Venezolanos, miedo al coronavirus y a que Maduro no diga toda la verdad sobre la pandemia

Los venezolanos temen que el gobierno de Nicolás Maduro oculte la real dimensión de la pandemia del coronavirus. Hasta ahora se han reportado 36 casos del virus, pero la falta de acceso a las pruebas hace temer que el número sea mucho más alto. Así viven los venezolanos la cuarentena por el coronavirus. 

Daniela Rojas Díaz / Caracas
19 de marzo de 2020 - 05:34 p. m.
Delcy Rodríguez, encargada por Nicolás Maduro para manejar la emergencia por coronavirus en Venezuela. / AFP
Delcy Rodríguez, encargada por Nicolás Maduro para manejar la emergencia por coronavirus en Venezuela. / AFP

Venezuela es uno de los países que reportó la llegada del coronavirus en los últimos días. Antes ya había casos en Colombia, Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador y Argentina. El viernes 13 de marzo, el gobierno venezolano anunciaba el primer caso de Covid-19. Apenas unos días después de conocerse la noticia, el aumento de casos en Venezuela comenzó a preocupar a los habitantes. Mientras que en Colombia en los primeros días se reportaban nueve contagiados en los primeros cuatro días tras la llegada del virus, en Venezuela la cifra ascendía a 33. 

Hasta el jueves en la tarde la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, en la actualización de cifras de pacientes contagiados con Covid-19, dijo que no se detectó ningún caso. Sin embargo, varios gobernadores como la del Táchira, Laidy Gómez, y Jorge Luis García Carneiro, del estado La Guaira, dijeron que han hecho varias pruebas a casos sospechosos en sus entidades y se encuentran a la espera de los resultados. Asimismo, Maduro dijo que logró comunicarse con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recibir el envío este viernes de más kits de pruebas para detectar el coronavirus.

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¿Es más rápido el contagio en Venezuela? De acuerdo con médicos especialistas venezolanos, no.  

“Primero aparecen unos pocos casos, después se empiezan a multiplicar más rápidamente. Lo que ha pasado (en Venezuela) no es diferente a lo que ha ocurrido en Argentina o Chile. En todos los países, el número de infecciones confirmadas depende de la disponibilidad de pruebas diagnósticas. A medida que sean mayores las pruebas, tendrás más casos y más cifras reales de lo que pasa (...) Eso depende del ritmo con el que se hagan. En Italia, uno de los problemas fue que se tardaron mucho en hacer los estudios y eso llevó a que la infección se extendiera”, explicó el médico infectólogo Jaime Torres, jefe de la sección de enfermedades infecciosas del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela.

El número de casos confirmados puede variar. En el primer día en Venezuela se detectaron dos; luego ocho casos más. Después se diagnosticaron otros siete, al día siguiente 16 y hasta el cierre de esta nota eran 36, de acuerdo con datos del gobierno, con otro dato: sólo tres casos nuevos en las últimas horas. "Esto, no quiere decir que se haya disminuido o aumentado la curva de contagio. Sino que en las pruebas que se hicieron días atrás y estuvieron listas a esta fecha, fueron detectados sólo tres casos nuevos. Mañana, pudiera duplicarse", agregan médicos. 

“Sabemos que hay limitaciones en el número de pruebas que están disponibles y muchos pacientes tienen que esperar los resultados. Eso no lo vamos a tener ahora, sino dentro de varios días. Hay un retraso entre la tomas de las muestras, el reporte y luego que el gobierno presente los datos. Ese retraso no permite saber exactamente el momento de crecimiento de la curva. Pero cuando hay un patrón de este tipo, tenga la seguridad que se está en la fase exponencial de la epidemia”, agregó el médico José Félix Oletta, miembro de la Red Defendamos la Epidemiología y exministro de Sanidad de Venezuela.

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Es decir, según los números ofrecidos por el gobierno de Nicolás Maduro y analizados por ambos médicos, en ese país aparentemente se ha hecho un número de pruebas considerables y la mayoría de estas han dado positivo. “Esto quiere decir que se han seleccionado los casos más sospechosos (...) Una vez que se establece la infección puede haber un período donde está muy localizada, pero a veces, resulta que el virus ya está circulando desde semanas atrás”, agregó Torres, médico infectólogo.

Lo que preocupa principalmente a los venezolanos es el ya conocido historial de Maduro para ocultar, maquillar o contradecir información importante. Un ejemplo de ello fueron las dos alocuciones más recientes de Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, y de Maduro sobre la actualización de los contagiados con Covid-19. 

