¿Por qué las universidades privadas también se unieron a la marcha?

"Las públicas no aguantan más desfinanciación y las privadas no aguantan más endeudamiento", fue el reclamo recurrente de los asistentes a la marcha. Hoy, estudiantes de todos los sectores se unieron en una movilización en la que confluyeron varias luchas. Crónica de la jornada.

Sebastián Forero Rueda / @Sebasforeror
10 de octubre de 2018 - 10:10 p. m.
Mauricio Alvarado/El Espectador
Mauricio Alvarado/El Espectador

Ya las universidades privadas del país habían anunciado que se sumarían a la movilización de este miércoles 10 de octubre en defensa de la educación superior. Además de un evidente respaldo al reclamo de las públicas, lo hacían por unas reivindicaciones propias respecto a las condiciones que, según cuentan, los están consumiendo. Pero más allá de las exigencias de unos y otros, lo cierto es que hoy estudiantes de todos los sectores caminaron hombro a hombro con el propósito de hacerse escuchar por el Gobierno Nacional. Su llamado se tomó las calles.

Desde muy temprano, en Bogotá, epicentro de la movilización a nivel nacional, grupos estudiantiles de varias universidades privadas se dieron cita para ultimar los detalles del momento que venían preparando hace meses. Ajustaron las pancartas, concertaron los pormenores de la ruta que seguirían en las próximas horas y los grupos musicales afinaron los instrumentos. El Externado, la Javeriana, los Andes, el Rosario, la Católica, entre muchas otras, se preparaban para atiborrar las calles de estudiantes.

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La ruta ya había sido concertada. “Nosotros tenemos una coordinación de universidades privadas en Bogotá y a nivel nacional. En la capital tenemos más de 11 universidades y lo que hacemos es coordinar acciones. Entonces, por ejemplo, para la movilización tenemos un recorrido en donde la Libre recoge al Externado, el Externado recoge a los Andes, los Andes recoge a la Santo Tomás y así nos vamos reuniendo para después todos juntos como privada encontrarnos con las públicas en la Caracas”, relata César David Olaya Vargas, líder estudiantil de la Universidad de los Andes.

Los estudiantes de la Javeriana se juntaron desde las 11:00 am con la Católica y esperaron a la masiva movilización de la Universidad Distrital con la que avanzaron por la séptima y luego tomaron la Avenida Caracas. La dimensión de la marcha se fue volviendo tan amplia que su paso cada vez se hacía más lento. Sin embargo, mientras permanecía represada, la movilización parecía una fiesta que animaban varios grupos musicales al ritmo de tambores. No se vio amenazada en ningún momento por la lluvia que en ocasiones se dejó caer sobre los manifestantes. Para el medio día ya se hacía difícil distinguir a las delegaciones de distintas universidades que se fueron mezclando entre sí.

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Lo propio venía haciendo el grupo en el que avanzaban entre otras el Externado, los Andes, la Libre y la Jorge Tadeo Lozano. La primera de ellas iba en el frente de la movilización. Junto a un letrero que sostenían varios estudiantes en el que se leía el nombre de esa institución, iba uno más pequeño en el que se alcanzaba a leer: "Soy gomelo y amo a mi país". Uno y otro fueron los primeros en encontrarse con el grupo que encabezaban la Distrital y la Javeriana, en la Caracas con calle 19. A partir de ahí formaron un solo río de estudiantes que caminaba -y bailaba- al ritmo de varias consignas. "Viva la U, viva; viva la U, viva; viva la universidad".

Así continuarían hacia su destino final, la Plaza de Bolívar, donde se encontrarían con la Pedagógica, la Nacional y con el SENA, que había tomado la delantera desde más temprano. 

En la movilización confluían entonces varias luchas. “Si por las públicas llueve, por las privadas no escampa”, cuenta Olaya Vargas. Los reclamos de las instituciones de carácter privado le apuntan básicamente al alza continua en los precios de las matrículas, que está afectando de manera considerable a la clase media. “En términos de la clase media asistimos a un empobrecimiento porque es la clase a la que le toca pagar matrículas más elevadas, que tiene que endeudarse y adicionalmente es la clase que, según el Gobierno, debería pagar más impuestos”, señala Andrés Mora, profesor de Ciencia Política de la Javeriana, experto en políticas públicas y que hoy acompañó la marcha. Juan Sánchez, representante estudiantil ante el consejo directivo de El Externado sintetiza la lucha: “Las universidades públicas no aguantan más desfinanciación y las privadas no aguantamos más endeudamiento”.

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Para el profesor Mora existe un antecedente cercano de este vínculo entre las privadas y las públicas: la experiencia de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE. En eso coincide Sánchez, al señalar que desde ese momento – 2011, cuando se creó esta organización – no se veía una movilización estudiantil de tal envergadura. Las luchas son similares. “En la MANE se peleó para que no existiera una reforma que dañara la educación en un futuro y hoy estamos peleando porque ya la dañaron. Todo lo que habían metido en la reforma a la ley 30 y que la MANE logró frenar, ya lo han venido metiendo en pequeñas reformas”, sentencia Sánchez.

Pero la movilización que se vivió hoy no es coyuntural. "No es que un día dijimos vamos a hacer una movilización el 10 y salieron todos a marchar", cuenta Olaya. De hecho, no es solo una organización la responsable de haber convocado la marcha. Por un lado está la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de Educación Superior, Acrees, y por otro, la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior, Unees. En esencia, sus reclamos son similares aunque puedan tener algunas diferencias en sus formas organizativas y también en las exigencias en sí mismas. 

De hecho, ambas organizaciones tienen dos pliegos paralelos. Uno de los elementos comunes, por ejemplo, es que los créditos del Icetex, tanto los que ya están en marcha como los que vendrán, tengan un interés del 0%. Así mismo, el aumento inmediato al presupuesto de las instituciones educativas de educación superior de carácter público, aunque en ese punto puedan diferir en torno a las cifras. Lo cierto es que ambas organizaciones llevan un trabajo organizativo de meses. 

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Olaya vargas, de Unees, relata que este año realizaron dos encuentros en los que participaron más de 3.000 estudiantes. Uno en marzo, en la Universidad Nacional, en Bogotá, y otro en septiembre, en la Universidad de la Amazonia, en Caquetá. "Ahí hicimos lo imposible, que fue poner de acuerdo a esos 3.000 estudiantes en los puntos de los pliegos estudiantiles". 

Para Sánchez, de Acrees, lejos de significar una división, el hecho de que existan estas dos organizaciones de manera paralela, "enriquece la movilización". Para él, lo que fortalece el movimiento estudiantil es precisamente la pluralidad en la participación y que confluyan distintos sectores con unidad de acción. 

Pero el trabajo conjunto sigue. Mientras desde las públicas se inicia el paro nacional a partir del jueves 11 de octubre, las privadas, de manera paralela, estarán presentes a través de varias actividades. Carnavales, festivales artísticos y hasta una “Bicicletón”. La sensación es que el movimiento estudiantil sigue fortaleciéndose y que puede llegar a ser incluso mayor al precedente que sentó la MANE.

Por Sebastián Forero Rueda / @Sebasforeror

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