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Un mediador en conflictos para las universidades

Los Andes, en Bogotá, es la primera institución en implementar una figura que ha resultado exitosa para organizaciones como Naciones Unidas y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Redacción Vivir
30 de noviembre de 2013 - 09:00 p. m.
Un mediador en conflictos para las universidades

¿Qué es un ombudsperson? A principio de este año les hicieron esa pregunta a varios estudiantes y profesores de la Universidad de los Andes: “un restaurante”, dijo el primero, “una galería”, “un árbol”, “una pastilla”, “¡no tengo ni idea!”, “una enfermedad psiquiátrica”, contestaron otros.

Diez meses más tarde, la palabra que parecía impronunciable tiene nombre, rostro y funciones. Se llama Margarita Gómez, es abogada y docente de esa universidad y se encarga de mediar entre profesores, alumnos y empleados que tengan conflictos de comunicación o convivencia con otros miembros de la comunidad educativa.

Junto a su equipo de trabajo ha atendido 220 casos (entre acosos, amenazas, hostigamientos y dificultades de comunicación), el 90% de los cuales se ha solucionado. “El programa logró una gran acogida en la universidad. Alumnos, maestros y empleados han llegado para resolver situaciones donde encuentran dificultades para comunicarse entre ellos, malos tratos —bien sea entre pares o en relaciones de subordinación—, incumplimiento de los reglamentos, dificultades disciplinarias o inconformidades administrativas. Este es un espacio de mediación que ha entregado interesantes resultados”, explica Gómez.

Los que más acuden a su oficina son estudiantes. Solicitan una cita a través de una llamada telefónica o un correo electrónico, luego se les pide que presenten algunos documentos donde expongan el caso y, después de analizar la situación, la ombudsperson sugiere un plan de acción en el que los actores del conflicto sean los principales agentes de resolución.

“La idea -dice Margarita Gómez- es propiciar un espacio de reflexión que le permita a la persona identificar y desarrollar una alternativa para solucionar su dificultad. Aspiramos incentivar el diálogo, trazar modelos de convivencia distintos que luego tengan un impacto a gran escala. Con esta labor, en la que se están generando aprendizajes individuales, se espera entregarle a nuestra comunidad académica nuevas maneras de afrontar sus conflictos como ciudadanos”.

Por Redacción Vivir

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