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Conmoción en el Reino Unido

El asesinato a tiros de Jo Cox, figura del Partido Laborista y partidaria de que el país se quede en la Unión Europea, paralizó la campaña para el referendo del 23 de junio.

Redacción El Mundo
17 de junio de 2016 - 04:04 a. m.
Jo Cox, diputada laborista, asesinada ayer en Gran Bretaña. / EFE
Jo Cox, diputada laborista, asesinada ayer en Gran Bretaña. / EFE
Foto: EFE - YUI MOK

El asesinato a tiros de una diputada laborista, partidaria de que el Reino Unido continúe en la Unión Europea (UE), conmocionó al país y llevó a la paralización de la campaña del referéndum del día 23. Jo Cox murió poco después de recibir varios disparos y ser apuñalada en la localidad de Birstall (norte de Inglaterra), un incidente por el que ha sido detenido un hombre de 52 años.

La policía investiga el relato de diversos testigos que indicaron que el atacante gritó la consigna “¡Britain First! (“¡El Reino Unido primero!”), nombre de una formación de ultraderecha contraria a la inmigración y la Unión Europea.

Los dos campos enfrentados de cara a la consulta sobre la Unión Europea (“Britain Stronger in Europe”, partidarios de la permanencia, y “Vote Leave”, que defienden el “brexit”, es decir, la salida del país del grupo comunitario) anunciaron poco después del incidente la suspensión de todos los actos de campaña durante la jornada.

La parlamentaria inglesa, con asiento en la Cámara de los Comunes desde las últimas elecciones generales, en mayo de 2015, fue atacada en las inmediaciones de una biblioteca local, donde cada semana participaba en encuentros con electores de su circunscripción.

“Salía de la biblioteca con su asistente y el atacante la estaba esperando. Primero le apuñaló y un hombre trató de detenerle, luego le disparó”, relató a los medios Terry Flynn-Edwards, testigo de lo sucedido. Otras personas que se encontraban en el lugar describieron cómo el atacante, ataviado con una gorra blanca, disparó una pistola con aspecto “antiguo” al menos tres veces contra Cox, dos de ellas cuando ya estaba tendida en el suelo, además de apuñalarla. Se trata del primer asesinato de un diputado británico desde que el Ejército Repúblicano Irlandés (IRA) se atribuyó la muerte del conservador Ian Gow en 1990.

Cuando se produjo el ataque, el primer ministro británico, David Cameron, se encontraba volando hacia Gibraltar, donde tenía previsto participar en un mitin a favor de seguir en Europa junto al ministro principal del Peñón, Fabián Picardo.

El jefe del Gobierno conservador, que suspendió ese acto, encabezó las condolencias de todos los partidos por la muerte de Cox y decidió que las banderas de Downing Street, su residencia y despacho oficial, así como del resto de instituciones en el centro de Londres, luzcan hoy sus banderas a media asta.

“La diputada tenía un largo historial de solidaridad. Había mostrado un enorme interés en tratar de dar apoyo a los refugiados sirios y hacer lo correcto en este mundo”, afirmó Cameron.

También expresó su consternación el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que señaló que todo el país está conmocionado por el "horrible asesinato" de su compañera. Nigel Farage, líder del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) y uno de los abanderados de la campaña por el “brexit”, se mostró por su parte "terriblemente entristecido" por el asesinato y envió sus condolencias a la familia de la víctima.

La inmigración es uno de los temas que más preocuparon a Cox durante su carrera política. En su primer discurso en el Parlamento británico, hace un año, la diputada hizo un alegato en favor de la diversidad en su circunscripción, Batley y Spen, en el condado de West Yorkshire.

“Nuestras comunidades han mejorado profundamente gracias a la inmigración, ya sea de irlandeses católicos, de musulmanes de Gujarat, en la India, o personas de Pakistán”, declaró la diputada en su primera intervención en los Comunes. “No deja de sorprenderme, cuando viajo por mi circunscripción, que estamos más unidos y hay mucho más en común entre nosotros que cualquier cosa que nos divida”, afirmó entonces.

Tras conocerse su asesinato, el esposo de la parlamentaria, Brendan Cox, hizo un llamamiento a luchar “contra el odio que la mató”, un rencor que “no tiene credo, raza o religión”, y dijo que tratará de que “nuestros preciosos hijos” (dos de corta edad) se vean “bañados en amor.

¿Quién era Jo Cox?

De 41 años de edad y madre de dos hijos, fue uno de los personajes más relevantes en los asuntos internos de los Laboristas, partido tradicional de centroizquierda en el Reino Unido.

Ha sido elogiada permanentemente por sus acciones desde su ingreso al parlamento en 2015. Después de obtener su grado en la prestigiosa universidad de Cambridge, trabajó como servidora social en varios países en vías de desarrollo, adquiriendo reconocimiento en su campo al convertirse rápidamente en la encargada en asuntos de política global en la sonada organización humanitaria Oxfam.

Cox construyó fuertes lazos con el Partido Laborista cuando trabajó como consejera de Sarah Brown, casada con el antiguo primer ministro Gordon Brown, en su campaña de fortalecimiento de la salud de la mujer. A través de su carrera la diputada mostró interés especial en el área de políticas sociales, incluyendo el futuro del país en los sectores de asistencia social y el creciente rol de las mujeres en la política nacional involucrándose con “Labor Women´s Network”, un movimiento que lucha por una mayor inclusión de las mujeres en el parlamento.

Como una experimentada humanista, Cox demostró intenciones de asumir el rol de liderazgo en su partido por medio de acciones en su rol como parlamentaria. Dentro de lo que más resalta son sus intervenciones en los debates de intervención en el Medio Oriente, situaciones en las cuales la diputada ha sido bastante crítica y ha expresado su descontento con la presencia militar del Reino Unido en la guerra civil siria. Desde hace apenas unos días se convirtió en un personaje clave en la campaña para la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, también manifestando una posición proinmigrante y de ayuda humanitaria ante la crisis de los refugiados.

Migración y economía

El Eurogrupo mostró su preocupación ante la posibilidad de que los británicos se inclinen a favor de salir de la Unión Europea (UE) en el referéndum del 23 de junio y abordó la necesidad de actuar, pase lo que pase en las urnas, para sacar adelante el proyecto europeo.

La cuestión británica ha estado presente en "la mente de todos" los ministros de Economía y Finanzas de los diecinueve países que integran la eurozona, según ha reconocido el ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan. El amplio margen que reflejan las últimas encuestas en apoyo de la salida de la UE o “bréxit” y los problemas que atraviesan los socios del euro, reflejados en el informe del “artículo IV” publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el estado de la eurozona, han empujado a los ministros a una reflexión profunda sobre la deriva europea.

Uno de los temas que han acaparado la campaña por la permanencia o no del Reino Unido en la UE es la migración. De acuerdo con encuestas, es este tópico el que inclinaría la balanza a favor de la salida, pues hay un temor generalizado por la llegada masiva de migrantes a Europa. Desde el año pasado el continente vive una crisis que no ha logrado enfrentar efectivamente. De acuerdo con datos oficiales, la migración neta de Reino Unido llegó a niveles récords, con 330.000 personas entre abril de 2014 y marzo de 2015, un aumento del 39,4% respecto al mismo periodo de un año antes, según el instituto de estadística nacional británico (ONS, en sus siglas en inglés). Las cifras superaron en 10.000 personas el récord anterior, de 2005.

Por Redacción El Mundo

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