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El caso conmueve a España. Durante cerca de tres décadas, ginecólogos, monjas y otros trabajadores de la clínica San Ramón de Madrid robaron cientos de bebés recién nacidos a mujeres a quienes hacían creer que sus hijos habían nacido muertos. Luego los vendían en un negocio que, de acuerdo con investigaciones, se desarrolló durante años en total impunidad y afectó a cientos o miles de españoles .
Inés Madrigal, nacida en 1969, víctima de esta trama corrupta e inhumana, fue una de las bebés robadas. A ella se lo contó su mamá, Inés Pérez, cuando cumplió 18 años. Desde entonces Inés quiso averiguar su verdadero origen, pero siempre sintió miedo de conocer la verdad. Hasta que en 2010 vio un reportaje sobre el caso de robo de bebés en el hospital en donde ella había nacido y le preguntó más a su mamá.
Inés Pérez le contó que fue el doctor Eduardo Vela, del hospital San Ramón, el que hizo toda la gestión para que ella llegara a sus manos, aunque luego le dijo que también habían intervenido en el proceso un cura y una monja, llamada Sor María, de un convento. Inés madre le relató a su hija que era estéril pero que Sor María le dijo que podía darle hogar a un bebé de madre soltera que no podía cuidar al bebé, que no tenía medios para cuidarlo y la mandó donde el doctor Vela.
El doctor accedió a darle un bebé recién nacido y le pidió que fingiera estar embarazada. "Me dijo que simulara una barriga con un cojín e hiciera como si tuviera náuseas". Después de un tiempo Vela le entregó la bebé, Inés, y unos papeles en donde se leía que ella era la madre biológica de la criatura. Inés Madrigal quiso conocer el nombre de su madre biológica y llegó hasta Sor María quien la remitió con el ginecólogo Vela. El hombre sólo le dijo que su mamá "había sido una chica que no podía tenerme".
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En 1982 un artículo en la revista Interviú empezó a desentrañar la aterradora historia. Entonces, una mujer contó lo que terminó en el caso más escabroso de robo de bebés en España. La joven les contó a los periodistas que fue víctima de un engaño y que le habían arrebatado a su bebé. Ahí comenzó todo. En 2010 el caso había crecido y se habían reportado cientos de casos de padres que habían tenido sus hijos en el hospital San Ramón, les dijeron que habían muerto pero nunca les dieron pruebas contundentes de las muertes.
Entonces Inés Madrigal decidió hacer algo. Y su investigación es la que siente este martes al ginecólogo Eduardo Vela en el banquillo de los acusados. El médico tiene hoy 92 años, por lo que no podrá ser enviado a la cárcel, pero podría aclarar el destino de miles de niños que crecieron creyendo que sus padres eran sus padres biológicos pero que fueron comprados en la clínica San Ramón.
Madrigal presa del pánico le dijo a su mamá que la iba a denunciar por haberla "comprado" Madrigal se hizo una prueba de ADN y adjuntó el certificado en el que Vela confirmaba la maternidad biolólgica de su mamá adoptiva. Denunció a su mamá para agilizar el proceso y ella estuvo de acuerdo. Cuando comenzó el proceso Inés Pérez tenía casi 90 años. "Gracias a ella llegamos a donde estamos", le dijo Madrigal al periódico El País. Así es su mamá contó toda su historia que dio pie a una avalancha de casos parecidos.
La señora ya murió. Falleció en 2016 a los 93 años. "Nunca pensó que detrás de todo lo que ella vivió había una mujer engañada, un robo de bebés, pero siempre quiso ayudarme. A ella le dijeron que era una mujer casada que había tenido una aventura", relata.
El doctor Eduardo Vela, de 85 años, no consiguió aplazar el juicio, ya que el examen forense practicado descarta que sufra una enfermedad degenerativa como pretendía alegar para evitar el juicio, informaron fuentes jurídicas.
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Vela, exdirector de la clínica madrileña donde nació Madrigal, ya declaró como imputado ante la Justicia en diciembre de 2013, aunque se desvinculó de la trama y negó su participación en este caso.
Según las provisiones, la vista oral del juicio durará un par de días en la Audiencia Provincial de Madrid.
El primer caso en España llegó a los juzgados en 2012, tras la denuncia presentada por el supuesto robo de una bebé nacida en 1982, en la que se acusaba a la monja María Florencia Gómez.
La religiosa, que trabajó con el doctor Vela en la misma clínica, alegó motivos de salud para no acudir a declarar como imputada y cuatro días después falleció, en enero de 2013.
La Asociación Bebes Robados Región de Murcia, que preside la denunciante Inés Madrigal, y la Asociación SOS Bebés Robados Madrid temían que, dada la edad del doctor Vela, pudiera ocurrir algo similar a lo que sucedió con sor María Gómez Valbuena. La monja fue la primera persona a la que un juez abrió diligencias por un caso de "niños robados" en la clínica madrileña Santa Cristina, pero falleció antes de ser juzgada.
"Todas las víctimas esperamos con esperanza e impaciencia una decisión que puede marcar el curso de la historia, porque puede que al fin una sentencia ponga fin al negacionismo y deje al descubierto el drama que tantas madres, padres, hijos e hijas hemos tenido que sufrir sin que se nos termine de creer y debatiéndonos entre la admiración y compasión de la sociedad por un lado, y la incredulidad y el desprecio por otro", afirman en un comunicado la entidad.