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La cadena BBC, en crisis

La cadena de televisión inglesa afronta un cambio radical tras la dimisión de su director George Entwistle, quien emitió un reportaje sobre las actividades sexuales de un político.

Walter Oppenheimer / El País /
12 de noviembre de 2012 - 09:00 p. m.
El director general de la BBC, George Entwistle (centro), tras la renuncia a su cargo, en el que sólo estuvo 54 días.
El director general de la BBC, George Entwistle (centro), tras la renuncia a su cargo, en el que sólo estuvo 54 días.

La BBC afronta una de las peores crisis de su historia y se encamina a un cambio radical tras la dimisión, el sábado por la noche, de su director general, George Entwistle, quien llevaba sólo 54 días en el cargo y había quedado en una posición muy débil por su papel, antes de ser director general, en la decisión de la cadena de no emitir, en diciembre pasado, una investigación del programa Newsnight sobre las actividades sexuales de una de sus antiguas estrellas, Jimmy Savile.

Ahora ha caído por todo lo contrario: emitir un reportaje en ese mismo programa en el que se acusaba a un político conservador de la era Thatcher de abusar de quinceañeros.

Aunque el reportaje no mencionaba al político por su nombre, su identidad fue revelada por varios portales de internet. Lord McAlpine, tesorero de los tories en los años setenta y ahora residente en Italia, negó de forma tajante las acusaciones. El autor de las denuncias, Steve Messham, admitió de inmediato, al ver imágenes de McAlpine, que no era el hombre que lo había violado una decena de veces cuando era adolescente, forzando a la BBC a disculparse “sin reservas”.

El presidente del consejo que gobierna la corporación, el político conservador Chris Patten, ha admitido que la BBC se enfrenta a “un cambio minucioso, estructural y radical”, tras este nuevo escándalo que cuestiona el valor más importante que ha atesorado a lo largo de su historia: la credibilidad de sus informativos.

Lord Patten admitió que se plantea la posibilidad de desgajar la actual doble responsabilidad del director general sobre la gestión diaria del ente y como responsable máximo del contenido editorial de los informativos. Un cambio que el propio Patten, que preside el consejo asesor desde mayo de 2011, descartó cuando hace menos de dos meses se decantó por Entwistle como nuevo director general.

Se da la paradoja de que Entwistle, con una larga trayectoria como periodista que incluye una etapa al frente de Newsnight, hasta hace unas semanas uno de los informativos más prestigiosos de la corporación pública, ha acabado cayendo por su aversión a controlar el contenido de los informativos y evitar que lo pudieran acusar de interferencia. El problema es que ese distanciamiento ha llegado a parecer desidia.

La otra gran paradoja es que, aunque a la BBC no le faltan enemigos políticos ni mediáticos, ha sido la reacción de los propios periodistas de la cadena lo que ha dejado al ya exdirector general en una posición de extrema debilidad.

Primero, cuando estalló el caso Savile, fue el programa Panorama de la BBC el que acabó desvelando hasta qué punto Entwistle hizo oídos sordos a las informaciones que le habían llegado sobre la investigación que estaba llevando a cabo Newsnight y cómo algunos responsables del programa llegaron a la conclusión de que la decisión de no emitir el reportaje se debió, en parte, a que chocaba con un programa navideño de tributos a Savile, fallecido unas semanas antes, que preparaba la BBC cuando Entwistle era responsable de programación de la cadena.

Ahora, porque Entwistle quedó poco menos que en ridículo cuando el sábado fue entrevistado en el programa Today por una de las vacas sagradas de la BBC, John Humphrys. Ante el agresivo interrogatorio de Humphrys, Entwistle tuvo que reconocer que no sabía que Newsnight iba a emitir un reportaje sobre abusos sexuales a chicos de un hospicio del norte de Gales en los años setenta, en el que se iba a acusar a un político conservador retirado. Tampoco se había enterado de que el diario The Guardian había publicado ya que probablemente las acusaciones señalaban a la persona equivocada. Que Entwistle, que ya había despertado sospechas en el caso Savile “por su absoluta falta de curiosidad”, en palabras de los diputados ante los que compareció en los Comunes, mantuviera esa pasividad en un nuevo tema de abusos, lo ha dejado en una posición insostenible.

Pero no le han faltado defensores. Dos vacas sagradas de la corporación, los veteranos y respetados periodistas Jonathan Dimbleby y Jeremy Paxman, han denunciado que la BBC no se enfrenta a un problema de fallos personales sino que todo esto es consecuencia de la política de recorte de personal periodístico que se aplica en los últimos años.

A juicio de Paxman, presentador estrella de Newsnight, “la marcha de Entwistle es una vergüenza: lo han dejado caer los cobardes e incompetentes”. Y es consecuencia de los recortes en los presupuestos que la BBC lleva a cabo desde la crisis que la enfrentó al entonces gobierno laborista en 2004 acerca de la guerra de Irak.

Para Dimbleby, el problema es el recorte de 7.000 empleos llevado a cabo en los últimos años. “¿Dónde se han hecho esos recortes? No entre los gestores, sino en los informativos, que son la avanzadilla de la misión que define a la BBC”, denunció. “Creo que es un comentario bastante justo”, ha reconocido lord Patten.

Por Walter Oppenheimer / El País /

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