“Estamos para acompañar a Colombia a desarrollar su potencial”: embajador de Canadá

Educación, gobernanza, sostenibilidad, paz y empoderamiento de las mujeres y niñas son los puntos claves en la agenda de la embajada para apoyar en la construcción de una sociedad más equitativa.

MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ
17 de julio de 2018 - 10:18 a. m.
Cortesía
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“Colombia está cambiando su marca en el mundo. Veo que es un país que ha mejorado y que va por buen camino”. Con estas palabras, el embajador de Canadá, Marcel Lebleu, comienza una reflexión de cómo, en los últimos años, el trabajo en equipo con el Gobierno, ONG y el sector privado ha sido fundamental para diseñar e implementar programas que disminuyan la pobreza y que le apuesten al desarrollo y el respeto por los derechos humanos.

Uno de los enfoques con mayor prioridad en la agenda es trabajar desde una política de asistencia internacional feminista para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres y niñas de Colombia. Un enfoque eficaz que transforma la sociedad en una más incluyente y pacífica.

También acompañan a los pequeños productores a potenciar sus emprendimientos y llevarlos a un punto de sostenibilidad. “Nuestro objetivo es que el campo sea un escenario de reconciliación y que Colombia aproveche al máximo los recursos con los que cuenta”, destaca el embajador, que en entrevista para El Espectador explicó cómo funcionan algunos proyectos, la oportunidad económica en el sector extractivo y el turismo.

¿Cuáles son los tipos de contribución que ustedes hacen?

Hay proyectos bilaterales que son ejecutados por ONG  canadienses e internacionales y algunos que incluso son cofinanciados por el sector privado.  Estamos en varios  sectores como el agrícola con el proyecto PASAC: Apoyo al Sistema Financiero Agropecuario en Colombia, implementado por Developpement International Desjardins y FADQDI, que se enfoca en el acceso al crédito para el pequeño productor trabajando no sólo con ellos, sino con el sector financiero para agilizar los procesos que les demuestren a los bancos que es un buen negocio.

¿Qué resultados tienen del programa?

Hemos apoyado a 37 instituciones en zonas afectadas por el conflicto armado. Allí implementamos programas de educación financiera para 5.000 productores de café y para mujeres productoras. Este programa se ejecuta de la mano del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y el Banco Agrario de Colombia, con quienes logramos desarrollar metodologías conjuntas para dar créditos a pequeños productores agrícolas y así impulsar un desarrollo sostenible en los emprendimientos.

 Ustedes trabajan de la mano con el Gobierno y el sector privado. ¿Cómo es la relación?

El Gobierno tiene un papel primordial porque trabajamos de forma estrecha, tenemos un diálogo permanente con la Agencia Presidencial de Cooperación (APC) para validar que nuestras intervenciones van en el mismo sentido con lo que hace el Gobierno. Con el sector privado trabajamos, por ejemplo, con la Fundación Carvajal  y Cuso en el programa “Empleos para  Construir  Futuro”, en el que capacitamos a jóvenes en temas de resolución de conflictos, valores y capacidad social. Son cosas sencillas que ayudan al cambio y determinantes en  la empleabilidad.

La educación es un jugador clave, ¿cómo impactan en la sociedad?

En las poblaciones que trabajamos encontramos a niños y adolescentes que han vivido en violencia y no tienen entornos seguros. Por eso apoyamos el proyecto “Con paz aprendemos más”, que es implementado por Mercy Corps y War Child Holland. El proyecto crea ambientes escolares protectores para 48.000 niños, niñas y adolescentes. Este se desarrolla con un modelo de gestión para internados rurales de alto riesgo en los que se ofrecen servicios psicosociales y actividades extracurriculares. Además, capacita a 1.200 profesores en la protección y respeto de los derechos de la niñez y nuestra agenda feminista que es nuestro tema fundamental.

¿Explíquenos en qué consiste?

Esto no es palabra es una doctrina. La política de cooperación feminista es donde tenemos que mostrar que hay un componente concreto de temas de género en cada proyecto. Para nosotros es una política de Estado y es nuestro compromiso en Colombia acompañarlos a diseñar políticas que promuevan la igualdad.

En agosto cumple un año en la Embajada de Canadá, ¿cuál es su balance?

 El balance es positivo. Se puede ver el vaso medio lleno, lo veo así y creo que una parte de la población ve más progreso y nosotros estamos para acompañarlos a desarrollar su potencial. En este último año vimos cómo Colombia pasó de 50 años de guerra a la firma del Acuerdo de Paz, con el que estamos comprometidos y al cual destinamos $78,4 millones de dólares canadienses para su implementación.

¿Cómo se va a distribuir el dinero?

Una parte va para seguir apoyando el desminado en Colombia. Una labor que realizamos con The Halo Trust en 16 municipios del país. Otra parte para promover y proteger los derechos humanos y para apoyar la Estrategia de Respuesta Rápida de Colombia durante el proceso.

¿Cuáles son los retos?

 La protección de los líderes sociales es un tema que nos preocupa mucho. Las cifras no van en buen sentido y ya estamos trabajando en el tema. Las comunidades también son nuestra prioridad, queremos que siempre estén informadas en temas relacionados con el sector extractivo, que en Colombia   ha tenido una percepción negativa  por su ilegalidad, pero ahí vemos una oportunidad económica importante que debe manejarse de una forma transparente y puede ser una fuente de empleo.

 ¿Cómo lo van a lograr?

 Con el proyecto “Comunica” proveemos asistencia técnica canadiense e internacional a entidades del Gobierno con el propósito de mejorar las condiciones de la población colombiana que vive en áreas con una fuerte presencia del sector extractivo, y claro, con procedimientos sostenibles que cuidan el ambiente.

¿Qué viene ahora en la embajada?

Empezaré por el turismo, porque eso habla de la diplomacia de la gente. Y lo que vemos es un crecimiento en un 20 % de las visitas de  canadienses al país. Es uno de los mercados que más crece y es muy positivo porque están cambiando la marca Colombia afuera. Hace 10 años era otra. Ahora la gente ve que hay mucho que hacer en el país y las posibilidades de invertir son muy buenas, nuestro compromiso es seguir acompañándolos en este camino.

Por MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ

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