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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto unos de los recortes presupuestarios más profundos de la historia del país que afectarían a casi todos los organismos y programas federales, y reordenarían drásticamente las prioridades gubernamentales para aumentar el gasto en defensa y seguridad.
La solicitud presupuestaria del presidente para el ejercicio fiscal de 2018, que será presentada al Congreso oficialmente el jueves, reduciría o eliminaría muchos de los programas de la “Gran Sociedad” que, durante décadas, los republicanos han tratado de replegar, al tiempo que otorga una abundancia de nuevos recursos al Pentágono y al Departamento de Seguridad Nacional.
Algunos de los mayores recortes están reservados para los organismos y programas que Trump ha ridiculizado a menudo. El Departamento de Estado se vería afectado por una reducción de 28 % respecto de los niveles del ejercicio fiscal de 2016, con recortes centrados principalmente en la ayuda internacional y la asistencia para el desarrollo; la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) enfrentaría una reducción del 30%. También se encuentran en la mira programas de agricultura, proyectos de energía limpia y fondos federales de investigación.
"Vemos reducciones en muchos organismos conforme trata de reducir el papel del Gobierno, mejorar la eficiencia, combatir el despilfarro, programas repetidos. Si lo dijo en la campaña, está en el presupuesto", dijo a la prensa Mick Mulvaney, director de la Oficina de Administración y Presupuesto.
Resistencia de políticos
Sin duda, la propuesta de Trump de US$1,15 billones en fondos federales discrecionales para el año fiscal 2018 tropezará con la vigorosa oposición de políticos de ambos partidos que se resistirán a la eliminación de programas favorecidos, ya sean de ayuda extranjera, proyectos hídricos rurales o fondos de desarrollo para la región de los Apalaches y el delta del Mississippi. Además de un sólido muro de oposición de los demócratas, los republicanos de alto rango -entre ellos Mitch McConnell, líder de la mayoría del Senado- han planteado objeciones a recortes en organismos específicos incluso antes de que la solicitud de presupuesto fuera al Capitolio.
La propuesta encarna el enfoque de Trump de "Estados Unidos, primero" para la gestión de Gobierno —el propio texto del presupuesto está titulado con la consigna de la campaña— y subraya sus prioridades para los aliados en el Congreso en un documento que se parece mucho a una propuesta presentada el año pasado por Heritage Foundation, una fundación de sesgo conservador. Proporcionaría un prometido aumento del gasto militar sin aumentar el déficit.
"Para la seguridad de los estadounidenses, hemos tomado duras decisiones que se han postergado durante demasiado tiempo. Pero también hemos hecho las inversiones necesarias que han estado rezagadas por mucho tiempo", dijo Trump en un comunicado que acompaña al presupuesto.
Mulvaney dijo que el presidente había manifestado claramente sus prioridades, pero la Casa Blanca estaba dispuesta a escuchar las ideas de legisladores sobre cómo lograr sus metas.
"Esto no es tomarlo o dejarlo. No hacemos eso con un presupuesto ejecutivo. Si están interesados en participar en esa conversación, nosotros lo haremos, y, de hecho, hemos comenzado esa conversación", dijo Mulvaney.