La guerra sucia en la campaña mexicana

A pesar de las mentiras, los ataques y las confusas encuestas, Andrés Manuel López Obrador es el favorito a la Presidencia y también lograría mayoría en el Congreso.

redacción internacional
22 de junio de 2018 - 03:00 a. m.
 Andrés Manuel López Obrador es el favorito en las elecciones a la pesidencia de México.  / AFP
Andrés Manuel López Obrador es el favorito en las elecciones a la pesidencia de México. / AFP
Foto: AFP - ALFREDO ESTRELLA

La campaña presidencial en México, que tendrá su capítulo final el próximo domingo primero de julio, ha sido una seguidilla de ataques, mentiras, acusaciones de corrupción, filtraciones, insultos, injerencia rusa (sin pruebas) y hasta llamadas telefónicas en contra de los candidatos.

Coinciden analistas en que este escenario, que se vive desde que comenzó la campaña en abril, se recrudecerá en los próximos días. El cruce de acusaciones “se va a seguir incrementando y se está desnudando el tema nodal, porque hay un uso político de las instituciones”, le dijo a Efe el decano de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Arturo Sánchez.

Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), es quizás el candidato que ha recibido las acusaciones más duras. Anaya está siendo investigado por la Fiscalía general de México por supuesto lavado de dinero, en un ejercicio que muchos analistas, más allá de su veracidad, achacan a un uso partidista y político de las instituciones de justicia.

Ver más: Comenzó la campaña electoral más grande de la historia de México

Muchos mexicanos han cuestionado la expedita actuación de la fiscalía, mientras retrasa sonados casos de corrupción en el gobierno del actual mandatario, Enrique Peña Nieto. “Se usó a la procuraduría general (fiscalía) para atacar mediáticamente a Anaya sin presentar denuncia, sin tener pruebas o demostrarlas”, agrega Sánchez.

En un análisis, la consultora Eurasia Group describe la actuación de la fiscalía contra Anaya como “un ataque coordinado por el gobierno y el PRI”, pero que solo reforzó la imagen negativa del oficialismo. “López Obrador resultó el más beneficiado”.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), favorito en todas las encuestas, es el otro que más arremetidas ha recibido. A comienzos de junio salieron a la luz una serie de llamadas telefónicas que advierten a los ciudadanos que López Obrador apoya la “amnistía” contra narcotraficantes, a fin de desincentivar el voto.

El líder del partido Morena también enfrenta críticas por su edad. Tiene 64 años y lo acusan de viejo y enfermo. En un comercial, un doble del izquierdista está en una consulta médica en la que lo pintan como un demente, que se repite y ha perdido facultades. “Pues yo la felicito, porque la gente cuando ya no está en condiciones ahí la botan (abandonan), porque ellos pueden llegar a hacer cosas muy peligrosas para todos”, le dice la doctora.

Ver más: Empresarios contra Andrés Manuel López Obrador

A quien las críticas no han golpeado mucho es al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, quien tiene una prestigiosa carrera de más de 20 años como funcionario público. Aunque todas las encuestas lo ubican como el candidato con menos posibilidades de ganar, esta semana un sondeo de la firma Pop Group, que lo sitúa en segundo puesto, con el 32,6% de los votos, a cinco punto de López Obrador, a quien le dan el 37,2%.

El analista José Antonio Crespo, explica el intento desesperado por detener a Obrador y ubicar al PRI: “Todas las tácticas han fallado. La estrategia sería apuntalar a Meade, pero está rezagado en tercero”.

A prueba de todo

Una recopilación de encuestas hechas por los medios mexicanos no dejan lugar a las dudas: López Obrador tiene el 92% de probabilidades de ganar, en un proceso electoral que no tiene segunda vuelta. México, Venezuela, Paraguay, Honduras y Panamá son los cinco latinoamericanos que definen la Presidencia por mayoría simple en una sola ronda. AMLO rondaría el 50 % de los votos, seguido por Ricardo Anaya, con el 27 % y, en último lugar, José Antonio Meade, con el 20 %.

Con el paso de los días, la ventaja de AMLO se amplía y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se empieza a ubicar como el más votado en las dos cámaras del Congreso, tras la alianza que hizo con Encuentro Social (PES) y el Partido del Trabajo (PT). Un resultado que, según los analistas, le daría un vuelco a la política mexicana. El análisis del voto del periódico El País de Madrid, señala que la coalición de López Obrador se quedaría con 260 escaños, mayoría en la cámara, de 500 miembros.

Ver más: La polémica propuesta de AMLO 

Hasta ahora López Obrador parece a prueba de balas. Sobre él, “ya no se creen lo de Venezuela, que se caerá la economía, apelan al miedo, pero no está funcionando”, explicó a Efe la académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ivonne Acuña.

Ni siquiera su pelea con los grandes empresarios lograron hacer mella. AMLO, quien prometió acabar con la corrupción y revisar la reforma energética ¬emblemática privatización del saliente presidente Enrique Peña Nieto¬, así como cancelar la construcción de un nuevo aeropuerto de la capital cambió su discurso y aseguró que necesitaba al empresariado en su Gobierno.

La polémica encuesta de Pop Group (la que puso al menos favorito en segundo lugar) también señala que el 78 % de los votantes de López Obrador, que se presenta por tercera vez a la Presidencia, se muestra preocupado de que haya fraude. Sus temores no son infundados. Durante siete décadas la política mexicana estuvo dominada por las oscuras tácticas en las elecciones del PRI, que quisieron revivir en la actual contienda. Aún está en la memoria de los mexicanos las “urnas embarazadas” ¬rellenadas previamente con votos oficialistas¬, la “operación tamal” ¬meter un fajo de boletas a la vez¬, el elector que mágicamente votaba varias veces o la polémica “caída del sistema” de conteo de 1988, que, según varias denuncias, llevaron a la victoria del entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Salinas de Gortari, sobre el izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas.

Tras gobernar México durante 71 años, el PRI fue derrotado en 2000 por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), abriendo una nueva era en el país. Luego de 12 años de altibajos, el PRI regresó al poder en 2012, prometiendo ser un nuevo partido de transparencia y reformas. Sin embargo, nuevamente es señalado de prácticas ilegales aunque esta vez sin los resultados deseados: el partido del presidente Enrique Peña Nieto, con niveles récord de impopularidad, no despega en las encuestas.

Para la columnista política Martha Anaya (sin parentesco con el candidato), “el PRI lo que quiere es tirarlo al tercer lugar como sea. El PRI busca articular a su favor el voto útil contra López Obrador y rescatar posiciones en el Congreso, alcaldías o una gobernación para sobrevivir en pleno realineamiento político. En 2000, cuando pierde con el PAN, el PRI se sostuvo gracias al poder local que retuvo. Lo mismo hacen ahora, rescatar el voto local, el pequeñito, pero es el que finalmente te da la fuerza para no morir", explica la columnista Anaya.

En la calle también se siente la tradición del "clientelismo". La tentación de comprar votos va desde obsequiar una bolsa con souvenirs, como una botella deportiva o una casaca, hasta prometer pagos en efectivo o condicionar la entrega de programas sociales, pasando por asistir a mítines a cambio de un bocadillo y una gaseosa.

Por redacción internacional

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar