¿Peor que el Watergate?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompió con todas las convenciones al amenazar a James Comey con las consecuencias de revelar sus charlas.

El Espectador
13 de mayo de 2017 - 03:00 a. m.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos.  / AFP
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. / AFP

El repentino despido del director del FBI James Comey, esta semana, se le está saliendo de control al presidente Donald Trump. De hecho, muchos ya comparan este terremoto político con el escándalo del Watergate, que provocó la renuncia de Richard Nixon en 1974.

Una trama que sucedió hace 45 años, antes de que la mayor parte de la población estadounidense de hoy naciera —la edad promedio del grueso de los habitantes de EE. UU. es de 38 años—, pero que muchos comienzan a desempolvar.

El sábado 20 de octubre de 1973, Nixon tomó una decisión a la desesperada que aceleraría su salida prematura del poder al pedir la salida del fiscal especial independiente encargado de las investigaciones por el espionaje al Comité Nacional Demócrata, Archibald Cox, que solicitaba a la Casa Blanca grabaciones del presidente. Trump despidió a Comey, quien llevaba una investigación sobre la participación rusa en las elecciones de 2016. “¡Más le vale a Comey que no haya cintas de nuestras conversaciones, antes de que él empiece a (hacer) filtraciones a la prensa!”, amenazó el presidente.

El caso Comey apenas empieza y no se sabe hasta dónde puede llegar (como todo lo que pasa en EE. UU. desde que Trump llegó a la Casa Blanca), pero es una verdadera bola de nieve.

“Basado simplemente en lo que se sabe hasta ahora, este escándalo se ve peor que Watergate. Peor para el presidente. Peor para el interés nacional total. Peor en lo que sugiere sobre la capacidad del sistema democrático estadounidense para defenderse”, escribió en The Atlantic James Fallow, un periodista que cubrió el Watergate.

El reportero da cinco razones básicas: el delito detrás del escándalo, la claridad de la interferencia, la naturaleza del presidente, la resiliencia del tejido de las instituciones estadounidenses y la ira de los partidos políticos.

“Hay paralelismos. Este es un momento muy significativo. No es algo que se deba tomar a la ligera”, dijo al canal MSNBC, en referencia a la destitución de Comey, el veterano periodista de The Washington Post Bob Woodward, quien destapó junto con Carl Bernstein el Watergate. “El presidente da un puñetazo en el que muchos ven el eco del Watergate”, tituló The New York Times.

Por El Espectador

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