El 14 de marzo Rodríguez dijo que hubo dos personas contagiadas por un paciente infectado que llegó del exterior, “uno de Apure y otro de Cojedes”, estados ubicados al suroeste de Venezuela. Dos días después Maduro aseguró que de los 33 casos que había para ese fecha, “todos eran importados: 28 proveniente de Europa y cinco de Colombia”; seguidamente, el ministro Rodríguez indicó que “dos ciudadanos adquirieron la infección en Estados Unidos”. Mientras que el lunes, el jefe de la embajada de Argentina en ese país, Eduardo Porretti, dio positivo y declaró a un medio argentino, que tiene seis meses sin salir de Caracas.

A este tipo de contradicciones es a lo que temen los venezolanos. A que los casos sean más, sean de conocimiento del régimen y no se declare de manera oficial. Sobre todo, ante un virus que lleva al menos 7.000 muertes en todo el mundo y que de acuerdo con el médico infectólogo Julio Castro, encargado de la comisión presidencial de la Salud creada por Juan Guaidó, Venezuela podría a llegar a la cantidad de casos que existen en Europa.

El diagnóstico del coronavirus en Venezuela

Los venezolanos conocen su realidad y a lo que se enfrentan. Saben que el sistema de salud en su país no está preparado para enfrentar una pandemia de este calibre, y, aunque, el Instituto Nacional de Higiene (INH) cuenta con los recursos para detectar y contabilizar los casos de coronavirus, de acuerdo con el médico Julio Castro, la preocupación apremia.

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“En el mundo hay al menos dos formas de detectar el virus (...) El primero es el que se utiliza en el Instituto Nacional de Higiene, denominado Reacción Polimerasa en Cadena (PCR), que obedece a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)y hay otros que pueden usar los laboratorios de diagnósticos clínicos (entes privados) y tienen la capacidad para hacerlo. Antes, no tenían la autorización”, indicó el infectólogo Jaime Torres.

Lo preocupante es que los pruebas diagnósticas en las clínicas o laboratorios privados son bastantes costosas y no todos los venezolanos tienen la posibilidad de costearlo. La única opción para aquellos pacientes que tengan los síntomas, es asistir al INH, ubicado en Caracas, o en los hospitales públicos, que según un documento del Ministerio de la Salud, en la capital están dispuestos cinco centros públicos para atender a pacientes con el virus, ellos son: el Hospital Universitario, El Hospital de Lídice, el Hospital Vargas, el Dr. Leopoldo Manrique Terrero y El Algodonal, de este último sus trabajadores dijeron que no estaban preparados para atender a los contagiados.

“El Estado está asumiendo los costos de las pruebas cuando los pacientes se las realizan en instituciones de salud pública o en el Instituto de Higiene (...) Aparentemente, van a llegar varias pruebas diagnósticas al país y si las autoridades de salud deciden que se van a colocar en diferentes centros, tanto públicos como privados, esas sería sin costo”, agregó Torres.

La vida en cuarentena 

La medida de prevención del régimen fue declarar aislamiento social en todo el país, para evitar se propague el virus. Pero, de acuerdo con economistas, esta decisión podría generar efectos secundarios como: escasez, más fallas en los servicios públicos, desempleo, entre otros. “En Venezuela la mayoría de la gente tiene sueldos miserables (...) su capacidad de ‘encerrarse’ para protegerse es una condena a muerte. Porque si no es el virus es la crisis y el hambre. Así estamos”, publicó recientemente Asdrúbal Oliveros, economista y socio director de la firma Ecoanalítica.

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Los caraqueños en su mayoría, han cumplido en casi su totalidad la cuarentena ordenada por Maduro. Aunque hay quienes rechazan la decisión, porque viven de lo que ganan al día y no pueden pararse. “Yo no puedo dejar de trabajar. A mi me pagan por día trabajado. ¿Cómo hago, ahora que cerraron el Metro para llegar? Esto es un problema, de verdad que sí”, indicó Yerlis Pérez de 36 años, empleada doméstica.

La última decisión del gobierno venezolano fue cerrar el acceso a la capital y al uso del Metro de Caracas, a aquellos ciudadanos que no trabajen en los sectores como salud, telecomunicaciones, transporte o alimentación. A estos, les piden el uso del tapabocas y del carné, que es su “salvoconducto” para poder desplazarse por la ciudad.

“Los militares y policías tienen tapabocas, pero los trabajadores de la salud no. En los hospitales no hay, y es donde más lo necesitan. Estamos desperdiciando tapabocas para entrar a un abasto. Hay que tener prudencia”, agregó el médico Oletta y es que aunque la OMS emitiera un comunicado en el que dice que las personas que no tienen síntomas respiratorios "no requieren una máscara médica, ya que no hay evidencia disponible sobre su utilidad para proteger a personas no enfermas", los voceros del gobierno y los militares solicitan el uso del mismo a los venezolanos para salir a las calles y hasta quienes se desplazan dentro de los carros.

Por Daniela Rojas Díaz / Caracas

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