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Ataque en Orlando: terrorismo homofóbico

Lo más grave de la matanza en el bar gay de Orlando es que por primera vez se ha vinculado el terrorismo perpetrado por el Estado Islámico con un componente de odio a homosexuales.

Beatriz Miranda Cortés
14 de junio de 2016 - 04:40 a. m.
Las demostraciones de apoyo a la comunidad gay recorren el mundo. Esta fue en Moscú, Rusia.  / Efe, Sergei Chirikov
Las demostraciones de apoyo a la comunidad gay recorren el mundo. Esta fue en Moscú, Rusia. / Efe, Sergei Chirikov
Foto: EFE - SERGEI CHIRIKOV

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la masacre registrada en un club nocturno gay en Orlando “fue la peor en la historia del país”. Las cifras son elocuentes: 49 muertos y 53 heridos.

Según los medios locales, el asesino Omar Mir Seddique Mateen, ciudadano estadounidense de origen afgano y quien murió en el lugar del tiroteo, llamó al número de emergencias (911) de la Policía antes del ataque. En esta ocasión, reiteró su lealtad al Estado Islámico (EI) o Isis.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la masacre registrada en un club nocturno gay en Orlando “fue la peor en la historia del país”. Las cifras son elocuentes: 49 muertos y 53 heridos. Según los medios locales, el asesino Omar Mir Seddique Mateen, ciudadano estadounidense de origen afgano y quien murió en el lugar del tiroteo, llamó al número de emergencias (911) de la Policía antes del ataque. En esta ocasión, reiteró su lealtad al Estado Islámico (EI) o Isis.

Fiel al espíritu de su campaña, el precandidato republicano, Donald Trump, dijo que el presidente Barack Obama debería renunciar por “no ser capaz de enfrentar el radicalismo islámico”.

Actualmente, se estima que Estados Unidos gasta aproximadamente US$100.000 millones al año en seguridad y defensa y lucha contra el terrorismo. Sus gastos militares “superan los gastos conjuntos de China, Rusia, Arabia Saudita, Francia, Reino Unido, India y Alemania”. El combate al terrorismo es hoy una tarea de prácticamente todas las agencias del Gobierno.

La virtual candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, afirmó que la respuesta a la matanza de Orlando no puede ser el “partidismo” y tampoco “satanizar a los musulmanes ni declarar la guerra a toda una religión” .

Armas y migración

La masacre reabre, desde distintos frentes, la discusión de dos temas inseparables de la agenda doméstica e internacional de Washington: la venta legal y libre de armas y la política migratoria de Estados Unidos. Desde luego, dos temas muy controvertidos, sobre todo en año electoral. El temor generalizado de la población estadounidense de alguna forma podrá reforzar el discurso xenófobo de Donald Trump y sus afirmaciones frecuentes con relación a la necesidad de cambiar el rumbo de la política exterior de EE. UU., bajo su sesgada visión de mundo.

No obstante, lo más grave es que por primera vez se ha vinculado el terrorismo perpetrado por el Estado Islámico con un componente homofóbico. En una entrevista a la cadena de televisión NBC, el papá del asesino aclaró que “Mateen se incomodó después de ver dos hombres besándose en Miami”.

La masacre representa un divisor de aguas en la actuación del EI, ya que parece que no hay una variable política evidente en el ataque de Orlando, sino más bien la defensa de los “valores musulmanes”, que según la visión islámica han sido degradados en Occidente.

Es importante recordar que el extremismo islámico de Isis ha incentivado a sus seguidores a torturar y matar homosexuales en Siria e Irak, y ha concedido permiso para violar mujeres. Todo esto a la par con un riguroso código de ética que supuestamente pretende distanciarlo de los pecados occidentales.

Fuentes locales e internacionales han dicho que el asesino aparentemente actuó como un “lobo solitario” y sin una orden del comando; no obstante, esta masacre muestra la fragilidad del mundo ante el Estado Islámico, sobre todo por su forma irregular de actuar y la disposición de sus simpatizantes alrededor del mundo a transformarse en héroes del extremismo islámico. Este hecho se presta para estigmatizar cada vez más al islam, aunque se sepa que el mundo musulmán y el islam no son Isis.

Por Beatriz Miranda Cortés

 

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