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Una marea humana desfiló este viernes en el centro de Argel, capital de Argelia, para reclamar, por tercera semana consecutiva, la renuncia del presidente del país Abdelaziz Buteflika. El mandatario de 82 años, quien ya lleva cuatro periodos en el cargo, aspira a una nueva reelección en los comicios de abril, aunque se encuentra hospitalizado en Ginebra, Suiza, desconectado de su gente.
La plaza de la Grande Poste, donde se encuentra el edificio emblemático de la oficina central de correos en el corazón de la capital argelina, estaba repleta de gente, así como una de las principales arterias de la ciudad que desemboca en ella y las calles de los alrededores.
Las autoridades se limitaron a observar. Varias camionetas de la policía tuvieron que evacuar la plaza por la gran marea humana concentrada allí al caer la noche. Hasta el momento, las manifestaciones han sido todas pacíficas, con la excepción de algunos enfrentamientos entre pequeños grupos y la policía en Argel.
En otras ciudades del país también se llevaron a cabo protestas masivas y pacíficas, como en Orán y Constantina, segunda y tercera aglomeración de Argelia, según el sitio de información TSA que evoca también una multitud "impresionante" en Bugía, en la región de Cabilia. También hubo importantes manifestaciones en numerosas ciudades del país, según fuentes de seguridad, los medios argelinos y las redes sociales. Además, en esta ocasión las manifestaciones coincidieron con los homenajes por el Día Internacional de la Mujer, por lo que muchas argelinas estaban también en las calles.
Los argelinos no hicieron caso a las advertencias que hizo Buteflika el jueves. Desde el centro donde permanece hospitalizado en Suiza desde hace más de diez días y sin regreso anunciado, el presidente colaboró a la agitación al denunciar a enemigos "insidiosos" del "interior y el exterior" y los que "conspiran" contra Argelia.
Mientras Buteflika, disminuido por un ACV que tuvo en 2013, se rehúsa a renunciar a su candidatura, la población incrementa las manifestaciones en su contra y tampoco parece ceder. El peligro al que se enfrenta el país es a regresar a un ambiente de hostilidades como el que se vivió en la sangrienta guerra civil de 1992 a 2002. Le puede interesar: Argelia apagó toda internet para evitar que sus alumnos copien en los exámenes
Un movimiento inédito
Aunque las manifestaciones están prohibidas en la capital desde 2001, casi a diario se producen protestas en Argel desde el inicio del movimiento el 22 de febrero, algo insólito desde la primera elección de Buteflika al frente del Estado, en 1999.Pero el entorno presidencial y los dirigentes "no van a ceder, y tampoco nosotros cederemos" dijo el jueves por la noche a la AFP un taxista. En efecto los argelinos hablan ahora sin tapujos de su movilización, de su hartazgo y de su participación en las manifestaciones.
En las redes sociales, la etiqueta "#Mouvement_du_8_Mars" (movimiento del 8 de marzo) se ha extendido en los últimos días, exhortando a una movilización masiva en las grandes ciudades de Argelia.
Igualmente circulan los "18 mandamientos de los manifestantes del 8 de marzo", recordando el carácter pacífico de la movilización, y exhortando a los manifestantes a hacer del viernes "un día de fiesta" en el que imperen "el amor, la fe, las banderas argelinas y las rosas".
En Argel se organizan además en las redes sociales grupos de "brazaletes verdes", voluntarios que se ocupan de orientar y vigilar a los participantes, para evitar incidentes, o dar los primeros auxilios en caso de lanzamiento de gases lacrimógenos, además de limpiar la vía pública tras la manifestación.