República Checa: ¿Cinco años más para el Trump europeo?

Milos Zeman, quien busca su segunda elección desde 2013, encabeza las encuestas para la primera vuelta. Sus posturas antieuropeas y a favor de Rusia podrían debilitar más al gobierno de Praga.

redacción internacional
12 de enero de 2018 - 03:00 a. m.
Los últimos sondeos dan por hecho que Zeman llegará con la mayor votación a la segunda vuelta, / EFE
Los últimos sondeos dan por hecho que Zeman llegará con la mayor votación a la segunda vuelta, / EFE

“Muerte a los abstemios y a los vegetarianos”, gritó Milos Zeman durante una reunión con empresarios del vino en marzo de 2015. En República Checa, para nadie es un secreto que el vino es una de las grandes aficiones del presidente. Por fuera del país, los problemas de Zeman con la bebida son apenas una de las muchas razones por las que el primer mandatario checo, quien se juega hoy su reelección, se ha convertido en una de las figuras más extravagantes del panorama político europeo.

“Para una cabeza de estado, hablar sobre la muerte con tal ligereza y justo un día después de la tragedia es absolutamente vergonzoso”, dijo en ese entonces Petr Gazdik, miembro de un partido de oposición. La tragedia de la que habla Gazdik ocurrió al oriente de país, cuando un hombre con problemas mentales entró armado a un restaurante y asesinó a ocho personas. Veinticuatro horas más tarde, el presidente, en estado de embriaguez, pedía la muerte de quienes no compartían su gusto por el alcohol y la carne.

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En la siguiente viñeta de esta historia aparece Jiri Ovacacek, portavoz oficial del primer mandatario, quien salió en defensa de Zeman con un argumento poco probable: en realidad, el presidente se refería a Adolfo Hitler, “al genocida que se había declarado vegetariano, abstemio y no fumador”. Ni esos comentarios, ni la vez en que la radio pública checa tuvo que vetarlo de sus transmisiones en vivo por la cantidad de vulgaridades que dijo en una entrevista en diciembre de 2014, han hecho que su base de seguidores, en las aéreas rurales del país, deje de respaldarlo. Todo lo contrario.

Aunque Zeman, de 73 años, se ha negado a participar en los debates electorales con la excusa de no querer descalificar a sus contrincantes, el mandatario llega a la jornada de votación consolidado como una de las figuras políticas más fuertes de su país y se espera que pase a la segunda vuelta de las elecciones con al menos el 30 % de los votos.

“El pecado se pudre por la cabeza”

Ese es uno de los dichos más populares entre los adversarios políticos de Zeman, que se quejan de la degradación de la política checa desde que el presidente está en el poder, hace cinco años. Entre ellos está el expresidente de la Academia de Ciencias de la República Checa, Jiri Drahos, quien además de lanzar su campaña presidencial con la intención de “restaurar la autoridad moral” de su país, dice que Zeman es responsable de promover un clima de “vulgaridad, incompetencia y corrupción”.

Las últimas dos acusaciones remiten a las elecciones parlamentarias de octubre del año pasado, donde la plataforma populista de la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO por sus siglas en checo) logró formar un gobierno de minoría con su líder, el multimillonario Andrej Babis, como primer ministro.

Babis, quien además de ser un aliado de Zeman y comparte con el presidente posturas populistas y antieuropeas, está siendo investigado por la oficina antifraudes de la Unión Europea por haber desviado dos millones de euros de ese organismo a una granja y un complejo hotelero de su propiedad. Desde ya, el presidente prometió que, de llegar a ser reelegido, ofrecería todo tipo de facilidades para que la formación política de Babis lidere sin obstáculos el Parlamento.

La postura de Zeman frete a Babis contrasta con la que tuvo frente a su antecesor, Bohuslav Sobotka. El anterior primer ministro fue amigo del presidente hasta que sus declaraciones proinmigración los separaron. La ruptura se hizo evidente cuando en enero de 2016, cuando Zeman sugirió utilizar una ametralladora Kalashnikov para deshacerse de Sobotka.

También en esa ocasión, y como si de una rutina se tratara, los miembros de la clase política checa salieron a decir que los comentarios del presidente no estaban a la altura de su cargo, un ritual que está lejos de convencer al presidente de contenerse y lo pone cada vez más cerca de Donald Trump, cuya decisión de instalar la embajada estadounidense en Jerusalén fue celebrada por el presidente checo.

Los primeros resultados de la jornada electoral que empieza hoy se darán a conocer el sábado, pero se espera que el presidente llegue sin problemas a la segunda vuelta. De ser reelegido, Zeman prometió convocar a las urnas a los checos, esta vez para preguntarles si quieren seguir perteneciendo a la Unión Europea y a la OTAN. A pesar de la escasa población de refugiados y musulmanes que ha recibido la República Checa, Zeman, quien ha dicho que el islam es incompatible con la cultura europea y que la crisis migratoria es una “invasión organizada”, tiene claro que sus simpatías no están en Occidente, sino en Rusia.

En mayo de 2015, en plena crisis de Crimea, Zeman apareció en la Plaza Roja de Moscú en medio de las celebraciones por el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Fue el único mandatario de un estado miembro de la Unión Europea en hacerlo, lo que para el analista Jakub Janda hizo todavía más evidente que Zeman es el “caballo de Troya” ruso en el corazón de la Unión Europea.

 

Por redacción internacional

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