Cuando las bodas reales suceden, los jefes de gobierno de otros países y sus familias suelen ser invitados a la ceremonia, así no conozcan a la pareja, por cuestiones de protocolo. Sin embargo, en esta oportunidad, parece que la familia Trump, que gobierna Estados Unidos, se quedará por fuera de la lista de invitaciones.
El diario Washington Post examinó varias razones. En primer lugar, dice dicho miedo, "Harry y Meghan no tienen que tratar a los Trump como a esos incómodos miembros de la familia que todo el mundo insiste que debes invitar". Harry tiene una ventaja. Es el quinto en la fila por la corona, lo que hace que la pareja no tenga sobre sus hombres todo el peso de la tradición.
Además, ni Markle ni su futuro marido han sido cercanos a los Trump en el pasado. Al contrario, durante la campaña presidencial, Markle dijo que Trump era un "misógino" y amenazó con dejar el país si resultaba electo como presidente. En cambio, recientemente el príncipe y Michelle Obama coincidieron en un evento en un colegio de Chicago y bromearon y conversaron amablemente, según quedó registrado en fotos.
Al terminar el encuentro, ella tuiteó: "gracias a mi amigo, el Príncipe Harry, por acompañarme a mi ciudad natal para sorprender a estos estudiantes sobresalientes".
Thanks to my friend Prince Harry for joining me in my hometown to surprise these outstanding students! #ReachHigher #ObamaSummit https://t.co/QH7vwnKUBN
— Michelle Obama (@MichelleObama) October 31, 2017