos o no se realizan.

Ante estas problemáticas los padres han tomado decisiones radicales. Es el caso de Tyson Koenig que con el apoyo de su esposa Meggan sacaron a sus hijos del colegio donde estaba el programa Summit y los inscribieron en uno católico. "No somos católicos. Pero sentimos que sería mucho más fácil tener una discusión durante la cena sobre algo que podrían haber escuchado en una clase de religión que en Summit", añadió la pareja.

Para saber el nivel de satisfacción de los estudiantes y de los padres, en McPherson college realizaron una encuesta. Los resultados no fueron alentadores: el 77% aseguraron que preferían que sus hijos no estuvieran en un salón con el programa de Summit. Sin embargo, el rector de la institución, Gordon Mohn, añadió que "los estudiantes se están convirtiendo en aprendices autodirigidos y están demostrando una mayor apropiación de sus actividades de aprendizaje".

Summit comenzó las pruebas de su sistema en escuelas públicas hace cuatro años y ahora está en cerca de 380 y es utilizada por 74,000 estudiantes. (Le puede interesar: Avanza la discusión para una reforma integral al ICETEX)

La resistencia a Summit es nacional

En Brooklyn los estudiantes de secundaria se retiraron en noviembre cuando el colegio comenzó a usar Summit. Mientras que, en Indiana, una encuesta realizada por la Universidad de Indiana de Pensilvania mostró que el 70% de alumnos preferían que esta plataforma fuera opcional o la retiraran del pensum escolar.  En Cheshire, Connecticut, el programa fue cancelado tras las protestas en 2017.

Por -Redacción Educación

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