En Nicaragua, Honduras y Guatemala hay en total más de 130 mil personas en albergues oficiales (más de 390 mil personas evacuadas), de las cuales más de 53 mil son niñas y niños, quienes están en situación más vulnerable, especialmente las niñas, expuestas a discriminación, violencia, explotación y abuso sexual.
“La violencia contra las niñas en los albergues es evidente existiendo reportes por parte de autoridades de los centros, del gobierno y otras personas de la comunidad, de abuso sexual”, dijo la gerente de Programas de Plan International Honduras, Laura Rey.
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Según la organización, en Nicaragua, Guatemala y Honduras hay aproximadamente 1.200 albergues oficiales con 130.000 personas, de ellas unos 53.000 niñas y niños “en situación más vulnerable”.
Estos albergues “deberían ser espacios seguros, (y) se han convertido en lugares donde las niñas y jóvenes sufren de discriminación, acoso y hasta abuso sexual”, denunció Plan International.
“Dos casos confirmados de abuso sexual a niñas en albergues fueron reportados antes de la llegada de la segunda tormenta (Iota) y sabemos que muchos de estos casos no salen a la luz porque existe un enorme miedo de las víctimas”, explica Rey.
Centroamérica vivió a comienzos de noviembre los embates de los potentes huracanes Eta e Iota, que dejaron cerca de 200 muertos, desaparecidos y destrucción de infraestructura y cultivos, con especial afectación en Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador, en una temporada atípica de huracanes en el Atlántico.
A ello se sumó la crisis de la pandemia de la COVID-19 en la región, por lo que Centroamérica vive actualmente una “triple emergencia”, como lo define la organización.
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“En nuestra experiencia en emergencias similares sabemos que los albergues cumplen una labor fundamental, pero a la vez representan un riesgo frente a la protección de la niñez, especialmente de las niñas. El evitar que estos riesgos se materialicen es una responsabilidad que todos y todas deberíamos asumir”, dijo la gerente regional de Programas e Influencia de Plan International, Amalia Alarcón.
Para Plan International, la educación es otra gran preocupación de las niñas, pues si el acceso era limitado con la pandemia de la covid-19, “ahora esto se agrava aún más por la destrucción de los caminos, de los centros educativos y porque ellas deben ser las que se encargan de cuidar sus hermanos menores, cuidar a los enfermos o encargarse de las tareas domésticas que se trasladaron con ellas a estos albergues”.
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En el caso de Nicaragua el gobierno reporta 261 escuelas dañadas y en Guatemala 432 después del impacto de ambos huracanes, según la organización.
Plan International se define como una organización humanitaria y de desarrollo independiente que promueve los derechos de la niñez y la igualdad para las niñas.