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Los cuatro británicos al servicio del verdugo del Estado Islámico

Un grupo de cuatro militantes del EI, denominados por sus víctimas como The Beatles por su acento británico, han asesinado a por lo menos veinte rehenes.

Redacción Internacional
13 de noviembre de 2015 - 08:02 p. m.

Los rehenes que lograron salir con vida de sus torturas, luego de que sus familias pagaran copiosos rescates, los denominaron The Beatles por su acento británico: sólo eso podían saber sobre ellos porque siempre estaban cubiertos de cabeza a pies. Y cada uno fue bautizado con los nombres de los miembros del cuarteto de Liverpool (que, en la vía contraria, siempre predicó el amor y la paz): son identificados, por lo tanto, como George, John, Ringo y Paul. Las autoridades han identificado con cierta plenitud a dos de ellos: Jihadi George (llamado Abdel-Majed Abdel Bary), quien suele recitar partes del Corán en público y vendría de Londres, y Jihadi John, uno de los verdugos que de acuerdo con las autoridades de EE.UU. e Inglaterra habría muerto en un ataque aéreo este jueves en la noche, en Raqqa, la capital del califato que el Estado Islámico declaró desde 2014.

Mohamed Emwazi, su nombre real, provenía de Inglaterra y era vigilado por las autoridades desde principios de esta década por su cercanía con los movimientos islámicos radicales de África (habría tenido la intención de participar en Al-Shabab, el ejército yihadista de Somalia). Según las fuerzas de inteligencia británica y estadounidense, que participaron en el ataque con drones de este jueves, Emwazi es el responsable de las decapitaciones de los periodistas James Foley y Steven Sotloff, del cooperante David Hainess, el taxista británico Alan Henning, el entrenador médico Peter Kassig y el cineasta Kenji Goto. Todos ellos habían llegado a Siria en misión humanitaria o de reportería, estuvieron en cautiverio y fueron torturados. Además, cerca de 18 miembros de las fuerzas armadas de Siria que cayeron en sus fuerzas fueron decapitados entre agosto y noviembre de 2014.

El grupo suele utilizar, según algunos de sus rehenes, numerosas técnicas de tortura. Por ejemplo, disponen a los rehenes en un ring improvisado para que se batan en una pelea agreste. A los perdedores (recordó una fuente de seguridad en el diario británico Mail Online) les esperaría una tortura en la que se incluyen electrochoques aplicados en las manos, asfixia e incluso crucifixión. Este trato se extendía al resto de rehenes. Esa misma fuente aseguró al diario que la fuerza de su brutalidad era tan “viciosa” que fueron retirados de la guardia de rehenes. En un extenso recuento, el diario afirma que los estadounidenses son guardados para “ocasiones especiales”, que todos los rehenes deben rezar cinco veces al día y voltear el rostro hacia la pared así sus captores tengan el rostro cubierto.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho que la captura de estos cuatro militantes es de “alta prioridad” para las fuerzas de su país, que en los últimos meses han contribuido con fuerza aérea para atacar algunas de las bases del EI extendidas por Siria e Irak. Desde su entrada en los bombardeos al EI, que comenzaron hace cerca de año y medio, Inglaterra ha jugado un papel secundario en comparación con las acciones de EE.UU. y Francia. La coalición liderada por ambos países ha lanzado más de 8.000 ataques aéreos sobre zonas controladas por el ejército yihadista y, de acuerdo con cifras recogidas por esos gobiernos, más de 10.000 de sus militantes han muerto en dichos ataques.

De acuerdo con diversas fuentes, entre ellas la ONU, más de 25.000 extranjeros (muchos de ellos ellos occidentales) están en las filas del Estado Islámico. Han sido reconocidos casos de yihadistas provenientes de Australia, Estados Unidos, Francia y Bélgica. El grupo al que pertenecía Emwazi es una muestra de la fuerza que el Estado Islámico tiene por fuera de sus fronteras y que, al parecer, se transmite a través de numerosas escuelas religiosas donde el Corán es interpretado de manera radical y también por las redes sociales, desde donde muchos integrantes han sido reclutados.

De acuerdo con una nota de El País de España, muchos de estos extranjeros sirven como suicidas en las operaciones más arriesgadas. En Ramadí (Irak), a principios del año pasado, los yihadistas respondieron al ataque de las fuerzas nacionales con la disposición de 13 suicidas extranjeros. Provenían de Australia, Bélgica, Rusia (al parecer experimentados excombatientes que lucharon en Chechenia), Egipto, Túnez y Marruecos. Un reporte de mayo de la ONU apuntaba que algunos de esos combatientes han logrado volver a sus lugares de origen (lo que preocupa en especial a Europa, en medio de una ola masiva de migrantes) y que su número aumentó 71% entre mediados de 2014 y marzo de 2015.

Por Redacción Internacional

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