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El Espectador le explica: la nueva oleada de protestas en Hong Kong

La detención del magnate de medios de comunicación Jimmy Lai, dueño del periódicio Apple Daily, desató un nuevo capítulo de protestas en Hong Kong. El movimiento prodemocracia dejó de creerle hace mucho tiempo a las autoridades, que promueven la democracia en su discurso y la censura en su práctica.

11 de agosto de 2020 - 09:58 p. m.
El magnate de la prensa salió de la comisaría hacia medianoche y le aguardaba una muchedumbre de partidarios.
El magnate de la prensa salió de la comisaría hacia medianoche y le aguardaba una muchedumbre de partidarios.
Foto: Agencia AFP

Las declaraciones de Carrie Lam, jefa ejecutiva de Hong Kong, ya no solo carecen de peso para la oposición política del territorio semiautónomo perteneciente a China, sino que se ven enfrentadas a las polémicas medidas y operativos de detención a opositores que solo dejan a la luz profundas grietas en la democracialocal . Paradójicamente hace unos días la funcionaria aseguraba a un reportero que con la reciente Ley de Seguridad Nacional "la gente de Hong Kong debería poder seguir disfrutando de la libertad de expresión, la libertad de prensa, de publicaciones, protestas, reuniones, etc.".

El golpe de gracia llegó el pasado lunes, cuando el magnate de los medios de comunicación hongkonés Jimmy Lai, muy crítico con Pekín, fue detenido. El mayor agravante es que mientras esto ocurría la Policía también llevaba a cabo una redada en la redacción de su periódico, el Apple Daily, en la que detuvo al menos a otras ocho personas: sus dos hijos, varios ejecutivos del grupo mediático y dos activistas del movimiento prodemocrático de la ciudad.

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Fue cuestión de 36 horas para que el magnate fuera liberado bajo fianza, sin embargo, los reporteros del medio de comunicación desataron su furia ayer, cuando en su página de Facebook anunciaron que se produjeron 550.000 copias impresas de periódico, frente a las 70.000 que salen en su circulación normal. Su portada fue una amenaza tácita a las autoridades locales: "Apple Daily debe mantener sus operaciones".

Desde que la Ley de Seguridad Nacional se aprobó desde Pekín se intuyó lo peor para el movimiento prodemocracia en Hong Kong. Casi dos meses después de su implementación los resultados son evidentes. El pasado lunes fue detenida Agnes Chow, una de las figuras más importantes de la oposición, y llevada a la nueva unidad de seguridad nacional. "Es como si hubiese caído la noche" dice Tony Chung, estudiante de 19 años arrestado hace unos días, acusado de haber escrito en las redes sociales mensajes que amenazaban a la seguridad nacional. El mismo día, otros tres estudiantes, incluida una joven de 16 años, fueron detenidos bajo los mismos cargos.

El contenido de esta nueva legislación, que pone fin en particular a la independencia judicial de la que gozaba Hong Kong, fue mantenido en secreto por Pekín hasta promulgarla. En pocas palabras brinda a las autoridades nuevos poderes para reprimir cuatro tipos de delitos contra la seguridad del Estado: la subversión, el separatismo, el terrorismo y la colusión con fuerzas exteriores.

Aunque parezca lejano, este es otro capítulo del ajedrez político que enfrenta a Estados Unidos y a China. Tanto así que la semana pasada el gobierno de Trump sancionó a Carrie Lam, y advirtió sobre movimientos navales chinos cerca de Taiwán. Como respuesta, Pekín anunció sanciones a once funcionarios estadounidenses, entre ellos los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, por “inmiscuirse en los asuntos del territorio semiautónomo”.

"Este es un asalto escandaloso a la libertad de prensa, en varios niveles", dijo a The Atlantic Keith Richburg, director del Centro de Estudios de Periodismo y Medios de la Universidad de Hong Kong y exjefe de oficinas de Hong Kong y Beijing para The Washington Post.

Y es que el dueño del medio es una ficha importante dentro del movimiento opositor, o al menos así lo ven algunos de sus empleados. Uno de ellos, luego de su detención, aseguró: “Tiene muchísimo dinero, podría huir de Hong Kong, pero se niega a hacerlo. La libertad de Hong Kong quizá está en su último aliento, pero, mientras nuestro jefe no se rinda en esta lucha, nosotros tenemos que seguir. El periódico se va a seguir publicando mañana, pero ¿quién sabe qué pasará luego?”.

Un opositor de vieja data

Lai, de 71 años, nació en la ciudad de Cantón, en una familia extremadamente pobre. Según han contado personas cercanas, a los 12 años fue llevado a Hong Kong de contrabando en un bote pescador. Allí creció, estudió y a los 25 años comenzó trabajar en la empresa textil que le traería su fortuna a través de la venta de sacos y busos. A tal punto llegó éxito que su fortuna alcanzó los $ US 1.600 millones en 2008, según la revista Forbes.

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Hasta entonces su relación con el gobierno local era estable. Pero sus posiciones políticas empezaron a alejarse de los lineamientos oficialistas y, inspirado en los estudiantes que murieron en la masacre de Tiananmen, en 1989, fundó su medio de comunicación, Next Digital, actual empresa matriz de Apple Daily donde empezó a mostrar sus reparos y críticas frente al gobierno chino.

Ahora bien, la detención temporal que sufrió el magnate podría darle un empujón al movimiento prodemocracia. Tanto así que las acciones de Next Digital subieron ayer un 1.200%.

Durante los últimos meses, en los que se han presentado las protestas más importantes en la historia de Hong Kong en contra de Pekín, Lai aseguró el pasado mayo: “Lo que tengo, me lo dio este medio, seguiré luchando hasta el último día. Será un honor si me sacrifico. La llamada influencia extranjera es nuestra única salvación. Creo que si los estadounidenses nos apoyan firmemente, los otros países seguirán adelante. Estados Unidos tiene que tomar la iniciativa”.

Efectivamente, el país norteamericano aguarda, mientras lanza amenazas verbales al gobierno chino. Para Mike Pompeo, deje de la diplomacia de Estados Unidos, lo ocurrido esta semana con Lai es una “prueba más de que el Partido Comunista Chino destruyó las libertades de Hong Kong y los derechos de su pueblo”.

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