:format(jpeg)/www.elespectador.com/resizer/GomJRGWmQju7LgQOaaIssTrRdM4=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/DQSBS37S3BGWJNNFX4QGHPR33A.jpg)
La crisis política en Haití es cada día más grave. El presidente del país, Jovenel Moise, asegura que su mandato se extiende hasta el 7 de febrero de 2022, pero la oposición a su gobierno no está de acuerdo con esa fecha. ¿Qué está pasando? El Espectador le explica.
Comencemos por el contexto:
Haití es la nación más pobre del hemisferio occidental y además ha tenido una historia marcada por la inestabilidad política, social y económica. En 35 años, el país ha tenido una veintena de gobiernos encabezados por presidentes electos, presidentes interinos, gobiernos de transición, consejos de ministros o incluso militares. Las tensiones actuales y el foco de esta nueva crisis se debe a que hay un desacuerdo sobre la fecha en la que la presidencia del actual mandatario debe terminar.
¿Por qué exigen que Moise deje el poder ahora?
El final del mandato de Moise es un ardiente debate constitucional. La oposición señala que, como los comicios de 2015 fueron anulados y se tuvieron que repetir en 2016, la Constitución establece un adelanto del inicio del periodo presidencial que en este país es de cinco años.
Es decir, que el periodo presidencial de Moise habría comenzado, según la oposición, a regir desde 2016 y no desde 2017, como él señala.
El presidente Moise ha denunciado que no es así, y que él fue electo para un periodo de cinco años que terminaría el 7 de febrero de 2022. Aunque el mandatario tiene cada vez menos apoyos a nivel interno, el pasado viernes recibió el respaldo expreso del Gobierno de Joe Bidem, quien apuntó que el mandato iba hasta 2022. Entre argumentos legales y constitucionales de un bando y otro, las protestas que exigen el fin de su periodo presidencial han aumentado.
¿Ahora hay un presidente interino?
Sí. Basándose en un artículo de la Constitución, la oposición y numerosos grupos, incluidos el Colegio de Abogados y la Iglesia católica, consideran que el mandato de Moise expiró este domingo y proclamaron al magistrado Joseph Mécène Jean Louis, decano de la Corte de Casación, máxima instancia judicial del país, como el presidente interino.
“Acepto la elección de la oposición y de la sociedad civil para poder servir a mi país como presidente interino de la transición de la ruptura. Que Dios se apiade de la nación haitiana”, dijo Jean-Louis en un video.
Le recomendamos: Haití: el gobierno de las pandillas
¿Qué dicen los militares y el gobierno?
En plena crisis, los militares anunciaron que se mantendrán fieles a Moise, quien refundó las Fuerzas Armadas en 2017 dos décadas después de haber sido disueltas por el entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide.
El ministro de Justicia, Rockefeller Vincent, calificó la declaración de Jean Louis como un “desvarío rayando en la locura” y ordenó tomar “todas las medidas coercitivas” que sean necesarias para mantener el orden en el país.
La mayor parte de la jornada de este lunes, las calles de Puerto Príncipe permanecieron prácticamente vacías. Por la tarde se formó una pequeña protesta espontánea en las inmediaciones del Palacio Nacional que fue reprimida con gases lacrimógenos y munición real por los policías y militares presentes en la zona.
Este debate es surreal. ¿Qué más hay detrás de las protestas?
Cada una de las partes se mantiene en su posición y no da concesiones. Pero además del debate sobre el término de esta presidencia, de cuándo comenzó y de cuándo debe terminar, el país se ha sumergido desde 2018 en una crisis política a cuenta de las protestas contra la crisis energética, la crisis económica y la corrupción.
Debido a las protestas, se aplazaron sin fecha las elecciones legislativas previstas para 2019, lo que llevó a dejar prácticamente clausurado el Parlamento (bicameral) en enero de 2020 y le ha permitido a Moise a gobernar por decreto desde entonces. Y ha buscado un referendo para introducir en la Constitución una reforma que le permita la reelección presidencial por dos términos consecutivos. Esa fue, como dicen popularmente, “la gota que derramó el vaso”.
“Es un escenario que es más complicado que la fecha del fin del mandato, si tenemos en cuenta que el presidente Moïse fue electo por unos 600.000 votos en un país de 11 millones de habitantes”, le dijo Alexandra Filippova, del Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití a la BBC.
La comunidad internacional ha criticado al gobernante por extralimitarse en sus funciones con los decretos, mientras que la oposición le ha tildado de “dictador”.
No obstante, Moise ha convocado elecciones para el próximo septiembre y no podrá optar a la reelección en ningún caso, ni estando en vigor la Ley Sustantiva actual ni en la hipótesis de que prospere su proyecto de una nueva Constitución.
¿Qué queda ahora?
La ONU pidió a los haitianos que usen medios pacíficos para resolver crisis. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y su misión en Haití siguen la situación en ese país “con inquietud”, afirmó el lunes su portavoz, quien estimó “muy importante que todas las partes implicadas traten sus diferencias por medios pacíficos”. Sin embargo, tal parece que las protestas, a falta de diálogo, se volverán cada vez más violentas hasta que Moise decida dar un paso al costado o hasta que la oposición negocie con él un gobierno de transición y unas nuevas elecciones.
Le puede interesar: Haití: un sistema de educación que depende de las catástrofes naturales y unos buenos zapatos